Segundo semestre: una buena noticia para el macrismo llegó de la mano del kirchnerismo

El uso político del caso López por parte del macrismo. La crisis del kirchnerismo y el discurso PRO de la herencia recibida. Silencio sobre Panama Papers. La lucha contra el ajuste y la impunidad.

El tan ansiado alivio que el macrismo anunciaba para el segundo semestre no llegó finalmente por el lado de una mejora de la situación económica, como pronosticaban los voceros del gobierno, sino de la mano del kirchnerismo. Tampoco llegó como buena noticia para quienes sufren el ajuste, sino exclusivamente para el gobierno nacional.

Efectivamente, al presidente Mauricio Macri el escándalo producido por la detención de José López le vino como anillo al dedo, en el momento indicado. Cuando el malestar con su gobierno iba en sentido creciente por el ajuste económico y escándalos como los de Panama Papers, la detención del número dos de Julio de Vido intentando ocultar millones de dólares pasó a ocupar el centro de la escena política, dándole un duro golpe a la oposición kirchnerista y reforzando el discurso macrista sobre el descalabro de la “herencia recibida”, que de acuerdo al relato oficial sería la causante de las malas noticias actuales.

Ayer Macri y sus funcionarios, de forma concertada, salieron entonces a intentar recuperar la iniciativa política y copar los medios de comunicación con declaraciones, buscando hacer un uso político del escándalo de corrupción. Una verdadera andanada de dichos simultáneos, como en tiempos de campaña electoral.

Desde Colombia, donde se desarrolla el Foro Económico Mundial para América Latina, el propio presidente Macri dijo que "hay que dejar atrás la interpretación de la política como un saqueo", a la vez que afirmó que "mucha gente va a tener que hacer una profunda autocrítica en el futuro inmediato", en inequívoca alusión al kirchnerismo.

Por su parte, la vicepresidenta Gabriela Michetti sostuvo que “el relato se les cae a pedazos” a los kirchneristas, e hizo referencia al sentimiento de “desazón” que por estas horas envuelve a muchos políticos y militantes que “genuinamente tenían cercanía ideológica y afectiva” con ese espacio político.

A su vez, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, dejó saber sus suspicacias al decir que “no creo que (Cristina Fernández) estuviera al detalle de lo que hacía cada uno de estos personajes, pero me parece raro que nadie supiera lo que nosotros mismos estábamos denunciando teniendo mucha menos información".

También hizo referencia a la situación el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, quien dijo que “cuesta creer que no”, cuando le consultaron en radio La Red si la ex presidenta Cristina Fernández podía estar al tanto del accionar de José López. Más aún, Dietrich sostuvo que “no hay que olvidarse de que la corrupción mata, como la masacre de Once, y mata en cada una de las rutas que no se hicieron”.

Panama Papers: mejor no hablar, de ciertas cosas

Macri también señaló ayer desde Colombia que "más allá del bochorno, de la indignación que despertó en todos los argentinos, claramente tiene que ver con una mala forma de hacer política", y sostuvo que "por suerte los argentinos decidimos un cambio" en función de que "la política esté liderada por servidores públicos".

Por supuesto, el presidente evitó hacer referencia a su involucramiento en los Panama Papers, al llamativo crecimiento de su patrimonio en su última declaración jurada, o a casos de denuncias contra hombres del PRO como Fernando Niembro.

El escándalo de corrupción de José López le sirve al macrismo para correr del debate público esos temas, y pedir “comprensión” con su política de ajuste, escudándose en los males dejados por el gobierno anterior. Los millones de dólares involucrados en los casos de corrupción que aparecen en estos días le hacen un gran favor al macrismo en este sentido. Es un nuevo favor del Frente para la Victoria a Cambiemos, así como anteriormente le votó en el Senado la entrega a los buitres.

Si la crisis del kirchnerismo le sirve en la coyuntura a Cambiemos para debilitar al Frente para la Victoria y retomar la iniciativa política después de meses complicados para su gestión, vista como un gobierno de los ricos, difícilmente pueda con esto evitar que tarde o temprano se exprese activamente el descontento popular con los tarifazos, la inflación y los despidos. Por otro lado, la Caja de Pandora de los escándalos de corrupción abiertos puede terminar salpicando no sólo al kirchnerismo sino también a políticos y empresarios ligados a todos los partidos del régimen.

Como dijo esta semana en el Congreso Nacional la diputada del Frente de Izquierda Myriam Bregman, “todo el que se involucra en la obra pública en Argentina termina millonario”. Mucho de esto sabe el kirchnerismo, como queda en evidencia esta semana, pero también el macrismo, cuyo grupo familiar supo enriquecerse como contratista del Estado, y durante la última dictadura militar no solo vio estatizarse su deuda de la mano de Domingo Cavallo, sino que también vio pasar su grupo de empresas de 7 a 47 durante los años de plomo.

Ante los padecimientos del pueblo trabajador y la podredumbre del régimen corrupto de los capitalistas, está planteado el desarrollo de una alternativa política de los trabajadores luchando contra el ajuste y la impunidad.