En un nuevo aniversario del golpe de estado de 1976 que dio inicio a la dictadura cívico-militar queremos rescatar una importante herramienta para su reconstrucción histórica. El estudio de los archivos de la dictadura viene contribuyendo a echar luz tanto sobre el accionar de las fuerzas represivas como sobre las acciones de la clase trabajadora y los sectores populares
En una reciente entrevista Maryline Joncquel, quien trabajó durante más de 10 años del Espacio de Memoria Olimpo, uno de los blancos de ataque del gobierno de Milei, destacaba que parte importante de la tarea de los Sitios y Espacios de Memoria “es un trabajo pedagógico muy importante, de investigación y de reflexión, dar cuenta de una etapa de nuestra historia, qué ocurría entonces, los objetivos de la dictadura militar, su metodología, las responsabilidades civiles y empresariales, las formas de resistencia, es decir, son espacios para debatir también y para que las generaciones más jóvenes y estudiantes puedan conocer a través de la experiencia de visitar estos lugares, lo que allí ha ocurrido.”
En esta tarea los archivos históricos cumplen también un papel. La clase trabajadora y los sectores populares deben tener una preocupación constante por recuperar, restaurar, conservar y difundir los testimonios y documentos que hacen a su historia y construir con ellos los retazos de su pasado que permanecen ocultos. También es una tarea de importancia acceder a los archivos que las clases dominantes conservan; en especial cuando aquellos exponen los mecanismos de persecución, vigilancia y represión estatal.
La lucha por memoria, verdad y justicia ha tenido en nuestro país una demanda central: la apertura de todos los archivos de las fuerzas represivas del Estado. Esta demanda es parte de la lucha porque implica recuperar la memoria, escribir parte de la propia historia, echar luz sobre la verdad histórica, desnudar los mecanismos de represión y ocultamiento de las clases dominantes, y aportar al esclarecimiento de los crímenes de lesa humanidad.
Estos archivos vienen siendo negados al movimiento de derechos humanos, no hay acceso a los repositorios de las Fuerzas Armadas ni de la Secretaría de Inteligencia del Estado. Hace unos años se abrieron los archivos de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la provincia de Buenos Aires, DIPPBA, que ofrece, por consiguiente, solo una fracción de los archivos de las instituciones represivas; aun así, constituyen un material de gran utilidad para dar luz sobre la represión, pero también para conocer parte de las luchas de la propia clase trabajadora cuyo detallado conocimiento resulta clave para las clases dominantes, tanto como lo es su ocultamiento a los ojos de sus protagonistas.
A modo de ejemplo del papel de estos archivos, ofrecemos aquí algunos documentos conservados en la DIPPBA. Esta institución fue creada como servicio de inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en 1956. Atravesó gobiernos militares y constitucionales hasta 1998. En el año 2000 el archivo fue puesto en manos de la Comisión Provincial por la Memoria y desde 2003 puede ser consultado.
Este organismo tenía el objetivo general de recolectar información que pudiera servir al control de la conflictividad social. En su documento doctrinario lo expone de la siguiente manera: “Todo gasto que la marcha de este servicio demande al estado quedará compensado las más de las veces, con una sola noticia suministrada a tiempo. Una huelga innecesaria o políticamente coordinada, abortada en los momentos de su planeamiento por su oportuna comunicación y las resoluciones que en base a ese conocimiento puedan adoptar las autoridades pertinentes, habrá justificado la existencia de este servicio”
Así, podemos encontrar informes de inteligencia de todo tipo de acciones de los trabajadores en sus lugares de trabajo, paros, quites de colaboración, asambleas en fábricas; se tomaba registro de los miembros de las comisiones internas, de los cuerpos de delegados y de los activistas, y sus antecedentes político-ideológicos, así como de actos y movilizaciones. Junto con los informes de inteligencia se archivaban también materiales de las organizaciones gremiales: petitorios, boletines de fábrica, solicitadas, listas de elecciones, volantes de corrientes sindicales y organizaciones políticas y recortes periodísticos.
Existen varios trabajos sobre los materiales existentes en esta institución durante las dictaduras militares, en especial la desatada en marzo de 1976; no obstante, es necesario resaltar que su función se cumplió también en periodos constitucionales, de hecho en el preludio del golpe, la vigilancia y la persecución de la vanguardia obrera y popular significó un insumo cualitativo para la represión del propio gobierno peronista y de la dictadura que lo sucedió.
Aquí queremos compartir dos ejemplos de legajos de este archivo; por un lado, dos pertenecientes al año 1975 en los que se informa acerca de actividades desarrolladas en Villa Constitución hacia el Segundo Villazo, y el seguimiento a activistas del Astillero Rio Santiago en el mismo año previo al golpe. Por otro lado, presentamos parte del legajo que informa acerca de la preparación y el desarrollo de la Jornada de Protesta de abril de 1979, en plena dictadura.
Archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la provincia de Buenos Aires (DIPPBA).
Los objetivos del golpe y la dictadura: eliminar a la vanguardia obrera
El golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 tuvo el objetivo de derrotar el ascenso revolucionario comenzado en 1969. El año previo al golpe la clase trabajadora daba una muestra más del nivel de desafío del orden capitalista: las jornadas de junio y julio de 1975 como respuesta al “plan Rodrigo”, un brutal ajuste del gobierno de Isabel y López Rega. Durante esas jornadas no solo se llevó adelante una huelga general contra el gobierno peronista sino que tomaron impulso las coordinadores interfabriles. Organizadas zonalmente (norte, sur, oeste, La Plata-Berisso y Ensenada, y Capital Federal), reunían trabajadores de grandes fábricas como Ford, General Motors, Astilleros Astarsa, Del Carlo, Tensa, Indiel, Santa Rosa, Alpargatas, Propulsora Siderúrgica, Astilleros Río Santiago, Peugeot, Petroquímica Sudamericana, Swift.
Las tareas de inteligencia en las fábricas, como planteamos, apuntaban especialmente a los sectores más combativos y registraban los pasos de los trabajadores más activos y de miembros de agrupaciones políticas y sindicales. El documento que presentamos es parte del legajo que refleja la vigilancia sobre una ciudad que había protagonizado el proceso de lucha y movilización conocido como Villazo un año antes. Bajo gobierno de Isabel Perón, en marzo de 1975, se desplegó un operativo de represión contra los obreros de Acindar y de las diferentes fábricas de la zona.
En el documento puede observarse el diario registro de la situación de conflictividad en la zona; puede leerse por ejemplo: “A raíz de la denuncia de un complot subversivo que se gestaba en la zona del litoral, se producen por intermedio de las FF.SS. [fuerzas de seguridad] numerosas detenciones, disponiendo a su vez el Ministerio de Trabajo la intervención de la filial sindical de la UOM. Las detenciones recaen sobre personal dirigente y activistas, fundamentalmente del gremio metalúrgico. Hay, además, intervención en los hechos de elementos subversivos, que intentarían provocar una situación crítica similar a la sucedida en CORDOBA en años anteriores.”
En Villa Constitución fueron encarcelados centenares de trabajadores, dirigentes gremiales de la histórica lista Marrón y comenzaron los secuestros y asesinatos con la complicidad de las patronales de Acindar, cuyo director era José Alfredo Martínez de Hoz, que será ministro de economía de la dictadura.
Otro ejemplo de la vigilancia y persecución de activistas sindicales puede encontrarse en el Astillero Río Santiago hacia fines del mismo año 1975. El documento que presentamos describe una asamblea realizada en la planta, expone a miembros de agrupaciones políticas como Juventud Trabajadora Peronista, el Partido Comunista, el Partido Comunista Revolucionario y el Partido Socialista de los Trabajadores, adjuntando la ficha con las actividades políticas de algunos de ellos.
Son solo ejemplos de la persecución desplegada por el Estado con anterioridad al golpe, proceso en el que además de los miembros de las fuerzas de seguridad participaban funcionarios políticos, las patronales con sus jefes de personal y gerentes de empresas, y burócratas sindicales. No es extraño entonces que para el 24 de marzo la mayoría de las grandes fábricas amanecieran militarizadas y comenzara la entrega de listas de activistas a los militares para que los detuvieran; así también en muchas de estas fábricas se establecieron centros clandestinos de detención, como el "Quincho" de la Ford, el Tiro Federal de Campana, cerca de la fábrica SIDERCA del grupo Techint, o en el Ingenio Ledesma de los Blaquier en Jujuy.
Frente a la dictadura: Resistencia de la clase trabajadora
Sabemos que la represión se desplegó brutalmente tras el golpe de marzo de 1976. Se ensañó especialmente con los activistas obreros, estudiantiles y de las organizaciones de izquierda. El gobierno militar y el poder económico con la colaboración de sectores de la dirigencia sindical y la bendición de la Iglesia impusieron un estado de terror que provocó asesinatos, torturas, exilios y la desaparición de más 30.000 personas.
Sabemos también que la clase trabajadora resistió a la dictadura; una resistencia por fábrica y empresas, con asambleas en clubes, asados, iglesias, comedores y secciones, con paros por horas y por “tristeza”, con frenos a la productividad y sabotajes ingeniosos. Sin embargo, para 1979 se evidenció que las direcciones sindicales debían dar respuesta a un descontento de las bases trabajadoras que se profundizaba ante los efectos de las políticas económicas del gobierno militar, el plan de Martínez de Hoz, la caída del salario real, los cierres y las suspensiones, el ataque a conquistas laborales que afectaban las condiciones de trabajo.
El último documento que presentamos, parte de un legajo de dos tomos con más de 600 fojas, refleja la preocupación del régimen por el descontento y el minucioso registro de las acciones previstas para el 27 de abril cuando un sector de las direcciones sindicales convocaron a un Jornada Nacional de Protesta.
Allí se afirma por ejemplo: “Las manifestaciones de apoyo a la Jornada de Protesta Nacional se encuentran especialmente en las Áreas Norte y Sur de Buenos Aires, ciudad de Córdoba y Tucumán.” “Las bases se mantienen en una actitud expectante, apoyan la posibilidad de una jornada de protesta pero la concreción de una medida de esa naturaleza necesita una preparación previa que solamente puede darle una conducción gremial firmemente solidificada. En la actualidad tal situación no se da, por lo tanto la jornada de protesta nacional convocada para el día de mañana por la Comisión de los 25, no contaría hasta el momento con un consenso total de adhesión de la clase obrera.” “La zona en la cual se podría esperar cierta intensidad de la medida de fuerza estaría determinada en los alrededores del Gran Buenos Aires, como ser Avellaneda, Matanza, etc., es decir en lo que se conoce con el nombre del Cinturón Industrial del Gran Buenos Aires.”
En un cuadro pormenorizado que hace el seguimiento de las posiciones acerca de la medida de lucha de partidos y agrupamientos políticos y de los gremios por sector, provincias y regiones, encontramos, por ejemplo, observaciones como: “TRANSPORTES SUBTES Y COLECTIVOS: Los gremios no adhieren al paro, pero han manifestado que se ven desbordados por las bases que exigen mejoras salariales.” “FERROCARRILES: Sectores del ROCA y MITRE tienen decidido parar, especialmente este último vería muy afectado sus servicios. En las demás líneas se mantiene la expectativa.”
Como dijimos, los legajos solían incluir también materiales de las organizaciones obreras y de las acciones que realizaban. El que incluimos aquí contiene un volante firmado por la COORDINADORAS DE GREMIOS Y FÁBRICAS EN LUCHA ZONA OESTE; en él se ataca “los salarios de hambre y la política económica do este gobierno, que no solo está destruyendo el bolsillo obrero sino a todo el país, beneficiándose así una minoría privilegiada. Las propias autoridades, presionados ya por la resistencia que venimos ejerciendo, como el paro Ferroviario, Alpargatas y muchos más (…) Compañeros: por todo esto llegamos a la conclusión que el único camino para nuestros reclamos es: EL PARO NACIONAL (…) No esperemos que los dirigentes nos vengan a decir cuál es su postura frente al mismo. Vayamos organizándonos en las fábricas para hacer que todos los sindicatos, comisiones internas y representantes se pronuncien por el mismo. Y en los lugares en donde no haya representantes sindicales habrá que nombrarlos para tomar la tarea de organizar y convocar el PARO.”
Las acciones de los trabajadores preocupaban al régimen y sus organismos de seguridad lo registraban, dejando además el testimonio de la persistencia de experiencias de luchas y organización de las bases obreras.
Aportar en la reconstrucción y la divulgación de la historia de los años de la dictadura que ejecutó el plan represivo más sangriento en la Argentina e impuso un salto en la sumisión del país al imperialismo, se vuelve una tarea de primer orden cuando se pretende imponer un discurso negacionista, se reivindica la ideología de la dictadura, se atacan las más elementales demandas democráticas y la represión es la respuesta a las luchas obreras y populares. Es nuestro deber transmitir especialmente a las generaciones más jóvenes las experiencias de resistencia y de lucha de la clase trabajadora. Por
Alicia Rojo
Recomendamos visitar: Archivo Histórico del Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones León Trotsky
Documentos de la DIPPBA. Segundo Villazo, 1975 Villa Constitución. by La Izquierda Diario
https://www.scribd.com/document/842045118/Documentos-de-la-DIPPBA-Astillero-Rio-Santiago-1975
Documentos de la DIPPBA. Astillero Rio Santiago, 1975. by La Izquierda Diario
Documento de la DIPPBA. Jornada Nacional de Protesta, abril 1979. by La Izquierda Diario
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