Panorama económico. Las recetas de siempre de los candidatos del FMI

La situación económica es crítica, la economía se desacelera y la inflación sigue en niveles elevados. El pasado viernes el Indec publicó que la actividad económica de abril mostró una caída de 4,2% en relación con el mismo mes del año pasado. Según el Gobierno, el desplome de abril refleja el impacto de la sequía con una fuerte baja del sector agropecuario. Para 2023 el informe Latin Focus Consensus Forecast, realizado sobre las proyecciones de más de 50 consultoras económicas y bancos, anticipa que la economía se contraerá un 2,4% en 2023 y la inflación será de 134,9% este año.

En este contexto hay una situación social grave con mayor desigualdad y una profundización del deterioro del poder de compra. Este es el escenario en el que transcurrirán las elecciones presidenciales donde los principales candidatos respaldados por los dueños del país coinciden en mantener al Fondo en estas pampas, pagar la deuda, una agenda extractivista, más ajuste y devaluar. Son viejas recetas antiobreras. Solo la izquierda propone una salida a favor de la clase trabajadora.

Ajuste: más tijeras

“Ancla fiscal”, “orden fiscal” fueron las palabras que utilizaron Hernán Lacunza (referente económico de Horacio Larreta) y Sergio Massa en encuentros de empresarios. Eufemismos para evitar usar la palabra ajuste.

Lacunza participó la semana pasada del 40° Congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) donde sostuvo que la inflación podrá bajar cuando "cuando el Tesoro deje de ser un demandante insaciable de pesos y dólares del Banco Central”, y en ese camino el “ancla fiscal es el primer paso, es decir, dejar de gastar más de lo que se recauda". Detrás de la receta de Lacunza está la posición de la emisión de billetes del Banco Central como causante único de la suba de precios. Se habla de reducir el gasto, pero no se propone atacar el sistema tributario regresivo y subir impuestos a los grandes empresarios para aumentar los ingresos.

Javier Milei expuso ante el mismo Congreso de IAEF y sostuvo que "el Fondo con nosotros no va a tener problema porque a nosotros el ajuste del Fondo nos parece light”. Según el candidato “libertario” el ajuste se lo cargará a la política, pero como revela un documento que con los ejes centrales de su plan de gobierno sus políticas son privatizar la educación, la salud, reducir el gasto en jubilaciones y pensiones, despedir trabajadores estatales, por mencionar algunos puntos. Es decir, el ajuste será contra el pueblo trabajador.

En tanto, Sergio Massa, candidato por Unión por la Patria y ministro de Economía, participó de la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) y afirmó que uno de los “cuatro pilares que nos tienen que guiar son el orden fiscal, el superávit comercial, la competitividad cambiaria y el desarrollo con inclusión”. El orden fiscal el ministro lo cumple como le gusta al Fondo, así lleva once meses consecutivos de caídas reales mensuales del gasto primario, incluye recortes en jubilaciones, universidades y Asignación Universal por Hijo.

Dólar y devaluación

Otro tema relevante es qué hacer con el dólar. Lacunza sostuvo que “el cepo no se puede levantar en días” y agregó que “la quita del cepo sería un éxito que se haga en el primer año, pero sería de manera secuencial, en donde se relajarían primero las restricciones al comercio, luego a la deuda y último a la repatriación de dividendos”. Cuando se habla de levantar el cepo se omite la palabra devaluación, pero es lo que sucederá cuando se realice como ocurrió durante el gobierno de Macri. Un salto del tipo de cambio impacta en una suba de precios y por tanto se deteriora el poder de compra. El economista del espacio de Larreta difiere de la propuesta de Patricia Bullrich, que dice que sacará el cepo en los primeros días de gestión. El debate es devaluación “gradual” o de “shock”. Por su parte, Javier Milei hizo mucha propaganda con su propuesta de dolarización, que como se analizó en este medio implica una megadevaluación que destrozará aún más los salarios.

Sergio Massa niega una devaluación, su doble disfraz de ministro y candidato le impiden hablar de un salto del tipo de cambio que aceleraría la inflación y empeoraría la situación económica actual aunque es parte del menú que pide el Fondo para evitar dilapidar sus dólares para contener corridas cambiarias.

Argentina al Fondo

Sobre el FMI los principales candidatos acuerdan en renegociar con el organismo y pagar la deuda. Lacunza afirmó en el congreso de IAEF que “con un plan se va a poder pagar en tiempo”. Massa aún sin recibir el desembolso del Fondo y casi sin dólares en las reservas hizo un pago millonario el viernes pasado al organismo y sostuvo ante los empresarios de la construcción que “la obsesión que debe tener el próximo presidente es juntar todos los dólares que Argentina necesita para pagarle al FMI".

Tampoco hay que olvidar la ayuda de Juan Grabois en la aprobación del acuerdo con el FMI en el Congreso. Como afirmó Myriam Bregman, candidata presidencial por el PTS en el Frente de Izquierda, los diputados de Grabois (candidato presidencial por Unión por la Patria) tienen una silla privilegiada en la Comisión de Presupuesto y sin su voto el acuerdo con el FMI no se hubiera votado.

La agenda extractivista está presente en la receta de los principales candidatos. El ministro de Economía destacó que hay que mirar “la cordillera como si fuera una torta” y habló sobre el desarrollo del litio, el oro, el cobre, y otros minerales. La reforma de la Constitución provincial de Jujuy de Gerardo Morales con represión para permitir que avance la minería del litio es otro ejemplo, el radical es el candidato a vicepresidente de Larreta. Se promete desarrollo económico, nuevas inversiones y el ingreso de dólares sin considerar el saqueo y la destrucción socioambiental.

Salarios que no alcanzan

Los partidos patronales no ofrecen una respuesta para mejorar las condiciones de vida de las mayorías populares. Recientemente el Indec publicó los datos de salarios y distribución del ingreso que muestran que los haberes perdieron contra la inflación de 8,4% de abril, y el reparto de la torta es desigual.

El salario real expresa el poder adquisitivo de los ingresos laborales después de comparar su evolución en relación a la inflación. Según el Indec, en el primer cuatrimestre del año el salario real del conjunto de las trabajadoras y trabajadores cayó 2,1%. En el mismo período perdieron los trabajadores privados registrados (-2,3%), los trabajadores públicos registrados (-1%), y los trabajadores no registrados (-3,7%). Durante el gobierno del Frente de Todos también perdieron todos los sectores (privados: -1,4%; público: -0,8%) con un mayor desplome para los trabajadores informales (-22,2%). La merma es superior al 23% en relación al 2015.

Sobra mucho mes al final del sueldo. En el primer trimestre del año, la mitad de los trabajadores cobraron menos de $100.000 cuando la canasta de consumos mínimos que elabora la Junta Interna de Ate Indec fue de $274.162 en el mismo período. Dicha canasta no es un ideal ni un óptimo, pero se acerca a lo que se necesita para llegar a fin de mes.

En tanto, el Indec publicó que el coeficiente de Gini (es un indicador de desigualdad: en el extremo, si el indicador resulta ser cero significa igualdad absoluta y si resulta ser uno implica desigualdad absoluta) del ingreso per cápita familiar de las personas fue de 0,446 para el primer trimestre de 2023 mientras que en el mismo trimestre de 2022 fue de 0,430, lo que muestra un aumento de la desigualdad en la comparación interanual. Es el valor más alto desde el primer trimestre de 2021 cuando la economía fue afectada por la pandemia y mayor a los niveles alcanzados en 2018 cuando Macri firmó el acuerdo con el FMI.

Estos datos dejan en evidencia cierta lógica del sistema capitalista, cada recuperación posterior a una crisis la población pobre, los trabajadores, no logran recuperar lo que perdieron en el peor momento de esa crisis. Durante el gobierno del Frente de Todos no se revirtió el saqueo del macrismo sino que se profundizó el deterioro social.

Las rancias recetas patronales no significarán una mejora para la clase trabajadora. La lucha del pueblo jujeño contra la reforma, por los derechos, y los salarios muestra que es posible otra salida contra los planes ajustadores. Solo el Frente de Izquierda propone una salida de otra clase para frenar el saqueo con medidas como la reducción de la jornada laboral a 6 horas diarias y el reparto de las horas de trabajo en las grandes empresas, rechazar el acuerdo con el FMI, el desconocimiento soberano de la deuda, entre otras medidas para reorganizar la economía en favor de los intereses de las grandes mayorías privilegiando una relación armónica con el ambiente. (LID) Por Mónica Arancibia