El megaplan porcino ya llegó: Capitanich puso la firma por tres factorías en Chaco

Jorge Capitanich ya puso la firma por tres complejos en Chaco e inauguró el megaplan porcino en Argentina. Ahora Santiago del Estero busca avanzar en la instalación de dos granjas factorías, como se conoció el mismo día a través de la participación del santiagueño Carlos Silva Neder en una videoconferencia de la liga de vicegobernadores con Luis María Kreckler, embajador argentino en China, encargado de gestionar los detalles del memorándum con el país asiático que se firmaría en noviembre.

Se espera que más provincias del norte y el sur del país se sumen a la “subasta” de territorio para la puesta en práctica de los objetivos del memorándum de entendimiento que Cancillería negocia con el Gobierno de China hace ya siete meses y cuya firma debieron postergar ante las protestas desatadas a nivel nacional. Esa demora del marco legal y diplomático pretende ser subsanada con avances regionales de los gobernadores extractivistas. “China necesita gran cantidad de alimentos y eso significa una gran oportunidad para todas las provincias argentinas”, lo resumió el embajador Kreckler. Clink caja.

Este jueves por la tarde se dio a conocer que Capitanich viajó a Buenos Aires para suscribir un convenio con la empresa Feng Tian Food, de capitales chinos y argentinos, para avanzar en tres complejos para la producción de carne porcina para exportación, ubicados en el noreste, el centro y el sudoeste del territorio provincial. Anuncian una inversión de 129 millones de dólares y prometen 360 empleos directos por cada una de las tres granjas, una cifra similar a la que se indica en el “anteproyecto 12 000 madres” del Ministerio de Agricultura que circuló a fines de agosto.

“Cada complejo estará integrado por cinco granjas de 2.400 madres cada una; un frigorífico exportador; una planta de biodiésel; un biodigestor con generación de energía; y una planta de alimentos balanceados”, detalló Sebastián Lifton, ministro de Producción, Industria y Empleo. Para ser “zona de elección” de este megaplan, se requiere un lote de al menos cien hectáreas en una región en la que sea posible sembrar unas 12 000 hectáreas de maíz y otras 5000 de soja, proveyendo a su vez un millón y medio de litros de agua por día.

Sin mecanismos de participación pública, el gobernador chaqueño del Frente de Todos hace su parte en las negociaciones que lleva adelante el Ministerio de Asuntos Exteriores al mando de Felipe Solá. Subido al caballo de las “relaciones estratégicas” entre China y Argentina, Capitanich aseguró que “desde el Chaco comenzamos los primeros pasos para la concreción de inversiones del país asiático en un modelo de desarrollo integrado con productores provinciales como socios locales estratégicos”.

Silva Neder también quiere sumar a Santiago del Estero al “remate” de territorios para el agronegocio. Asegura que el 21 % de la superficie provincial es apta para el cultivo de soja, con la capacidad de producir de cuatro a cinco toneladas por hectárea. La instalación de dos granjas habilitaría una inversión de 300 millones de dólares. Como Capitanich, también propone “trabajo genuino”.

¿Adiós al monocultivo de soja?
El gobernador chaqueño anticipó que los emprendimientos locales demandarán “32.300 toneladas de soja y 87.400 de maíz para la alimentación de los cerdos”. Meses atrás Cancillería respondió, ante requerimiento de Nicolás del Caño y Myriam Bregman, que Argentina “transformaría su maíz en carne”, es decir, en lugar de exportar “3,5 millones de toneladas de granos (maíz y soja)” para alimentar cerdos ajenos, ahora los destinaría al engorde en feedlots locales.

Entonces, ¿se reducirá la producción del monocultivo de soja? Categóricamente no, dicen los autores de 10 mitos y verdades de las megafactorías de cerdos. “No sabemos cómo sería una producción con capitales mixtos”, sostienen, “esto es: quién produciría esos alimentos para los animales”. Mientras en China la dieta del ganado porcino es alta en soja, en Argentina se usa maíz mayoritariamente transgénico, cuyo monocultivo también entraña problemas ambientales y sanitarios.

¿Qué pasará con la soja “excedente”, es decir, la que antes se exportaba a China para engorde de sus animales y ahora quedará en el país? En 10 mitos… se permiten aventurar que, de encontrar otro mercado, esa soja seguirá produciéndose y exportándose. El propio Capitanich reconoce que la provincia ya produce “aproximadamente un millón de toneladas de maíz por año y 1,6 millones de soja”.

Como dijimos, el anteproyecto de plan porcino que circuló establecía la obligatoriedad de habilitar zonas de siembra de soja y maíz en inmediaciones de los nuevos establecimientos porcinos. Es decir, en su génesis ya involucra un aumento y una extensión de monocultivos transgénicos, para llevar la lluvia de agrotóxicos al norte del país.

La soja transgénica RR habilitada en la gestión de Felipe Solá en Agricultura durante la presidencia de Menem se ha convertido en una verdadera plaga y, al ser resistente a herbicidas de fuerte impacto como el glifosato, ha inaugurado un modelo destructivo y contaminante sobre cuerpos y territorios.

La carne de cerdo, lejos de sumar “valor agregado”, dice la publicación firmada por Enrique Viale, Maristella Svampa, Guillermo Folguera, Soledad Barruti y otros, “seguiría tratándose de un commodity de exportación que conlleva enormes costos ocultos, comprometiendo la tierra y el agua” para introducir en “un territorio todavía sano” los costos de un negocio muy rentable y pujante a nivel mundial, pero que definen como “altamente riesgoso” e insustentable. Acá y en la China. (LID) Por Valeria Foglia