Tucumán, cannabis medicinal: El Gobierno autorizó el autocultivo controlado y el uso de aceites

"Estamos muy contentos por esta noticia. Esta reglamentación nos permite el cultivo medicinal el acceso oportuno, seguro e inclusivo y protector de quienes requieren utilizar el cannabis como herramienta terapéutica”, señaló, Daniela Armadía, miembro de la comunidad cannábica Tucumán.

El Decreto publicado en el Boletín Oficial establece un registro específico para usuarios que cultivan cannabis para fines medicinales, como así también promueve la creación de una red de laboratorios públicos y privados asociados que garanticen el control de los derivados producidos en todo el país.

Daniela Armendìa, que vive de Concepción, lucha desde hace algunos años para que se legalice el autocultivo y el uso de aceites derivados del cannabis para fines medicinales. Esta referente del sur tucumano muchas veces contó la experiencia que tuvo con su hijo Santiago quien sufría del síndrome “Afasia Adquirida-Epiléptica” y luego de tomar esta medicina alternativa se curó.

"Juntos a otras personas, venimos trabajando desde hace unos 6 años para que se legalice. Es una lucha larga pero que por suerte vamos ganando espacio, de a poco. Siempre cuento mi experiencia personal para que le gente le pierda el miedo. Se ha demonizado mucho al cannabis como uso medicinal; algunos con mala intención y otros por falta de información. Por suerte, gracias a las redes sociales y a las publicaciones en medios nacionales ha comenzado a ganar terreno en todo el país. Aquí en Concepción hay cerca de 100 personas que sufren diferentes patologías que usan los aceites y les ha dado muy buenos resultados”, explicó.

“Santiago se curó de epilepsia gracias aL cannabis”

Daniela recoorió un largo camino acompañando a su hijo Santiago a quien los médicos le diagnosticaron, cuando tenía 5 años, el síndrome “Afasia Adquirida-Epiléptica”. Esta enfermedad asocia un progresivo deterioro del lenguaje oral, e inconstantemente crisis epilépticas y alteraciones del comportamiento. Santiago sufría sus ataques mientras dormía y poco a poco la enfermedad lo fue deteriorando tanto en lo físico como en su salud mental.

“Santi en sus primeros 5 años de vida era normal, hasta que comenzamos a notar cambios importantes en su conducta y en el habla. Lo llevamos a diferentes médicos, incluso psiquiatras, para tratar de determinar que enfermedad tenía hasta que le diagnosticaron el síndrome de afasia epiléptica adquirida. Él ya no comía, comenzó tener serios problemas de comportamiento, casi no hablaba y no controlaba esfínteres”, recuerda Daniela.

Durante casi dos años el niño hizo los tratamientos convencionales ayudado siempre por médicos especialistas y medicado con drogas muy fuertes y de alto costo. “Mi hijo tenía una enfermedad de difícil manejo, para la cual llegó a tomar diferentes pastillas de las más fuertes, pero no le servían. Además había que sumarle el alto costo que tenían, había un medicamento que llegaba desde la Alemania que costaba 650 dólares y sólo le duraba dos semanas", indicò.

La mama, recordó que un día gracias a un programa de televisión, donde mostraban el caso de una nena con epilepsia que mejoró su calidad de vida tomando una “medicación” a base del aceite de cannabis, le cambió la vida a su pequeño.

“Santiago dejó de tomar las pastillas gradualmente y las cambió por gotas. Pasaron unos meses, mi hijo, era otro niño, comenzó a ir la escuela, a comer normalmente, se relacionaba con sus compañeros y amigos, no tenía ataques de ira, solamente le faltaba hablar de nuevo. Unos meses después lo llevé nuevamente a control médico en el hospital Garraham, de Buenos Aires le hicieron todos los estudios y me dijeron que mi hijo estaba muy bien que se había curado, es decir le dieron el alta”; relató emocionada y agregó: “Hoy Santiago tiene 13 años, es un adolecente normal y ya no usa ningún tipo de medicamentos”, concluyó. (Primera Fuente)