Veo la silueta de Ariel

“…Anda uno sabiendo la muerte”

El Ariel se fue por otro camino infinito.
La muerte, Amigo, se te puso codo a codo.
Sin sorprenderte porque vos ya la sabías tramposa.

Sin engaños porque –como tú seguirás cantando y seguiremos cantando nosotros-: Anda uno sabiendo la muerte…
Todo así de natural. De lógico.

Mirándote en esa cuesta, sólo silueta y guitarra, evoco para saludarte sonriendo el primer abrazo de hace unos cuarenta años allá en Tartagal, en un recital obviamente con tu amada Isamara, de versos clandestinos por el imperio de las botas.

O aquella otra genial ocurrencia que tuvimos, para burlar la censura de los tiranos, armando una exposición plástica - poética en Jujuy, donde repartías bendiciones en brindis cantando y contando sueños como el de aquel del día en que el campesino tenga la tierra.

¡Y ése par de páginas en el Diario Norte (con el guiño entusiasmado de Roberto Romero) para dejar en las hemerotecas y la historia otro testimonio de tu obra gritando la exigencia de Libertad que sabíamos posible conseguir!

Tiempos de los Juanitos Laguna y Juancitos Caminadores de aquellos maestros-amigos en la valentía de los versos y las voces como Hamlet Lima Quintana, Raúl González Tuñón, la Negra Mercedes y nuestro César Isella, entre tantos otros que en este instante se me escapan del pensamiento.

Y me detengo, hermano, en aquella noche de un primero de mayo en la Sociedad Española de Tartagal para advertir a algún joven que hoy te escuche nombrar sin haberte conocido, que a la par de tanto canto social, revolucionario y libertario, corría en paralelo el cauce del canto al amor, a la vida. Y como bien enseñara y aprendiéramos -del autor del enorme Zorba y su filosofía- a amar a la mujer, al vino y al fuego.

A verte hoy Ariel, hecho silueta con tu guitarra en este horizonte septembrino, te digo, valiente cumpa, ñaño: ¡mejor cantemos! Abrazados a tu Isamara, a tu Moniquita y a tu Mirko, en esta rueda que se forma –mírala- con una multitud inconmensurable de –como vos- peregrinos eternos. De Ángeles/Diablos amigos. (Juan Gonza)

4 poemas del Ariel (por él seleccionados para una revista literaria de la que era amigo y por ende raíz, tronco, ramaje y fruto,

EN LA PROVINCIA DEL POBRE

En la provincia del pobre
anda cantando el alcohol
y en las casitas de lata
anda faltando el carbón.

A la provincia del pobre
el viento quiso llegar,
lo pararon en la frontera
no lo dejaron pasar.

En la provincia del pobre
el árbol crece nomás,
y el pajarito amanece
sin aprender a cantar.

En la provincia del pobre
cuando llega el carnaval,
no se disfraza ninguno
se visten así nomás.

En la provincia del pobre
llegó un cantor a cantar
eran festivas sus coplas
nadie lo quiso escuchar.

A la provincia del pobre
para quien quiera llegar,
saque pasaje a la muerte
que bienvenido será.

ALEGATO DE LA MUERTE DE PEDRO EL CAMPESINO

Anda uno sabiendo la muerte.

Sobre la mañana
con el sol que duele
allá entre los surcos
y el aire caliente.

Anda uno sabiendo la muerte.

Violento y jinete
a puro caballo
temblando la suerte
el Dios desbocado.

Anda uno sabiendo la muerte.

Allá entre las copas
que apura el cuchillo
que lleva la noche
colgado en el vino.

Anda uno sabiendo la muerte.

Las cosas que salen
del cuero y la sangre
no son para todos
precisas y pares.

Por eso molesta
el Pedro que piensa
y al fin de su Pedro
la muerte da vueltas.

Por eso el silencio
que no era del Pedro
subió de su tierra
al árbol del pueblo.

Anda uno sabiendo la muerte.

Sabiendo la muerte
Con toda la vida
la muerte de Pedro
por todas las risas.

La muerte de un hombre
por todos los hombres
es sangre que vuelve
sobre el horizonte.

EL MAGO

Las cosas de siempre
se mudan de ropa
cuando el mago juega
sombreros de copa.

El mago es el ángel
que cuida las brujas
que duermen la noche
donde el miedo escucha.

El mago que puede
romper con las claves
no tiene ni un truco
donde mate al hambre.

El mago que anuncia
al hombre que piensa
saca la esperanza
desde su galera.

Si yo fuera mago
el circo del mundo
haría un domingo
sin reos ni muros.

Haría del oro
que tienen los ricos
la gran repartija
a todos poquito.

EL FLOR Y TRUCO

Lo llaman flor y truco
ojos verdes de botella
alpargatas mishiadura
y un dibujo por la jeta.

y un dibujo por la jeta
mete miedo y picardía
y una calma de avispero
en el bies de la sonrisa.

En el bies de la sonrisa
y en la faca de sus manos
algo duende y catalina
chamuyando sobre el mazo.

Una noche el flor y truco
perdió el zarzo y la catrera
al compás de un chichipío
que le daba de a botellas.

Noche fule y de curdelas
le envenenaron el talle
lo mataron con su chumbo
con el balazo del naipe.

Sin el vento y denigrado
dejó el aire de invencible
y su tono navegante
en un balde se fue a pique

En un balde se fue a pique
maloliente y malatraza
y las manos inseguras
para el rill de la baraja.

Para el rill de la baraja
ya no sirve el flor y el truco
ahora oficia de alcahuete
de la dueña de un tugurio.

Pobrecito el flor y el truco
desde aquella borrachera
cualquier turro cajetilla
le adivina la muñeca.

Qué desastre mama mía
vaya cosa más fulera
la ganzúa del idiota
también sabe abrir tu puerta.