Por todas partes vemos cómo los gobiernos persiguen y encarcelan a luchadores populares. Es algo que hacen en forma sistemática distintos gobiernos capitalistas, tanto dictatoriales como democráticos, como recurso para sostener el sistema de explotación que defienden. Así, el gobierno del partido socialista en España, claro ejemplo de la democracia capitalista, es un adalid de la persecución política y la tortura que mantiene en las cárceles a centenares de luchadores vascos con durísimas condenas. (...)