Salta: Comunidades Aborígenes aisladas denuncian que reciben ayuda de Paraguay y escasa del Gobierno de Salta y Nacional

Las comunidades originarias del norte de Salta, que habitan en los límites con Bolivia y Paraguay, están soportando una de las máximas inundaciones en la historia de la región, provocada por la crecida del Río Pilcomayo. La crisis se profundiza y los reclamos de los damnificados son cada vez más desesperantes. En lugares como Misión La Paz, el paraje La Gracia hasta La Estrella, los pobladores denuncian que la ayuda prometida no llegó de la manera esperada. La situación es grave y refleja la escasa respuesta de las autoridades locales y nacionales ante la emergencia.

La desidia de las autoridades

Los habitantes de Misión La Paz aseguran que, estas inundaciones, solo recibieron una ayuda mínima que no alcanza cubrir sus necesidades básicas: plásticos para refugiarse, un kilo de arroz, un paquete de harina, una botella de aceite, bidones de cinco litros de agua y un paquete de sal. No se entregaron otros productos esenciales ni alimentos de primera necesidad, lo que ha dejado a la comunidad en una situación de extrema vulnerabilidad.

En este contexto de abandono, las palabras del cacique Hugo González hijo: "Llevamos una semana y no son capaz de enviarnos ni bolsas con mercadería", con visible enojo. La falta de respuesta refleja la indiferencia del gobierno ante la emergencia. Frente a esta desidia, González no dudó en anunciar que la comunidad ya tiene una decisión: "Vamos a esperar esta ayuda, pero ya hemos tomado una decisión: no votaremos en mayo".

Una respuesta inesperada desde Paraguay

Lo más gratificante es que la ayuda más eficaz recibida por los habitantes de Misión La Paz, y los otros pueblos habitados en su mayoría por comunidades aborígenes, provino del gobierno de Paraguay. Un gesto de solidaridad que marca una clara, aunque diferencia que desde Salta y el gobierno nacional no llegó, como respuesta efectiva. La asistencia desde Paraguay fue crucial para que los pobladores pudieran enfrentar la situación.

Ernesto Sarmiento, otro habitante de la comunidad, también reclamó por la escasa cantidad de comidas, una respuesta que no estuvo a la altura de la emergencia. La falta de productos básicos demuestra un sistema de asistencia ineficaz y una indiferencia hacia las comunidades más vulnerables.

La crisis de la integración social

Es inconcebible que, en siglo pleno XXI, se pueden presentar las comunidades que tienen que recurrir a países vecinos para recibir ayuda en situaciones de emergencia. Este abandono no refleja solo una crisis humanitaria, sino también una crisis de integración social. Los pueblos originarios siguen siendo los grandes olvidados de un país que, en sus discursos, defienden los derechos humanos y la igualdad, pero que en la práctica no, lo demuestra con acciones directas.
Es urgente que tanto el gobierno provincial como el nacional actúen, enviando no tan solo material de ayuda, sino que también implemente políticas públicas que promuevan la inclusión, la igualdad de derechos y el acceso a servicios básicos para estas comunidades. La respuesta debe ser rápida y efectiva, ya que el tiempo sigue corriendo y las vidas de estas personas están en juego.

Fragilidad del sistema

La tragedia que atraviesan las comunidades de Misión La Paz y otras zonas afectadas por las inundaciones del Río Pilcomayo reflejan la fragilidad del sistema de asistencia en nuestro país, sino que también nos obliga a reflexionar sobre las desigualdades estructurales que persisten. Cuando el gobierno nacional y provincial permanecen inactivos, la solidaridad internacional, en particular desde Paraguay, reafirma que la ayuda no tiene fronteras. Es hora de que el Estado argentino y Gobierno provincial se hagan cargo de su responsabilidad con los ciudadanos más vulnerables. Por Marco Díaz Muñoz. Director Agencia de Noticias Copenoa. Fuentes Propias y Diario el Tribuno de Salta. Foto El Tribuno