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Traición a la tucumana. Jaldo abroqueló al peronismo para apoyar la Ley Ómnibus y quedó en off side

“¡Bienvenido Osvaldo Jaldo a las Fuerzas del Cielo!”. El tuit de Ricardo Bussi, hijo del genocida, grafica bastante los días posteriores a la decisión del gobernador de Tucumán y sus diputados de respaldar con el voto la Ley Ómnibus presentada por Javier Milei. Cuando el oficialismo flaqueaba y no llegaba con los números, el tucumano Agustín Fernández apareció para poner la firma. Acto seguido, los jaldistas Fernández, Gladys Medina y Elia Fernández de Mansilla formaron un propio bloque –“Independencia” (sic)– y rompieron con Unión por la Patria. El anuncio del ministro Luis Caputo de quitar el capítulo fiscal de la Ley Ómnibus dejó al peronismo tucumano en off side y recalculando.

29 de enero

Una traición anunciada

La apresurada incorporación de Jaldo en el plan motosierra, formalizada en el día del paro general, motivó que el nombre del gobernador sea unido a la traición, tanto por sus votantes como quienes recordaron la figura constitucional de “infames traidores a la patria”. Este derrotero tenía un final previsible, tomando en cuenta una declaración inicial de intenciones y también los antecedentes del peronismo tucumano como dador voluntario de gobernabilidad.

“Nadie nos obligó, ni nos apretó, mucho menos presionó por todo esto”, sostuvo Jaldo. La declaración tenía la intención de disipar las críticas de propios y ajenas pero resultó una confesión de obediencia voluntaria a un gobierno que tiene solo 38 diputados en el Congreso. Nobleza obliga, Jaldo entró en la rosca de la Ley Ómnibus con un programa mínimo de evitar la derogación de la Ley de Azúcar, la quita de retenciones a la exportación del citrus y mejorar la posición de los ingenios sucroalcoholeros en el biocombustible. En ningún momento cuestionó el conjunto del plan mileista, desde el DNU y el resto de los aspectos de la Ley Ómnibus que son una avanzada sobre los derechos laborales, las jubilaciones, el derecho a la protesta social, la protección del ambiente, la cultura y ciencia, junto a medidas escritas con nombre y apellido por los dueños del país y para regocijo del FMI. Al lograr su programa mínimo, en rigor el de las patronales locales, Jaldo puso la firma que necesitaba el gobierno para tener su dictamen y prometió tres votos en la cámara baja. Pero pecó de ser más “dialoguista” que la “oposición dialoguista”, porque mientras crecían los cuestionamientos por haber firmado literalmente una hoja en blanco, con modificaciones en reuniones privadas y los portazos de otros sectores de la oposición en la negociación, Jaldo tuvo que salir a defender su decisión.

Tras su regreso de Buenos Aires, Jaldo convocó a una reunión de gabinete y posteriormente a una conferencia de prensa. Rodeados de sus ministros –desde los cercanos, los llegados desde el manzurismo y los extrapartidarios como Federico Masso de Libres del Sur– retomó la cantinela de “la defensa de Tucumán, de los intereses de los tucumanos”, y sin pruritos admite que su apoyo fue a cambio de modificaciones que favorecen a los industriales azucareros y del citrus. En el discurso se quiere amalgamar las ganancias de las patronales con los salarios devaluados de los trabajadores azucareros, o los dólares de exportación de las citrícolas con los 20.000 trabajadores temporarios a los que el gobierno no les pagó el programa intercosecha.

Luego se sucedieron las solicitadas de apoyo, como la de intendentes y delegados comunales encabezada por Rossana Chahla. También se publicó otra por el bloque oficialista en la Legislatura, que incluyó a díscolos no tan díscolos como Javier Noguera, que borró con el codo lo que escribe en Twitter. Allí también estuvo la firma de Gabriel Yedlin, hermano del diputado Pablo Yedlin, quien junto a Carlos Cisneros permaneció en el bloque de Unión por la Patria. Un clásico movimiento de los hermanos, quienes además de intercambiar cargos, a veces hacen el doble juego de “oponerse” a lo que el otro vota, como pasó durante el macrismo. Algo de esto lo recordó la diputada Medina en una entrevista. Respondiendo a los cuestionamientos del mayor de los Yedlin, le enrostró su votación de la reforma previsional y otras leyes del macrismo. Ella estuvo ahí, votando también a favor. Imposible desmentirla.

El respaldo también vino desde los únicos beneficiados. La Cámara Sucroalcoholera Argentina, presidida por Jorge Rocchia Ferro, le agradeció sus servicios. Desde ya, los empresarios pusieron huevos en cada canasta, por eso Catalina Rocchia Ferro (Grupo Los Balcanes) fue parte de la reunión el lunes con la vicepresidenta Victoria Villarruel junto a Javier Goñi (gerente general de Ledesma), Oscar Rojo (presidente del ingenio El Tabacal) y Jorge Feijoó (presidente del Centro Azucarero Argentino). Hasta ahí los condujo la diputada Paula Omodeo, proveniente de un grupo empresario que también hace negocios en el citrus. Además de la sobreactuación de Omodeo, destacada por Caputo, los lobbies locales encontraron otros voceros en los diputados radicales Mariano Campero y Roberto Sánchez.

Recalculando

El cierre de semana con los anuncios de Caputo dejó a Jaldo en un lugar incómodo. Su pragmatismo para congraciarse con los dueños de la provincia y su necesidad de recursos lo llevó rápidamente a subirse al ómnibus de Milei que no logra arrancar. Este anuncio del gobierno muestra un retroceso de su plan original pero sin dejar de anunciar que el ajuste será mucho mayor. En lo que sería la nueva la Ley Ómnibus, a esta altura una Ley Combi, quedan los capítulos más regresivos contra el pueblo trabajador. Ya sin la cobertura de la “defensa de Tucumán”, Jaldo es cómplice de un ataque brutal que el gobierno no podría implementar sin el colaboracionismo. Además el mantenimiento de las facultades delegadas permite que Milei haga y deshaga a sola firma y en el acto las medidas que no puede lograr imponer ahora, incluyendo rever las que supuestamente acordó con Jaldo.

Abroquelar a todo el peronismo local en la defensa de la Ley Ómnibus también tiene como propósito evitar que reaparezcan las heridas de la interna peronista de 2021 que nunca terminaron de cerrar. Manteniendo el bajo perfil, Juan Manzur, ahora senador, acompañó con su firma un pedido para que en la cámara alta se trate el DNU presidencial. Sin tener los números a favor, este movimiento del bloque peronista es leído como un intento de obligar al gobierno a abrir otro flanco. Paradojas del destino, Manzur fue uno de los primeros gobernadores de pintarse de amarillo y colaborar con Macri, ahora parece querer ser opositor. ¿Roma no paga traidores?

En un segundo plano también abre un interrogante sobre lo que dejó el paro en Tucumán. Muchos de los gremios que participaron guardan una relación de seguidismo total del gobernador y tuvieron que reclamar contra algo que Jaldo defendía en paralelo. De los gremios que participaron del acto de la CGT y la CTA, puede tomarse por ejemplo a UATRE, que se plegó al lobby de las patronales mientras no reclama ni pelea contra el recorte de la tarjeta alimentaria decidido por Jaldo (ni hablar de los históricos jornales de pobreza). Desde el lado de la Multisectorial Sindical, puede mencionarse a ATEP, que bajo la conducción de Brito hizo rápidamente migas con Jaldo y el año pasado cambió la defensa del golpeado salario docente por un bono de $40.000. Anecdóticamente, en una reunión de la Multisectorial, el dirigente Vicente Ruiz había mencionado que estuvo en conversaciones con el diputado Agustín Fernández para coordinar la lucha contra Milei. También hubo faltazos como el del SITAS, que desde una posición ‘dialoguista’ con Jaldo le han hecho el favor de no parar el sector de salud que representan.

Sin claridad, el gobierno provincial adelantó que las paritarias estatales serán en febrero, previendo que la Ley Ómnibus se apruebe. Un adelanto de que serán la correa de transmisión del ajuste con otro golpe al salario. En este escenario hay un lugar incómodo para los gremios frente a la bronca de las bases, lo que explica también su decisión no garantizar una movilización masiva desde los gremios e intentar contener todo. Esto también es un fundamento de porqué reforzar el polo independiente que se movilizó denunciando esta ubicación de las conducciones y exigiendo la continuidad con un plan de lucha.

“Dijeron que el paro no cambió nada cuando es claro que las masivas movilizaciones hacen retroceder al gobierno. Es ese el camino a profundizar para tirar abajo toda la Ley Ómnibus y el plan de ajuste. Quien la vote es un verdadero traidor al pueblo trabajador”, afirmó Alejandra Arreguez del PTS-Frente de Izquierda. Los últimos anuncios del gobierno reflejan una crisis en el Palacio pero también la oportunidad que en las calles se defina la derrota del plan de ajuste. Por eso es central que las centrales sindicales convoquen a una nueva jornada de paro general, con movilización, piquetes y vigilia en el Congreso el martes o cuando comience a tratarse la Ley Ómnibus. (LID) Por Maximiliano Olivera

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