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Argentina: el problema del poder feudal

Los K intentan reproducir en La Nación, el esquema de poder que desarrollaron en Santa Cruz. La práctica feudal o clientelista de la construcción política distorsiona el marco de relaciones políticas, sociales y económicas sobre las cuales debe construirse una República Federal.

28 de abril de 2008| copenoa |

La oposición critica el autoritarismo, la irresponsabilidad y la soberbia. Desde el poder K señalan que la oposición no tiene un proyecto alternativo. En el medio, millones de argentinos navegan entre el miedo y la incertidumbre. Solo los sectores sociales que no dependen del Estado se animan a levantar la voz. “La crisis aún es política y demanda una solución política” argumentan diversos economistas. Aunque advierten que “puede derivar en una profunda recesión”.

Si esta página de la historia se escribe como una tragedia o como un profundo aprendizaje dependerá de la clase media que gracias a su trabajo, logró independizarse del poder estatal y escapar del clientelismo .

El constante ataque de la dirigencia K hacia toda divergencia que se manifieste, en palabras o en los hechos (incluso en el seno mismo del gobierno nacional) de cuenta de la concepción feudal del poder K. Es la misma concepción que detentaba la oligarquía vacuna de comienzas de siglo, que manipulabada los destinos de la sociedad para enriquecimiento propio.

Los discursos, sin duda, han cambiado, pero las relaciones sociales que reproduce el poder K , son idénticas a las del poder oligárquico, y quedan resumidas en la figura del “patrón de estancia”.

No importa que diga el patrón. Lo esencial es que en los hechos profundiza las relaciones de dependencia de sus súbditos, y la principal característica del vínculo establecido es la perversión, y como subproductos de esta encontramos la inseguridad, el miedo y la sumisión.

El clientelismo y la naturalización de la perversión no son patrimonio del poder K. La clase política argentina en su conjunto forjó estas relaciones con el electorado durante los últimos años.

La caída sostenida de la clase media argentina durante los últimos treinta años, y el consecuente engrosamiento de un ejército de pobres. Crearon las condiciones favorables para la implementación del clientelismo como práctica institucionalizada de gran parte del arco político argentino.

En el país y en nuestra provincia, elección tras elección vemos caer derrotado al debate de ideas frente al despliegue circense del clientelismo político, financiado por las arcas del gobierno nacional o provincial. Esta es la expresión simple y práctica del poder feudal.

Individuos Dependientes

La clase política como constructora y detentora del poder feudal premia o castiga las conductas disidentes, a través del “apriete” económico.

Este disciplinamiento social tiene como consecuencia directa el desarrollo de una cadena de complicidades que impregna a los actores involucrados en la actividad clientelar.

El primer gran aprendizaje de estos sectores es que “el patrón manda”, que el victimismo “conviene” y que la clase política “es impune”. La desesperanza y la depresión es el precio que se paga al optar por la sumisión como decisión de vida.

Casi tres generaciones de argentinos hoy viven dependientes del Estado y no visualizan otra salida más que acomodarse a los caprichos del político de turno que detenta el poder en sus provincias.

Incluso gran parte de la dirigencia política actual fue formada en esta escuela,y ellos tampoco visualizan otra salida más que la sumisión al poder Nacional de turno.

La Imagen de la Perversión

La imagen patente de la perversión política queda inmortalizada en esa mano imaginaria que abre o cierra la canilla, brindando o privando del vital elemento a grupos de ciudadanos o a provincias enteras.

Este método perverso de control social sirve, en tanto y en cuanto, sea cada vez mayor el número de argentinos que tengan como única fuente de sustento los recursos del Estado.

Sólo el trabajo genera riquezas

El problema central es el mantenimiento financiero de un Estado feudal. ¿De dónde obtiene sus recursos?. Lo único que genera riquezas es el trabajo. Son las clases trabajadoras las que dinamizan a la sociedad argentina y brindan el caudal de recursos necesarios para que la clase política alimente la monstruosa superestructura de un Estado Clientelista.

Y son por sus características estas mismas clases trabajadoras las que hoy escapan a la maquinaria clientelista del poder K y expresan con independencia sus puntos de vista. Y fueron también estos miembros de nuestra sociedad los que correaron “Que se vayan Todos” durante los cacerolazos del 2001, que representaron el fin del gobierno radical de De La Rúa.

La crisis política que vive el Gobierno Nacional a partir del conflicto con el campo. Es la expresión del enfrentamiento entre una clase política que ejerce el poder de manera feudal y los ciudadanos libres de nuestra sociedad, que pueden elegir con autonomía el destino de sus vidas.

El nombre que pongamos a estas dos fuerzas, opuestas y contradictorias, dependerá del nivel de análisis que abordemos: federalismo / unitarismo, poder popular / poder feudal, independencia / dependencia, ciudadanos libres / individuos dependientes, democracia/ autoritarismo. (1)

¿Qué Queremos como Nación?

El profundo malestar en la cultura argentina se resume en una simple decisión: ¿qué queremos ser, como individuos, como provincia y como Nación?

Quienes están en mejores condiciones para dar esta respuesta son aquellos ciudadanos que gracias a su esfuerzo y trabajo, lograron independizarse del poder estatal y escapar del clientelismo.

La razón del fuerte apoyo que los sectores agropecuarios recibieron de los pobladores de las ciudades, deben buscarse en la identificación que sintieron los ciudadanos de la ciudad, con los ciudadanos del campo en su calidad de trabajadores constructores de riquezas.

Si esta página de la historia argentina que nos toca vivir, se escribe como una tragedia, o como un profundo aprendizaje, dependerá de las aspiraciones, los valores que enarbole y los proyectos políticos que logre gestar desde su propio seno la clase trabajadora argentina.

Notas:

(1) Si analizamos la relación entre la Nación y las provincias, hablaremos de federalismo o unitarismo. Si abordamos el vínculo entre los miembros de la sociedad y las instituciones del Estado: hablaremos de ciudadanos libres o individuos dependientes. Si analizamos las relaciones exteriores que mantiene la Nación abordaremos el tema de la independencia económica o la dependencia económica. Si abordamos la cuestión del ejercio del poder, en tanto construcción subjetiva histórica, que esta política, económica y socialmente determinado. Entonces hablaremos de poder popular o poder feudal.

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