FMI: el Gobierno deberá ceder más de lo esperado para cerrar el pacto de coloniaje

Nicolás Dujovne inició ayer tratativas con la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, para negociar un crédito stand by.

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, acordó ayer con Christine Lagarde, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), avanzar en las negociaciones para que la Argentina acceda a un crédito stand by, al cual el gobierno de Macri decidió recurrir como última carta para enfrentar la volatilidad cambiaria y financiera que se mantiene desde el 25 de abril.

El Fondo Monetario Internacional aseguró que tramitará de manera "expeditiva" la solicitud del gobierno argentino, sin dar precisiones sobre las cifras en discusión.

Previo a la reunión con Lagarde, Dujovne se había encontrado con el subsecretario de Asuntos Internacionales del Tesoro estadounidense, David Malpass, quien manifestó que Estados Unidos “vio con beneplácito el diálogo entre Argentina y el FMI en relación al programa propuesto” por el Gobierno de Mauricio Macri “para incentivar el crecimiento y las reformas del mercado”. Agregó que el Tesoro hará "un atento seguimiento de los avances” que logre Argentina con el FMI. El funcionario también “elogió el plan del ministro (Dujovne) para fortalecer la política fiscal y el accionar decisivo de Argentina para volver a anclar la inflación”, según enfatizó la información del Palacio de Hacienda.

El gobierno, obligado a recalcular más de lo esperado
A pesar del esfuerzo por mostrar que cuenta con una postura favorable de la titular del organismo, a lo cual el gobierno le sumó ayer la difusión de numerosas expresiones positivas de líderes mundiales sobre su programa económico para fortalecer la idea de que hay un fuerte respaldo internacional, lo cierto es que ya se puede observar que el tratamiento que le dispensará el organismo a la Argentina será más duro de lo que el gobierno esperaba.

En primer lugar, la primera novedad negativa que se llevó el gobierno, es que podrá acceder a un acuerdo financiero "stand by (SBA) de alto acceso". Se trata de una línea de crédito que el fondo otorga a países con problemas de balanza de pagos, y en el que la liberación de fondos está sujeta a condicionalidades. El gobierno debe mostrar cumplimiento de las metas acordadas para ir accediendo a los fondos. Los mismos son liberados por el organismo de manera escalonada. Son el tipo de acuerdos que suscribió la Argentina ya en 1984, 1996, 2001 o 2003 por nombrar algunos años.

La aspiración inicial de la administración de Macri era que el FMI otorgara la posibilidad de realizar el acuerdo bajo el programa de Línea de Precautoria de Liquidez (PLL). De acuerdo a la definición del organismo en su web, el PLL "tiene por objeto atender de manera flexible las necesidades de liquidez de los países con fundamentos económicos sólidos pero que presentan limitados factores de vulnerabilidad". Evidentemente, el organismo no consideró que la Argentina tuviera estos fundamentos "sólidos", lo cual es evidente considerando el déficit de cuenta corriente que alcanza 5 % del PBI. Un acuerdo de este tipo habría representado un nivel de condicionalidad menor al que puede esperarse de un acuerdo stand by.

El martes, en la conferencia de prensa que dio antes de partir para Washington a iniciar las tratativasdel acuerdo, Dujovne afirmó que "el préstamo del FMI nos permitirá seguir con el plan gradualista".

Pero, como advierte el organismo en su web "cuando un país toma prestado del FMI, acuerda ajustar sus políticas económicas para superar los problemas que lo llevaron a buscar financiamiento en primer lugar".

Durante estas 48 horas, la opinión de buena parte de los analistas es que el gobierno tendrá que hacer más concesiones de las que se proponía inicialmente. Más ajuste fiscal, para ir a una meta de déficit primario por debajo del 2,7 % este año, y acelerar el recorte en 2019, un enfriamiento de la economía para achicar el déficit externo.

Incluso, no faltan quienes señalan la paradoja de que, si bien el gobierno recurre al FMI para buscar evitar que el dólar se siga descontrolando, el organismo podría exigir una flotación cambiaria que ubique la cotización del dólar por arriba de la banda de 23 alrededor de la cual se mueve por estos días. El riesgo enorme, por el cual el gobierno buscó evitar esto, es que el dólar más elevado genera una presión adicional sobre una inflación que ya viene recalentada. Hoy cada vez son más los que pronostican que superará el 24,6 % que alcanzó en 2017.

Rumbo al "día D"
El organismo prometió un tratamiento "expeditivo", pero estamos hablando de semanas, o hasta un mes y medio. Un tiempo infinito para un gobierno sometido a una desgastante corrida cambiaria, que gastó toda una serie de herramientas de alta intensidad utilizadas con una línea errática, y que enfrenta el próximo martes 15 un desafío formidable.

El 15 de mayo vencen títulos del Banco Central (BCRA), Lebac por $ 680 mil millones (USD 30.000 millones). Ayer el banco JPMorgan Chase & Co. advirtió que el peso argentino podría enfrentar un "desorden" si el Banco Central fracasa en su esfuerzo de refinanciar el vencimiento. El BCRA necesita que los pesos que entrega a cambio de los viejos títulos, más los intereses, sean reabsorbidos por su nueva emisión de Lebac, ya que sino los pesos liberados pueden destinarse masivamente a comprar dólares, echando nafta al fuego de una corrida que no termina de calmarse.

Esta renovación podría obligar a la autoridad monetaria a validar tasas del 45%, o superiores. Alrededor de estos niveles se movía ayer la tasa de Lebac en el mercado secundario, donde se compran y venden los títulos ya emitidos anteriormente por el BCRA.

Mientras tanto, el dólar futuro se pactaba ayer a $24,50 para junio, y $27 para diciembre.

Todos indicadores de que, aunque ayer el dólar se movió la mayor parte de la rueda por debajo de $23, la tensión cambiaria puede recrudecer.

Los grandes empresarios, bancando este proyecto
Ayer las principales entidades empresarias, nucleadas en el G6, salieron a respaldar las últimas medidas adoptadas por la Casa Rosada. A través de un comunicado, afirmaron que el equipo económico "cuenta con todos los instrumentos y activos aptos para brindar previsibilidad cambiaria y financiera de largo plazo". Declaración que muestra exceso de optimismo a la luz de las idas y vueltas que mostró el gobierno.

El respaldo empresarial llegó luego de una cumbre que los miembros del G6 mantuvieron este jueves en las oficinas de la Unión Industrial Argentina. Al desayuno de trabajo asistieron Jorge Brito (h), por ADEBA; Adelmo Gabbi, titular de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires; Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción; Eduardo Eurnekian, por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios; Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina, y Miguel Acevedo, titular de la UIA.

Esta muestra de apoyo llega una semana después de que otro nucleamiento patronal, el Foro de Convergencia Empresarial, se manifestara la semana pasada a favor del tarifazo del gobierno, exigiendo "responsabilidad" a la oposición en la cuestión tarifaria, rechazando el proyecto que tuvo aprobación en Diputados el miércoles de esta semana.

La clase empresaria sale a bancar a este gobierno que impulsa una agenda que le ha redundado en enormes beneficios, en el marco de las dificultades que atraviesa para hacer pasar su plan de "sinceramiento" y "normalización" que nos tiene a los trabajadores como variable de ajuste. Hay que salir a enfrentarlos en las calles. Rechazar el recurso al FMI, no al pacto de coloniaje. Fuera FMI. Es necesario pelear por medidas de emergencia para que la crisis la paguen los capitalistas. (LID)