En los últimos tiempos los tartagalenses que ejercemos el periodismo, nos convertimos en relatores de cuestiones que en la mayoría de los casos se asocian con un estado de ánimo proclive a la tristeza. Contadores de noticias y también de historias e inclusive mezclamos unas con otras, cuando los acontecimientos se simbolizan en un reflejo, que corporizado individualmente, escenifican el cuadro social de un pueblo.
Hoy quiero contarles la historia de Camila, una niña de tan solo seis años, que (...)