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María Servini, una jueza todo servicio

Quién es la jueza federal con competencia electoral, que volvió a intervenir el PJ. Versada en estrechar lazos con el poder de turno. Sus vínculos con los espías, transitan gran parte de su vida.

16 de abril de 2018| Rosa D’Alesio |

María Servini lleva casi tres décadas sin haber podido separarse de las causas que la llevaron a la fama: el Yomagate y la censura al capocómico Tato Bores, por la que hasta hoy se la recuerda socarronamente como la jueza “Buruburubudía”.

También es conocida por ser la “conductora” del PJ. Uso su poder para terciar en la interna partidaria. Afrontó decenas de causas en su contra, de las que siempre salió indemne.

La historia la encuentra nuevamente dictaminando un fallo escandaloso: la intervención del Partido justicialista. Una medida antidemocrática, que se inmiscuye en la vida política de los partidos.

Una semblanza de “Buruburubudía”

De familia judicial y peronista, llegó a Buenos Aires desde su San Nicolás natal para estudiar derecho en la UBA.

María Servini fue nombrada jueza en lo Criminal de Instrucción, poco antes de la caída del gobierno de Isabel Perón. Después del golpe, fue ratificada en el cargo por la dictadura.

En 1990 Carlos Menem la nombró jueza nacional en lo Criminal y Correccional N° 1 con competencia electoral. Intervino en la causa Yomagate que inició el juez Baltasar Garzón en España, que implicó a la cuñada de Menem, entre otros, por lavado de dinero del narcotráfico. Fue apartada de esta causa porque cajoneó un pedido de la Justicia española, para que se encarcele a la cuñada del Presidente, Amira Yoma. También se la acusó de haber cometido varios errores procesales. Terminó con más de diez pedidos de juicio político, de los que salió ilesa, y con una multa de insólitos 60 pesos impuesta por la Corte. Durante el menemismo selló su imagen al de jueza incondicional al Gobierno.

Las críticas en su contra la llevarán a censurar a Tato Bores, lo que le valió ser satirizada bajo el nombre de “Buruburubudía”. Fue precisamente la multa de la que iba a burlarse Tato Bores en mayo de 1992, cuando la jueza logró que el programa fuera censurado. Al domingo siguiente 100 artistas acompañaron a Tato para corear «La jueza Barubudubudía es lo más grande que hay», que encarnó en el imaginario social lo peor de la impunidad.
Su vida no fue tan lineal. Desde estos dos últimos acontecimientos, todo lo que hizo fue evaluado como un intento de limpiar su imagen. Así se leyó cuando el 20 de diciembre de 2001, fue hasta la Plaza de Mayo a detener la represión. Sin embargo, durante el gobierno de Fernando de la Rua supo ser oficialista.

Servini conducción

De familia peronista, su prima Clara Servini García fue elegida diputada nacional por el PJ durante el gobierno de Isabelita, y convencional constituyente en la Reforma Constitucional de 1994. Mientras que su padre se hizo peronista en 1945. Sus amigos de la infancia luego serían personalidades del Partido Justicialista. José María Díaz Bancalari, por décadas será un protagonista del PJ, quien fue electo intendente de San Nicolás en 1983 y ocupó una banca en el Congreso de la Nación desde 2007 hasta 2015. También conserva amistad con otro oriundo de su pueblo natal, Ginés García Gonzáles.

Pero María Servini supo transitar los pasillos del poder y construir juego propio. Durante el menemismo obtuvo el cargo que conserva hasta hoy. Es una oficialista perpetua, como la mayoría de los jueces. Servini fue menemista hasta que éste comenzó a perder poder. En 1999 la jueza suspendió la asunción de Menem para conducir el PJ hasta fines del 2002. Aunque luego este logró que se reconociera un fallo previo de la Corte. El fallo de Servini favorecía a Eduardo Duhalde, que buscaba la presidencia nacional.

En 2003 volvió a tallar en la interna peronista, y nuevamente contra Menem. A través de un fallo impidió que la interna peronista se dirimiera dentro del PJ, que de haberse llevado adelante, hubiera obtenido el triunfo el exmandatario. Es así que llega a la presidencia Néstor Kirchner.

Con los nuevos cambios políticos, en marzo de 2004 intervino el Partido Justicialista de la Capital Federal y encomendó a un agente de la exSIDE Ramón Ruiz. Desplazando así a Miguel Ángel Toma, cuestionado por los sectores afines al presidente Néstor Kirchner.

La medida dispuesta por la jueza había sido requerida por el abogado Román Carlos Sá, apoderado del PJ porteño, quien pidió la designación de un interventor normalizador para que dirija el partido.

En 2005 dejó de apoyar a Duhalde y dispuso la intervención del Partido Justicialista nacional y ordenó que se votaran nuevas autoridades en el mediano plazo. Esta medida fue a pedido del kirchnerismo para alejar a Eduardo Duhalde y a Carlos Menem del poder justicialista. El amigo de la jueza, Ramón Ruiz, fue el veedor de esa intervención, quien luego se quedó al frente del partido hasta el 2008, cuando entregó su cargo a Néstor Kirchner.

Bajo los nuevos aires Servini, después de más de una década, volvería a fallar a favor de Eduardo Duhalde. En abril de 2016 prorrogó la fecha de cierre de listas del PJ, cuando Gioja y Scioli se disponían a asumir al frente de una conducción de "unidad". Fue a partir del reclamo de la línea interna "Dignidad Peronista", que representaba al expresidente quien reclamaba por la falta de participación e irregularidades. Finalmente José Luis Gioja pudo asumir.

La jueza lleva dos décadas interviniendo en la vida interna del PJ, siempre a
favor del pudor de turno. Muchos de los peronistas que hoy cuestionan, justamente contra esta medida antidemocrática, son los mismos que ayer reclamaban la intervención de la jueza.

Una jueza amiga de los servicios

El periodista Diego Genoud cuenta, en un artículo publicado en LetraP, la historia menos conocida de la jueza: los amigos que encontró entre los espías. Además de Ramón Ruiz, estableció lazos con Francisco “Paco” Larche, Eduardo Miragaya y Jaime Stiuso.

Muchos señala al exAFI, Eduardo Miragaya, con la intervención del PJ. La subdirectora de la AFI, Silvia Majdalani lo había designado como director de Inteligencia sobre Delincuencia Económica y Financiera. Fue desplazado del organismo tras un artículo del periodista Carlos Pagni, aunque continúa vinculado a la AFI y con muy buena relación con la Turca Majdalani.

Por la cercana relación que mantiene con María Servini, en el peronismo sospechan que fue él quien operó para intervenir el PJ y uno de los artífices de que Luis Barrionuevo dirigiera el control del partido.

La jueza también encontró en el gobierno de Cambiemos amigos. José Torello, jefe de asesores del Presidente es también un operador en la Justicia. Las hipótesis sobre quién esta detrás del fallo de la jueza son múltiples, pero algo es irrefutable, la intervención favorece al macrismo.

Servini no es la única jueza que mantiene estrechos lazos con los agentes de inteligencia. Los jueces se sirven de ellos para operar en sus causas políticas-judiciales. (LID)

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