Murió tras pedir ayuda y no ser escuchado: La historia de Luis, el hombre que vivía a la vera de la Ruta 36 en El Quebrachal

Su testimonio se volvió viral tras una nota periodística. Denunció abandono del hospital y del municipio. Murió tres días después de ser trasladado a Salta.

La historia de Ángel Luis Figueredo, conocido como “Favareto” o “Quico”, conmovió a cientos de personas en redes sociales durante la última semana. Su caso, visibilizado por el periodista local Néstor Pavón, reveló una cruda situación de abandono institucional que terminó en un desenlace fatal.

Luis tenía 56 años, vivía a la intemperie y estaba en proceso de recuperación de una adicción al alcohol. Murió el pasado lunes 09 en el Hospital San Bernardo, tres días después de haber sido finalmente trasladado desde El Quebrachal.

Todo comenzó hace nueve días, cuando Pavón difundió un video en el que entrevistaba a Figueredo, quien permanecía acostado sobre un colchón al costado de la Ruta Provincial 36, “al fondo de El Quebrachal”, según la descripción del periodista.

Durante el reportaje, Luis contó con voz tenue y sin fuerzas que “hacía cuatro meses había dejado el alcohol, que vivía a la intemperie y que en reiteradas ocasiones se había acercado a la Municipalidad y al hospital local en busca de ayuda, sin recibir ninguna respuesta concreta”.

Lo que llamó la atención de Pavón (y también de los cientos de personas que vieron el video) fue que durante toda la nota, Figueredo no pudo incorporarse. Permaneció acostado, con frazadas viejas sobre el cuerpo, y apenas podía hablar.

Ante esa situación, el periodista decidió intervenir: gestionó por sus propios medios el traslado del hombre hacia la capital salteña, ya que ninguna autoridad del lugar se hacía cargo.

Luis fue internado en el Hospital San Bernardo de la ciudad de Salta. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del equipo médico, falleció tres días después.

Según confirmó Pavón a través de sus redes sociales, fue quién inició el proceso de traslado del cuerpo hacia El Quebrachal, donde recibió sepultura.

“El señor Figueredo falleció en el Hospital San Bernardo. Nadie podía realizar el traslado, así que me ofrecí para darle una sepultura digna”, explicó Pavón, quien también se encargó de hacer los trámites en el Registro Civil y en la morgue.

Luis vivía a la vera de las vías del tren, en una zona paralela a la Ruta Nacional 16, en dirección a los galpones de la firma Torino, frente a una zona descampada.

Su cama era un colchón en el suelo, y su único abrigo, una frazada raída. Sobrevivía con lo poco que encontraba y lo que algunas personas le alcanzaban, mientras enfrentaba las bajas temperaturas de este invierno.

La difusión de su caso generó una fuerte conmoción social y abrió interrogantes sobre el accionar del municipio de El Quebrachal. En el video registrado por Pavón, Luis expresa con claridad que pidió ayuda en varias oportunidades: “Fui al hospital, fui a la Municipalidad, pero nadie me ayudó”.

Hasta el momento, la falta de respuesta del hospital y el municipio, no se investiga, pero podría haber sido determinante en el agravamiento de su cuadro de salud y posterior muerte.

Las autoridades locales no emitieron hasta el momento ningún comunicado oficial en relación al fallecimiento. El periodista que visibilizó el caso y gestionó el traslado coordinó el regreso del cuerpo a El Quebrachal para que el hombre tenga, al menos, un entierro digno.

El caso de Figueredo expone la posible responsabilidad del municipio anteño frente a las personas en situación de calle y la necesidad urgente de articular redes de asistencia real, con respuestas eficaces y humanitarias ante situaciones de extrema vulnerabilidad. (Infosalta)