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Apertura de sesiones.Mentiras otra vez: Alberto Fernández volvió a decir que el acuerdo con el FMI es sin ajuste

En su discurso en la apertura de sesiones parlamentarias en la Cámara de Diputados, el presidente de la nación volvió a negar que el acuerdo con el FMI implicará un fuerte ajuste, aunque admitió que aún no está cerrado.

1ro de marzo de 2022

En la apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, el presidente Alberto Fernández se refirió al acuerdo con el FMI como "el mejor acuerdo que se podría conseguir", alcanzado con el "pragmatismo necesario". Asimismo, volvió a negar que el acuerdo implique ajuste, reforma previsional y reforma laboral, aspectos que se contradicen con los lineamientos del Memorandum de Entendimiento con el FMI que se difundió en estos días.

"Ahora el Gobierno de la Argentina ha llegado a un acuerdo con el staff del Fondo Monetario Internacional", afirmó Fernández. No obstante admitió que "aun hoy, seguimos negociando aspectos vinculados a la formalización del acuerdo", sin definir una fecha que será enviado al Congreso, al que llamó a "considerar el acuerdo que se alcance con el staff del FMI". El reloj de la negociación tiene fecha de caducidad: el próximo 22 de marzo hay un nuevo vencimiento con el FMI por U$S 2.800 millones, con un Banco Central incapaz de seguir dilapidando reservas, como es la actual estrategia del gobierno de pagar mientras se negocia, cada vez más acorralado contra el peligro de default.

El presidente también definió que "el nuevo acuerdo no acumulará nueva deuda, es una refinanciación del anterior. Se usará el dinero del propio FMI que empezará a pagarse dentro de 4 años y medio, tiempo para que la deuda no detenga el crecimiento. Se iniciarán los pagos en el año 2026 y terminará de pagarse en 2034.".

Un crecimiento que en 2021 no llegó a los trabajadores, sino que empeoró la distribución del ingreso, y que para los años venideros el crecimiento proyectado en el mismo borrador de Entendimiento con el Fondo será cada vez menor (un rango de 3,5% a 4,5% en 2022; 2,5% a 3,5% en 2023 y de 2,5% a 3,0% en 2024), un ritmo difícil de compatibilizar incluso con la propia posibilidad de generar condiciones de un repago de la deuda como sostiene el Gobierno.

Asimismo, Fernández detalló que se trata de un "entendimiento inusual" ya que el acuerdo será "sin políticas de ajuste y con incremento del gasto real en todos los años del programa. Esto nos pone en un camino transitable con previsibilidad y certeza", volviendo a insistir en que es compatible una reducción del déficit fiscal sin ajuste. ¿Cuál será la estrategia para hacerlo, con una pobreza que afecta al 40 % de la población?

Asimismo definió: "no habrá reforma previsional", "no habrá reforma laboral", "este acuerdo no contempla restricciones", "no doblega nuestra soberanía" y "en Argentina se acabaron los tarifazos", al tiempo que encomendó a la Justicia a "continuar la investigación sobre la deuda", una mera formalidad ya que el nuevo acuerdo con el FMI validará la ilegalidad, ilegitimidad y la estafa de la deuda contraída por el gobierno de Macri con el organismo.

Respecto de las tarifas, el aspecto más conflictivo del acuerdo, el presidente afirmó que se van a reducir los subsidios para segmentar las tarifas. "Apuntamos a que el 10% de mayor capacidad económica deje de ser beneficiario de subsidios. Para el resto de los usuarios, la política se inspirará en la ley 27.443 (Ley de Emergencia Tarifaria)" que vetó Macri en 2018. Para ellos "la evolución de la tarifa estará por debajo de la evolución de los salarios", afirmó Fernández. ¿Se "acabaron los tarifazos"? ¿Cómo se explica entonces la reducción del déficit fiscal y el fuerte recorte de subsidios económicos sin que se cuestione la rentabilidad de las empresas privatizadas de servicios? El FMI ya adelantó, previo a la guerra en Ucrania, que pide un aumento de tarifas del orden del 60%.

En cuanto a las jubilaciones, el presidente sentenció que "no habrá una reforma previsional”, “la edad jubilatoria no será alterada. Jubilarse es un derecho y se debe respetar a rajatabla. Si por el motivo que fuere una persona deseara continuar trabajando después de cumplir la edad que establece la ley, nadie, en principio, debería obligarla a retirarse”. Es decir, el compromiso del Gobierno con el organismo es mantener intocadas las contrarreformas iniciadas por el macrismo, impulsadas bajo la mal llamada "Ley de reparación histórica" de 2016 que eliminó las moratorias, incorporó una pensión de miseria PUAM por debajo del haber mínimo, y de la "Ley de reforma previsional" de 2017 que entre otros cambios extendió a 70 años la "posibilidad" de los asalariados del sector privado de "optar" por continuar en actividad.

De igual forma, muchos puntos exigidos por los organismos internacionales de crédito para el sistema previsional ya fueron aplicados, como el ajuste de la fórmula de movilidad que se realizó en primer lugar durante el macrismo en 2017, significando un saqueo de más de $100.000 millones a más de 6 millones de jubiladas y jubilados con el cambio en la fórmula de actualización de los haberes y las asignaciones familiares, y posteriormente con la modificación del mismo índice a fines de 2020 con la nueva ley impulsada por el oficialismo que desindexó los haberes y significó otro ajuste por más de $ 160.000 millones en 2021.

Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el gasto previsional se recortó 4,3 % en 2021 en términos reales (considerando la inflación). Fernández afirma que no habrá reforma, pero gran parte del ajuste a jubiladas y jubilados y de la reforma previsional ya están consumados.

Conquistados ya estos aspectos regresivos del sistema previsional, el Fondo conquista ahora el compromiso del Gobierno de que no se revertirá esa "pesada herencia" y se congelará la estructura piramidal y achatada de haberes, en donde la jubilación mínima no alcanza a cubrir las necesidades de 13 días del mes.

Pero a las palabras se las lleva el viento. El Fondo busca en todos los países extender la edad jubilatoria y los enormes condicionamientos que implicará el acuerdo con el FMI, sumados a sus revisiones trimestrales, no permiten descartar próximos ataques a los jubilados y jubiladas, como muestra la experiencia histórica en nuestro país y en el mundo de las profundas consecuencias sociales de la injerencia del FMI con los programas económicos.

"Deuda impagable"
El presidente remarcó en su discurso que Macri "nos dejó una deuda impagable". Así introdujo Alberto Fernández introdujo el problema de la deuda: "propongo recordar como llegamos hasta aquí. En el año 2018 el entonces presidente Mauricio Macri, decidió endeudar a la Argentina con el Fondo Monetario Internacional, por un monto total de 57 mil millones de dólares”, señaló.

Y agregó: “Conocimos esa decisión a través de un discurso transmitido en cadena nacional. El Congreso Nacional no autorizó ese endeudamiento ni fue consultado respecto de las obligaciones que el Estado Nacional asumía al tiempo de tomar la deuda. El dinero que ingresó de ese préstamo no fortaleció las reservas del Banco Central porque fue enteramente utilizado para pagar deuda externa insostenible y financiar la fuga de capitales. No quedó nada del dinero recibido en Argentina. Ni un puente ni una carretera. Sólo nos quedó una deuda externa impagable”.

Fernández destacó que el programa firmado por Macri tenía "objetivos incumplibles". "Argentina se comprometió a pagar 19 mil millones de dólares este año" y montos aún mayores en los años siguientes. "Cifras que no tienen precedente en la historia universal". Lo que el presidente no puede justificar es cómo será posible para la Argentina hacer frente a un compromiso similar a partir de 2025, cuando los vencimientos de capital e intereses con el FMI con el nuevo acuerdo sumados a los acordados con los acreedores privados externos superen los U$S 20.000 millones al año.

¿Y la recuperación de los ingresos reales?
En el inicio de su discurso el presidente se refirió a la inflación como "el gran problema que tienen los argentinos” y, "sin ninguna duda, es también la principal preocupación y el principal desafío del Gobierno". También advirtió que "hay muchos factores que inciden en la inflación y todos tienen que ser atacados coordinadamente" y adjudicó a la inflación de alimentos internacional y a los remarcadores de precios como los principales elementos que la explican.

Entonces, ¿por qué fracasó su política de precios? ¿Qué hizo el Gobierno para limitar a los oligopolios en su intento por descargar los precios a las familias y los consumidores? ¿Cuál será la estrategia de desinflación para este año? Preguntas que no fueron abordadas ni respondidas, en el marco de un programa económico que augura que el sendero inflacionario no sólo no se reducirá, sino que será uno de los pilares centrales del ajuste que acuerda con el FMI. La devaluación de la moneda, los tarifazos, el aumento de la recaudación con impuestos regresivos y el ajuste de las partidas presupuestarias serán la vía de transmisión de los precios a los bolsillos populares.

Al mismo tiempo, el mandatario afirmó que los salarios reales se recuperaron. "Los salarios reales del sector privado registrado, y pese a la elevada inflación, tuvieron una leve recuperación en 2021, aunque a un ritmo inferior al que queremos. Entre noviembre de 2019 y noviembre de 2021, el poder adquisitivo en el segmento privado formal creció 3 %. Esta cifra en sí no exhibe nada para celebrar”.

Es, también, una cifra engañosa. En 2021 la masa salarial retrocedió por cuarto año consecutivo, es decir, que en el promedio anual de ingresos incluso el sector de asalariados en mejores condiciones, aquellos formalizados y con una situación de estabilidad (que mide el indice de salarios Ripte), volvieron a perder con la inflación. Para los informales la situación del empleo y de los salarios es aún peor.

El presidente intentó destacar los logros de su gestión mediante cifras vinculadas al crecimiento económico y a la evolución de los negocios privados, la re: en la industria automotriz, alimentos y bebidas, construcción, las empresas "pyme" y los "1.300 anuncios de inversión", en donde destacó a la empresa Fortscue con el anuncio de inversión por U$S 4.300 millones para el desarrollo de hidrógeno verde en Río Negro, al que denominó falsamente "energías limpias".

Pero la omisión a los datos de la realidad social muestran la enorme desigualdad de ingresos a la que está atada ese crecimiento. Apenas pudo mencionar el dato de desempleo en 8,2% como si fuese un logro, y que "la pobreza dejó de aumentar". No hubo metas de reducción de la pobreza como sí las hay respecto al ajuste fiscal, la inflación y la devaluación, apenas la pírrica ambición (ya ni siquiera promesa) de un "sendero de paulatina reducción de la pobreza" evidenciando que las penurias del pueblo trabajador serán una constante bajo el cogobierno con el FMI por, al menos, los próximos 10 años.
LID

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