"Es un ciclo terminado”, dijo -como quien lanza un comentario liviano y despectivo- el gobernador Gustavo Sáenz al referirse al rol de Cristina Fernández de Kirchner en el Partido Justicialista, en el marco de la interna que el año pasado debatía la conducción del espacio. Sáenz respondía en un móvil en vivo, casual, desde la ventanilla de un auto a la prensa nacional. Aunque suele jactarse de no meterse en lo que no le compete, el mandatario local no dudó en aquel momento en jugársela por su par Ricardo Quintela, quien se erigía como el contrincante de la ex presidenta. El resto, es historia. Por eso, en política, nunca se debe dar por muerto -o terminado- a nadie…
Un PJ saencista sin Sáenz
En octubre del 2024, el PJ salteño no dudó en manifestarse a viva voz por el riojano y ponerle estructura a disposición. Desde ese momento, la sola idea del desembarco de CFK en la conducción causaba caras repulsivas en la dirigencia local que no iba a permitir que le arrebaten lo que significó la apropiación de la herramienta electoral histórica de las mayorías populares.
Y es que en un breve repaso sobre los últimos 5 años del PJ, mirando el departamento Capital, puede encontrarse su punto de caída más álgido con la pésima elección de Miguel Isa como candidato a concejal y el punto de recupero más alto, en la convocatoria del 2023, cuando en el marco del frente Vamos Salta logró ingresar dos diputados -Juan José Esteban y Laura Cartuccia- en la Cámara Baja.
Aquel trágico 2021 del PJ se había llevado la renuncia de Pablo Kosiner y de Miguel Isa, el impasse con Laureano “Chaqueño” Almirón durante el 2022 y finalmente el golpe final con la presidencia en 2023 de Esteban “Tuty” Amat. Aunque Sáenz rompe con la tradición de presidir el PJ mientras se gobierna, así como lo hicieran Juan Carlos Romero y Juan Manuel Urtubey, se aferró a su propia estructura partidaria Identidad Salteña -PAÍS- y prefirió poner a un hombre de su confianza en el justicialismo. Presidente de la Cámara de Diputados, presidente de la Cámara del Tabaco, y hasta no sabemos cuándo, del PJ, Amat carga sobre sí la suma de un gran poder, aun sin tener el perfil de aquellos políticos de la vieja escuela que tenían la capacidad de envolver en sentidos discursos y largos debates. Aun atravesando la intervención de su conducción, el dirigente de La Viña no ha emitido palabra alguna.
No hay que olvidar que en las elecciones nacionales el sello se revaloriza y que, pese a no pronunciarse, bajo la estrategia del “no me meto en el debate nacional” en pos de promover su proyecto netamente provincialista, Sáenz siempre ha puesto la estructura oficialista a disposición de los candidatos del PJ. Emiliano Estrada y Pamela Calletti en 2021 y Pablo Outes y Yolanda Vega en 2023, bajo la presidencia de Alberto Fernández. Ahora, sin línea directa con el PJ y bajo el gobierno de Javier Milei, ¿para dónde moverá sus fichas este 2025 electoral? El plus de este año es que la provincia deberá renovar las tres bancas del Senado de la Nación.
El fantasma de la intervención
Desde noviembre del año pasado, cuando Cristina finalmente fue proclamada presidenta, el rumor de la intervención comenzó a circular por los pasillos de la política salteña. Aunque la primera intención fue la paz, la dirigencia local la tenía difícil. Por un lado, la apuesta local fue respaldar la lista de Quintela aportándole candidatos: la intendenta de La Viña, Elizabeth Sánchez, fue candidata a la quinta vicepresidencia; mientras que “Tuty” Amat; la intendenta de General Mosconi, Ana Guerrero Palma; la diputada metanense Nancy Jaime y el ex funcionario provincial Rodrigo Katsinis fueron candidatos a consejeros titulares.
Sin embargo, el punto de quiebre fue la inorganicidad de los diputados nacionales electos por el PJ que una vez sentados en sus bancas se autopercibieron peronistas disidentes y dialoguistas. Nucleados en el bloque Innovación Federal, Pamela Calletti -presidenta del mismo-, Yolanda Vega y Pablo Outes han sido el aporte en bandeja que Gustavo Sáenz ha utilizado para negociar con Javier Milei. Aunque a ningún peronista local le gusta defender lo que sus pares han votado en el Congreso, “que la gobernabilidad”, “que el consenso”, “que darle las herramientas al gobierno” suelen ser los argumentos recurrentes para su justificación. En Innovación Federal, justamente, también se nuclean los misioneros peronistas díscolos que, al igual que Salta, se encuentran intervenidos.
Pese a los intentos de Amat de mostrarse complaciente con Fernández, a quien apenas asumida envió sus salutaciones públicas, reconociendo su conducción y hasta la Congresal Nacional pejotista Soledad Troyano tuvo una entrevista exclusiva con la misma, no bastó para frenar la intervención.
Sale con fritas
El martes 25 de febrero fue un día agitado. Desde el mediodía, algunos medios de tintes oficialistas daban a conocer chats privados del diputado nacional Emiliano Estrada con su trabajadora de prensa, para seguir abonando a instalar la idea de “financiaba una usina de fake news”. Aunque la causa ya está en manos de la justicia federal, por propia incompetencia declarada de la fiscal de Ciberdelitos Sofía Cornejo, no parece casual los momentos en que salen a relucir los trapitos al sol.
Esa misma tarde, Cristina presidió la primera reunión del Congreso Nacional del PJ como presidenta y entre tantas cuestiones que se votaron, la intervención salió con fritas y por unanimidad. Como una devolución de gentilezas, Estrada difundió la noticia en su cuenta de X: “A enderezar lo que se torció y a ordenar lo que se desordenó. Los tres diputados nacionales elegidos por el PJ, que le votaron todas las leyes a Milei, van a poder afiliarse a LLA sin problemas”, escribió el legislador. Cabe resaltar que Estrada fue designado como Secretario Nacional de Economía y Producción del PJ, mientras Nora Giménez, senadora de UxP, Secretaria de DDHH.
El vocero del oficialismo local fue el secretario general del partido, Antonio Hucena, quien despotricó contra Fernández, endilgándole ser la responsable de profundizar la grieta. “Una intervención caprichosa, injusta y arbitraria”, fustigó. Por su parte, Pablo Outes reclamó que “el peronismo no es un patrimonio de CFK ni de La Cámpora”, contraponiendo su mirada “federal”. Amat y el PJ publicaron un comunicado donde se manifestaron “sorprendidos y desconcertados”, ya que el partido se encuentra ordenando administrativamente y aseguraron “el peronismo no es un sello de goma, sus militantes, los dirigentes y el pueblo no pueden intervenirse”.
Sin embargo, lo más importante del comunicado es el último párrafo, que reza, en voz del propio Amat: “Como presidente del partido, quiero transmitir la tranquilidad a los compañeros de la provincia que se garantizará la participación de los candidatos de nuestro espacio en las próximas elecciones provinciales el 11 de mayo”. Hete aquí, quizás, la encrucijada más grande frente al vencimiento de la presentación de alianzas el próximo 12 de marzo, ahora despojados de algo tan básico como contar con una herramienta electoral. Para presionar, sumaron una solicitada con firmas de diputados y senadores provinciales e intendentes salteños quienes manifestaron su enérgico repudio; lo que no frenó los vítores que alzaron dirigentes de la mesa UxP distrito Saltas que se lanzó la semana pasada, junto a las expresiones de referentes del peronismo como Walter Wayar.
Referentes locales confirmaron a El Tintero que los apoderados del partido, entre ellos, Pamela Calletti, ya realizaron una presentación en Buenos Aires para frenar la intervención. Aunque también confían en que, como la decisión fue tomada por el Consejo Nacional ad referéndum, deberá someterse a votación en el Congreso Nacional, donde si bien Salta cuenta con más de 30 congresales, no tendría los votos para no refrendar la mencionada decisión. Mientras que, del otro lado, aseguran que esperan que la juez María Servini de Cubría informe de oficio al juez electoral Julio Bavio de la intervención para que se apersonen los designados para la normalización del espacio: Sergio Berni, ex ministro de Seguridad de Buenos Aires y Luz Alonso, diputada provincial de La Pampa y militante camporista.
¿Se puede estar bien con dios y con el diablo?
Que Cristina y Gustavo no se llevan bien, no es ninguna noticia. Algunos acusan de cierto revanchismo a la ex presidenta; mientras que otros apuntan duramente sobre el rol que han tenido los tres votos salteños que fueron trascendentales para la Ley Bases, el Paquete Fiscal o la ratificación del veto a la movilidad jubilatoria. Aunque sostengan que el PJ de Salta tiene los papeles en orden; que la decisión de intervenir es de “una mirada centralista en detrimento del federalismo”, cabe preguntarse por la coherencia en torno al espacio por el que fueron electos y lo que sus electores esperan de ellos ¿Qué implica hoy ser peronista?
Entrar en debates filosóficos y políticos sobre los votos de los diputados salteños es perder tiempo para la dirigencia local, que en vista a los largos pasos burocráticos que le esperan para “recuperar” el sello, ya definió su última estrategia: el éxodo. Escoltados por Amat, bajo su promesa de “tranquilos, tendremos partido para las elecciones”, la dirigencia pejotista lanzó el Frente Peronista Salteño donde se refugiará en el frente electoral para canalizar sus candidaturas. Frente Salteño (Javier David), Memoria y Movilización (Martín Ávila), Representar (Gonzalo Quilodrán), Igualar (“Indio” Godoy), Parte (Antonio Marocco), Unión Victoria Popular y Libres del Sur (Carlos Morello) le brindan así un colchón de emergencia. Partido PAÍS, el espacio saencista por naturaleza, parece guardarse para próximas batallas. La pregunta es, si todos se van, ¿quién se queda en el PJ?
El golpe, sin embargo, es duro, puesto que implica perder una de las estructuras partidarias más grandes de la provincia y una de las alas de la estrategia saencista. Por un lado, teniendo de epicentro al PJ, el sector más peronista o progresista, si se quiere; y por otro, el más conservador o de derecha, que contenía al romerismo a través de Salta Nos Une o Primero Salta, el armado de Ricardo Villada, entre otros. Irrumpe en este escenario el Frente Liberal Salteño, que lanzó recientemente Alberto “Beto” Castillo, consagrando una línea de saencismo liberal. Ese esquema, donde todos los caminos no conducen a Roma, sino a Gustavo Sáenz, se desmorona con la intervención. Esa máquina traccionadora de votos que logró constituir el gobernador, que suma por derecha e izquierda, encuentra un punto de inflexión. El “ciclo terminado” vino a redefinir el escenario político en Salta. Y es que no se puede estar bien con dios y con el diablo…(el tintero)
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