Pobladores de la ciudad norteña de Gral. Mosconi, ubicada a 320 kilómetros de la capital de la provincia de Salta, manifestaron su preocupación ante los numerosos casos de niños que están naciendo con malformaciones en esta zona. La intranquilidad de los vecinos, radica en la posible conexión por la fumigación con agrotoxicos por vía aérea en los campos de poroto y soja que circundan a esta ciudad, afectando en especial a barrios carenciados lindante a estos campos.
En las comunidades originarias, también se denuncian casos de deformaciones en niños recién nacidos.
Ante ello, desde la organización social Unión de Trabajadores Desocupados de Gral. Mosconi, le solicitaron a los directivos del hospital de esta ciudad, que realice una investigación para determinar si los agrotoxicos utilizados en la fumigación de monocultivos como la soja, tienen relación con los nacimientos de niños con malformaciones, en este Departamento de la provincia de Salta.
Los agrotóxicos de la soja y sus impactos
Como todo monocultivo a gran escala, los cultivos de soja generan múltiples desequilibrios en el ecosistema en el que se implantan. Las relaciones entre los diversos organismos vegetales y animales se desequilibran de un modo tal, que se propician las superpoblaciones de algunos y la eliminación de otros. Todo monocultivo induce la aparición de plagas. Es así como el uso de agrotóxicos queda indisolublemente ligado a las prácticas de monocultivo. Dentro de estas prácticas, la del monocultivo de soja es una de las más dependientes de una gran cantidad de aplicaciones de agrotóxicos.
Herbicidas, insecticidas y funguicidas son aplicados a lo largo de todo el ciclo del cultivo de soja, para asegurar que el negocio esté protegido y sea rentable. El uso de estos agrotóxicos produce impactos negativos en la salud de los trabajadores, la población cercana, los recursos naturales, la biodiversidad y en la población en su conjunto.
¿Por qué son tóxicos?
Los agrotóxicos están diseñados para destruir determinados organismos vivos, siendo muchas veces no selectivos al cumplir su función, pudiendo ocasionar efectos no deseados en otros seres vivos, incluyendo al ser humano.
Algunos agrotóxicos son persistentes y pueden permanecer largos períodos en el ambiente antes de desintegrarse, acumulándose así en los tejidos de la mayoría de los organismos vivos cuando estos respiran, ingieren alimentos o beben líquidos. Hay agrotóxicos persistentes que pueden viajar rápidamente largas distancias arrastrados por el viento y el agua, produciendo intoxicaciones a grandes distancias de donde fueron aplicados.
Esos productos contaminan:
La Tierra: destruyendo los organismos que forman la materia orgánica
El Agua: dañando la vida acuática en las aguas superficies y contaminando las napas profundas
El Aire: contaminado por las fumigaciones áreas y terrestres, la quema de envases y el polvo arrastrado por el viento desde el suelo.
Los agrotóxicos usados en la soja
Herbicidas
Los agrotóxicos más usados en la soja son los herbicidas y dentro de ellos el glifosato, ya que la soja transgénica ha sido diseñada para resistir a esta sustancia. El glifosato no se aplica solo, sino que usualmente viene acompañado de los llamados coadyuvantes. Estas sustancias permiten que el glifosato sea absorbido por la planta con mayor facilidad, pero en muchos casos han demostrado ser aún más tóxicas que el propio glifosato. Las aplicaciones son realizadas periódicamente durante un periodo de 10 meses. Además de utilizar glifosato, también se hace uso el herbicida atrazina.
Insecticidas
La soja es afectada por “las lagartas” y por “chinches”. Para combatir las lagartas se utiliza el insecticida clorpirifos. En el caso de las chinches, esta plaga se encuentra en los sistemas de producción durante todo el año, siendo la plaga más importante de este cultivo. Se controla generalmente con el insecticida no selectivo endosulfán. Este insecticida es un contaminante orgánico persistente altamente tóxico, ya que se acumula en la cadena alimenticia. Además, es extremadamente tóxico para animales acuáticos. También se utiliza el insecticida imidacloprid, para controlar las isocas que atacan las plantas recién emergidas. Este insecticida es tóxico para las aves y altamente tóxico para las abejas.
Funguicidas
Se aplican estos agrotóxicos para la prevención del ataque de hongos mediante aplicaciones a la semilla antes de su siembra. Los insecticidas más utilizados son el tiram y el carbendazim, que generalmente se aplican en conjunto.
La salud en riesgo
Todos los agrotóxicos utilizados en este cultivo transgénico producen efectos en la salud de las personas, produciendo tanto intoxicaciones crónicas como agudas.
En lo que respecta a intoxicaciones crónicas, algunos son cancerígenos, como es el caso del insecticida cipermetrina, en tanto que otros producen daños neurológicos, respiratorios, en desarrollo reproductivo, inmunológico, endocrinos hormonales, hepáticos y renales.
Las intoxicaciones agudas ocurren inmediatamente o algunas horas después de la exposición a agrotóxicos. Los síntomas que se observan con mayor frecuencia en trabajadores que manipulan agrotóxicos son: cefaleas (dolor de cabeza), mareos, náuseas, vómitos, enrojecimiento y erupciones en la piel, dificultad para respirar y tos.
Son altamente peligrosos para peces, abejas, organismos del suelo y acuáticos.
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