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Nuevo Informe.Crisis climática: según la ONU, se acaba el tiempo para tomar medidas urgentes

La segunda parte del sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático señala que muchos impactos son peores de lo previsto, irreversibles y aparecen más rápido. La necesidad de ponerle un freno de mano a la irracionalidad capitalista.

1ro de marzo de 2022

Cuando todas las miradas están dirigidas a la guerra que azota Ucrania, un nuevo informe del Panel de expertos dedicado al Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) presentó la Segunda Parte del Sexto Informe y recordó que la emergencia de la crisis ecocida que azota al planeta. Impactos, adaptación y vulnerabilidad al cambio climático son los temas que aborda este extenso documento escrito por 270 investigadores de 67 países. La evidencia, afirma el panel, es clara: los actuales modelos de desarrollo insostenible hacen que las personas y la naturaleza sean más vulnerables al cambio climático.

Por primera vez señalan como “inequívoca” la amenaza y la necesidad de acción frente al cambio climático. Según el resumen para tomadores de decisiones que acompaña el informe: “La evidencia científica acumulada es inequívoca: el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta. Cualquier retraso adicional en la acción global concertada y anticipada sobre la adaptación y la mitigación perderá una breve y rápida ventana de oportunidad para asegurar un futuro habitable y sostenible para todos”. En el anterior informe también habían calificado como inequívoca la causa antrópica (producida por “la sociedad humana”).

Las alertas sobre una “ventana de oportunidad” cada vez más reducida para actuar con medidas sistémicas frente a las causas del cambio climático recorren todo el documento. No es “la humanidad” la causa genérica de la crisis climática, como se señala, sino el modo capitalista de producción de mercancías y la relación irracional e insostenible con la naturaleza que impone, pero veamos algunos de los principales planteos del documento.

Impactos observados: extinciones y pérdidas irreversibles
El informe plantea que el cambio climático ha causado daños sustanciales y pérdidas cada vez más irreversibles en los ecosistemas terrestres, de agua dulce, marinos costeros y de alta mar. El alcance de los impactos son mayores a los estimados en evaluaciones anteriores.

La mitad de las especies estudiadas han desplazado sus áreas de distribución; muchas se han extinguido localmente y algunas por completo a causa del cambio climático. Las temperaturas extremas provocan la muerte masiva de animales y plantas.
Algunas pérdidas son ya irreversibles, como las primeras extinciones de especies provocadas por el cambio climático. Otros impactos se acercan a la irreversibilidad, como las repercusiones de los cambios hidrológicos derivados del retroceso de los glaciares, o los cambios en algunos ecosistemas de montaña y árticos impulsados por el deshielo del permafrost.

Los fenómenos meteorológicos extremos –como inundaciones y sequías–, sumado a la inseguridad alimentaria y la malnutrición asociadas, están empeorando las crisis humanitarias, expulsando a la gente de sus hogares. En algunos casos, también prolongan y empeoran conflictos violentos.

El documento define a los “modelos de desarrollo” como “insostenibles”, y plantea que si solo se reducen las emisiones al ritmo previsto actualmente, la suba de la temperatura resultante amenazará la producción de alimentos, el suministro de agua, la salud humana, los asentamientos costeros, las economías nacionales y la supervivencia de gran parte del mundo natural. Una reducción más rápida de las emisiones será la única manera de evitarlo. La adaptación no es una alternativa a la reducción de emisiones: si el calentamiento continúa, el mundo se enfrentará cada vez más a cambios a los que no podrá adaptarse.

El aumento de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, así como el calentamiento y acidificación de los océanos, han afectado a la producción y disponibilidad de alimentos, especialmente para los más pobres del mundo. Exponen a millones a una grave inseguridad alimentaria y reducen la seguridad hídrica.
Aproximadamente la mitad de la población mundial sufre actualmente una grave escasez de agua durante al menos una parte del año, debido a factores climáticos y no climáticos.

Con el aumento por encima de 1,5°C, incrementará el riesgo de pérdidas simultáneas de las cosechas de maíz en diferentes regiones productoras de alimentos. Si se alcanza los 2°C, ya no será posible cultivar productos básicos en muchas zonas.

La polinización y la salud del suelo se verán debilitadas por un mayor calentamiento y las plagas y enfermedades agrícolas se extenderán.


DESFORESTACIÓN. Argentina es el sexto país del mundo en términos de tierra cultivada, con 39 millones de hectáreas. Según datos oficiales, el país está entre los diez países con mayor pérdida neta de bosques en el período 2000-2015. La región más afectada es el Parque Chaqueño, el segundo foco de deforestación de la región después del Amazonas.

Vulnerabilidad y exposición de ecosistemas y personas

Si la suba de la temperatura supera 1,5°C, se perderán de forma irreversible ecosistemas enteros. Algunos ya están al límite de lo que pueden adaptarse.
Las regiones y las personas con considerables limitaciones de desarrollo tienen una alta vulnerabilidad a los peligros climáticos. Entre 2010-2020, la mortalidad humana por inundaciones, sequías y tormentas fue 15 veces mayor en las regiones altamente vulnerables, en comparación con regiones con muy baja vulnerabilidad.

El riesgo de extinción para especies únicas y amenazadas será al menos 10 veces mayor si el aumento de la temperatura continúa hasta los 3°C. Incluso con 1,5 C, entre el 3 y el 14% de las especies terrestres correrán un riesgo muy alto de extinción. La Amazonía y algunas regiones montañosas se enfrentan a una pérdida grave e irreversible de biodiversidad.

Agua

Los riesgos en su disponibilidad física y los peligros relacionados con el agua seguirán aumentando a mediano y largo plazo en todas las regiones evaluadas, con un mayor riesgo en los niveles más altos de calentamiento global.

Los habitantes de las islas pequeñas y de las regiones que dependen de los glaciares y del deshielo podrían no tener suficiente agua dulce si el calentamiento continúa más allá de 1,5°C. Con 2°C ya disminuiría la disponibilidad de agua para la agricultura, la energía hidroeléctrica y los asentamientos humanos a mediano y largo plazo. Asimismo, los aumentos previstos de los daños directos por inundaciones se duplicarían con 2°C, y podrían cuadruplicarse con 3°C.
Salud

Personas de todas partes del mundo sufren los efectos del cambio climático en su salud física y mental: el calor extremo mata y perjudica personas de todo el mundo; el aumento de la exposición al humo de los incendios forestales provoca- afecciones cardíacas y respiratorias; algunas enfermedades se están haciendo más comunes y se extienden a nuevas zonas.

Habrá un aumento significativo de la mala salud y la muerte prematura, como resultado de un clima más extremo y olas de calor, y la propagación de enfermedades.

Se prevé que los riesgos de enfermedades transmitidas por alimentos, agua y vectores sensibles al clima aumenten bajo todos los niveles de calentamiento sin adaptación adicional. También en los problemas de salud mental, como la ansiedad y el estrés.

Ciudades

Los riesgos del cambio climático para ciudades, asentamientos e infraestructuras clave aumentarán rápidamente a mediano y largo plazo.
A nivel mundial, el cambio de población en ciudades y asentamientos de baja altitud hará que, aproximadamente mil millones de personas corran el riesgo de sufrir peligros climáticos específicos de las costas a mediano plazo en todos los escenarios, incluso en las islas pequeñas.

El aumento de las lluvias torrenciales, los ciclones tropicales y la sequía, obligará a un mayor número de personas a abandonar sus hogares; así como el calor ya tiene impactos elevados en la salud y mortalidad de las poblaciones.
Riesgos complejos, compuestos y en cascada

Los impactos y riesgos del cambio climático son cada vez más complejos. Los impactos del cambio climático se producirán cada vez más al mismo tiempo e interactuarán entre sí y con otros riesgos, con consecuencias cada vez más peligrosas. Por ejemplo: el aumento del calor y la sequía se combinarán para perjudicar la producción de alimentos y reducir la productividad de la mano de obra agrícola, lo que aumentará los precios de los alimentos y reducirá los ingresos de los agricultores, provocando más malnutrición y muerte, especialmente en las regiones tropicales.

Los riesgos múltiples interactúan, generando nuevas fuentes de vulnerabilidad a los peligros climáticos y agravando el riesgo genera. Y los impactos se están dando en cascada: los incendios forestales, por ejemplo, han dañado la naturaleza, las personas, las infraestructuras y la economía.
Los límites y peligros de medidas de mitigación y adaptación guiadas por el lucro

Notablemente, el informe advierte sobre los riesgos de algunas respuestas que pretenden reducir los riesgos del cambio climático. Por ejemplo: el despliegue de la forestación de tierras naturalmente no boscosas, o de la bioenergía mal implementada.

Asimismo, se alerta sobre los peligros de una adaptación guiada por las ganancias a corto plazo y sin planificación, a las que define como mala adaptación y señala que solo “mediante una planificación flexible, multisectorial, inclusiva y a largo plazo y la aplicación de medidas de adaptación que beneficien a muchos sectores y sistemas”.
Esto es especialmente importante dada la tendencia a transformar las medidas necesarias frente al cambio climático en nuevas fuentes de negocios y ganancias capitalistas, sin una planificación racional de sus efectos.

Latinoamérica

El capítulo dedicado a América del Sur y central afirma que la región está muy expuesta, es vulnerable y se ve fuertemente afectada por el cambio climático, situación que se ve amplificada por la desigualdad, la pobreza, el crecimiento demográfico y la alta densidad de población, el cambio en el uso de la tierra —en particular, la deforestación con la consiguiente pérdida de biodiversidad—, la degradación del suelo y la alta dependencia de las economías nacionales y locales de los recursos naturales para la producción de productos básicos. La destrucción de sumideros de carbono por cambios en el uso de la tierra o incendios, son algunos aspectos relevantes, entre otros. El informe señala que, en promedio, los habitantes de la región estuvieron más expuestos a un alto peligro de incendio entre 1 y 26 días adicionales entre 2017-2020 comparado con 2001-2004.

El calor en las ciudades hace que por ejemplo, en Buenos Aires, el 20,7% de las muertes por calor ya pueden atribuirse al cambio climático, y el 21,6% en Córdoba, según un estudio citado en el informe.

No es la humanidad, es la irracionalidad capitalista

El nuevo nuevo informe plantea que “las acciones a corto plazo que limitan el calentamiento global a cerca de 1,5 grados centígrados reducirían sustancialmente las pérdidas y daños previstos relacionados con el cambio climático en los sistemas humanos y los ecosistemas, en comparación con niveles de calentamiento más altos, pero no pueden eliminarlos todos”.

Pero el informe afirma también que “con las políticas actuales de los gobiernos, las emisiones provocarían un aumento de la temperatura de entre 2,6 y 2,7 °C para 2100, y a lo sumo de 2,3-2-4 grados” si se avanza con los compromisos de reducción de emisiones a corto plazo.

Esto es muy grave si se tienen en cuenta los cinco escenarios posibles que estableció el primer informe publicado el año pasado: en el primero y más optimista (SSP1-1,9), se suprimen a cero las emisiones de dióxido de carbono (CO2) hacia 2050 (objetivo del Acuerdo de París, de 2015) y la temperatura global promedio desde niveles preindustriales aumenta a 1,5°C en 2040 y se mantiene entre 1,2-2°C hasta fin siglo, la consecuencias climáticas ya incluyen la multiplicación de eventos climáticos extremos como fuertes precipitaciones, inundaciones récord, olas de calor, sequías, monzones, mega tormentas, etc.; el derretimiento de glaciares y aumento del nivel del mar serían irreversibles por milenios, afectando a todas las regiones y ecosistemas del mundo, con consecuencias desastrosas para la vida en la tierra. En el segundo (SSP1-2,6), también optimista, el calentamiento se mantiene apenas por debajo de 2°C, conlleva peligros aún más extremos. Los otros tres, más catastróficos, son lo más consistentes con las tendencias capitalistas actuales de emisión de gases de efecto invernadero, deforestación y cambios en el uso de la tierra y directamente amenazan la existencia misma de la humanidad (el quinto, implica un calentamiento de 3,3 a 5,7°C).

El calentamiento global, que está en la base del cambio climático, es producto de una acumulación inédita de gases de efecto invernadero en la atmósfera, debido centralmente a la utilización de combustibles fósiles, la destrucción de bosques nativos y los cambios en los usos de la tierra. Los científicos especialistas en el sistema tierra consideran que 350 partes por millón de dióxido de carbono constituyen un nivel seguro para evitar un calentamiento que derive en crisis climáticas, pero ese límite se traspasó en 1986. En 2020, en plena pandemia, las mediciones arrojaron 416,21 ppm, las más altas desde que se comenzó a medir en 1958. Se trata de niveles históricos récord, que implican un calentamiento global de 1,2 grados por sobre el de la era preindustrial (1750-1800) y se expresa en eventos climáticos extremos como fuertes precipitaciones, inundaciones históricas, olas de calor, sequías, incendios y mega tormentas cada vez más cotidianos.

El informe es contundente, pero por su propia naturaleza (se trata de la ONU), deposita la confianza en los “tomadores de decisiones”, esto es, el plantel político de los Estados y gobiernos responsables –con sus desigualdades– de la crisis. Frente a tal grado de catástrofe, la pregunta obvia es ¿esto significa que no hay salida? Para nada. Significa que hay que hacer todo lo posible por evitar llegar al límite de 1,5°C, que aún hay tiempo aunque es cada vez menor. Sobre todo, deja aún más expuesta la contradicción entre las medidas necesarias y urgentes para hacerlo y las tendencias y necesidades del capitalismo. Como señala el economista Michael Roberts, “el último informe de la Agencia Internacional de Energía, la World Energy Outlook 2021, demuestra que sabemos qué hacer al respecto, de forma detallada y a un costo razonable. Pero no hay voluntad política de los gobiernos para hacerlo, atados como están a la industria del combustible fósil, a la aviación y sectores de transporte, y a las demandas de capitalistas financieros e industriales de conjunto para preservar las ganancias a expensas de las necesidades sociales”. El sociólogo ambiental John Bellamy Foster apunta al patrón de crecimiento capitalista.

Desde el Protocolo de Kioto en 1997 se lanzaron a la atmósfera el 50 % de las emisiones totales de CO2 que han tenido lugar desde el inicio de la era industrial, y solo en los últimos siete años se ha emitido el 10 %. Tras la Cumbre de París de 2015 se registraron los mayores incrementos en emisiones de CO2 de la historia del capitalismo.

La COP-26 fue una muestra de la hipocresía con la que los gobiernos capitalistas tratan la cuestión: a pesar de la publicación del primer informe y de los discursos y de las campañas de greewashing, y de que el propio Acuerdo de París establece la necesidad de cortar a la mitad las emisiones de dióxido de carbono para 2035 y de llevarlas a cero en 2050 solo para no entrar en un proceso de retroalimentación de la crisis de consecuencias impredecibles, la propia ONU estima que 15 países (incluido EE.UU) proyectan superar para 2030 la producción de fósil a más del doble de lo establecido por los Acuerdos de París: 240 % más carbón, 57 % más petróleo y 71 % más gas. El intento de greenwashing de las potencias imperialistas –principales responsables– termina con su producción creciente de petróleo, gas y carbón, mientras que el de gobiernos como el argentino con los niveles récord de desmonte de bosques nativos , destrucción de humedales (sumideros de carbono) e intentos de expansión de la matriz fosil para pagar al FMI.

Frente a una perspectiva absolutamente irracional a la que nos aboca el capitalismo es evidente la necesidad de medidas drásticas y urgentes para una planificación racional de la economía mundial, como la expropiación del conjunto de la industria energética bajo la gestión democrática de las y los trabajadores y el control de las comunidades campesinas, originarias o indígenas y poblaciones, por ejemplo; la expansión y reconversión energética del transporte público y creación de programas de obras públicas, bajo el control de los trabajadores y la comunidad, para construir rápidamente infraestructura de energía renovable. Esta medidas no van a venir de quienes nos trajeron hasta acá: solo serán posibles planificación de la economía se encuentra en manos de la única clase que por su situación objetiva y sus intereses materiales tiene la capacidad de acaudillar al resto de los sectores oprimidos para evitar la catástrofe: la clase trabajadora.
LID Por Juan Duarte

Fuentes:
[Informes del IPCC disponibles en su página web-https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg2/].
Periodistas por el Planeta Asociación Civil

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