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El futuro es hoy: defendamos a nuestra Madre Tierra. Convocatoria 18 de febrero 10 hs palacio tribunales audiencia por los desmontes

Nosotros, los pueblos indígenas hemos sentido y practicado siempre un gran respeto por la Madre Tierra. Para nuestros pueblos las tierras y los territorios tienen dimensiones materiales, culturales y espirituales, estos son necesarios para la supervivencia y sostenibilidad económica, y están intrínsecamente ligados a la identidad y existencia como pueblos. En tanto los bienes naturales son componentes vitales e integrales de sus tierras y territorios, el concepto incluye todo el medio ambiente: suelo y subsuelo, aguas, bosques, hielos, aire, etc.

4 de febrero de 2009| copenoa |

Para nosotros, la Madre Tierra es la vida misma, por ello, nuestros pueblos han sido los guardianes de estos entornos naturales, vivimos en armonía con ella, y la hemos administrado y mantenido de manera sostenible durante milenios a través de nuestras tradiciones para las futuras generaciones.

Hoy nuestra Madre Tierra está gravemente enferma, ya todos sabemos de las consecuencias que la vemos a diario, nunca antes hemos visto como desaparecen miles de especies de animales y plantas, nunca antes hemos sido testigos de tantos desastres sociales y ambientales, cada vez más fuertes y frecuentes; también sabemos que son el resultado de la actividad humana, de una manera de pensar y sentir, una manera de producir riqueza y pobreza, un patrón de “desarrollo”, que nos está llevando al borde del abismo.

Humildemente hemos acompañado al supuesto progreso comprobando como, los hipotéticos adelantos maltratan cotidianamente nuestro único legado: la Tierra. Con dolor e indignación vemos como gobernantes innobles permiten la deforestación indiscriminada, venden nuestra tierra a agentes extranjeros quienes la agotan por falta de rotación de sembradíos, permiten el cultivo de transgenicos, pulverizando sus montañas, contaminando ríos y arroyos y matando la biodiversidad existente, regalan alegremente y por pocos centavos lo que por herencia natural nos corresponde condenándonos a luchas injustas y desiguales.

Nombrándonos ignorantes han pretendido alejarnos de nuestros Usos, Costumbres y Medicina Tradicional las cuales hemos mantenido y difundido de generación en generación y es justamente esta convicción, la que nos impulsa a dirigirnos a las autoridades nacionales a exigir el respeto a nuestras Culturas (el mismo trato y consideración que gozan las culturas migrantes que habitan suelo nacional), al cumplimiento efectivo de nuestros derechos consagrados en la Constitución Nacional y en los instrumentos internacionales ratificados por Argentina (Convenios de Derechos Humanos, Convenio de Diversidad Biológica, Convenio 169 de la OIT, entre otros). En este sentido la Asamblea General de las Naciones Unidas al aprobar la Declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas, reafirma que el derecho a la tierra y al territorio de los pueblos indígenas es un derecho humano por su relación intrínseca con la naturaleza.

Estos modelos de acumulación en base al saqueo y la contaminación de nuestros Bienes Naturales y Territorios que con violencia se impuso desde la colonización y que continua en la actualidad, y que condujera al mayor genocidio de la historia esta hoy en crisis, ya que amenaza la supervivencia del hombre y la naturaleza, en beneficio de los intereses de las trasnacionales con la complicidad de gobiernos locales. Las consecuencias de estos modelos directa o indirectamente lo sufre toda la sociedad, ya que nuestra Madre Tierra se nos revela a través de inundaciones, desertificaciones, cambio climáticos, tsunamis, huracanes, etc., por lo que expresamos:

El total respaldo al Amparo interpuesto por diversas comunidades indígenas de la provincia de Salta ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, para frenar los desmontes y preservar la vida de nuestros pueblos, de nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

Reafirmar nuestro compromiso a la lucha de las comunidades que resisten la tala indiscriminada de bosques, con la complicidad de las autoridades locales, y que continua a pesar de estar aprobada la Ley de presupuestos mínimos, y cuya reglamentación exigimos a las autoridades nacionales. Con el avance de las fronteras de expansión, se consuma el despojo de los territorios y sus bienes naturales y que constituye su fuente de vida, donde con total impunidad hay unos mas iguales que otros. Esta perdida de la propiedad colectiva, no solo conlleva la destrucción de nuestras culturas lo cual constituye un “Étnocidio”, sino que trae como consecuencia la expulsión de comunidades indígenas y pequeños productores, eliminando la biodiversidad y modificando el ciclo agrícola utilizando los suelos con monocultivos y cultivos transgenicos, produciendo la degradación y desertificación de estos

Repudiamos los megaproyectos mineros a cielo abierto en toda la cordillera de los andes, que utilizan elementos altamente contaminantes, y grandes volúmenes de agua, contaminando nuestros territorios y el agua, solo Bajo Lumbrera ya contamino tres provincias, la toma de conciencia de las consecuencias de estos proyectos por parte de las asambleas de los pueblos afectados logro frenar algunos de ellos y normas provinciales prohibiendo este tipo de emprendimientos. Estos emprendimientos mineros además de contaminar son subsidiados por todo el pueblo argentino (beneficios fiscales e impositivos otorgados en la década del 90 mantienen su vigencia) y que pagamos con impuestos, sacándolos a la educación, salud, seguridad, justicia, infraestructura, en un país con índices de desnutrición.

Nuestro rechazo: Al veto por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a la ley sobre protección de glaciares (ley 26.418) que fue aprobada por unanimidad por el Congreso y que fuera fruto de la labor incansable de expertos, organizaciones sociales y ecologistas todos preocupados por la reducción cada vez mayor de los glaciares en el país. La norma impedía que en los hielos y en su entorno se realizaran actividades que pudieran “afectar su condición natural, o que implicaran su destrucción o traslado, o interfirieran en su avance, como por ejemplo la exploración y explotación minera o petrolífera”. Demás esta decir, la importancia de su preservación como reserva estratégica de recursos hídricos y proveedores de agua de recarga de cuencas hidrográficas y de lo que sabemos que va a ocurrir con los mismos, por las actividades desenfrenadas del hombre.

Las explotaciones de uranio en Mendoza, Córdoba y los valles calchaquíes en Salta La contaminación con pesticidas con las consiguientes consecuencias sobre el territorio y las comunidades locales.

La venta de los territorios con reservas de agua dulce disponible para el consumo como acuíferos y deshielos, o de bellezas naturales, como el caso del Lago Escondido en Río Negro que quedo dentro de una propiedad privada.

Las pasteras instaladas en provincias como Misiones (Alto Paraná) y en países vecinos, y las represas que como yacireta que dejo mas de 70.000 hectáreas bajo el agua, con la consiguiente expulsión de las comunidades locales, y la muerte de la biodiversidad existente.

Los proyectos de agrocombustibles ante el agotamiento de combustibles no renovables, y que atentan contra la soberanía alimentaria de los pueblos.

Las declaraciones de patrimonio de la humanidad (Quebrada de Humahuaca, Cataratas del Iguazu, etc.) que atentan contra las culturas originarias, produciendo la contaminación visual de las bellezas naturales por los megaemprendimientos turísticos y la expulsión de los comuneros por la aparición de títulos de dudosa procedencia.

La explosión demográfica como consecuencia de este modelo, en las grandes urbes como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Santa Fe, etc. con las consecuencias de falta de agua potable cloacas sin sistema de tratamiento, contaminación del aire por transito automotor, perdida de espacios verdes, hacinamiento, etc.

Estamos en un momento de la historia en el que debemos tomar decisiones, antes que la naturaleza las tome por nosotros; y por ello llamamos a: Los pueblos indígenas, las fuerzas sociales progresistas, sindicales, políticas, intelectuales, estudiantes a asumir la defensa de los Bienes Naturales, recuperar la armonía de nuestra Pacha Mama, recuperar el Sumak Kawsay (Buen Vivir) para toda la sociedad, para que la “Madre Tierra sea el espacio de vida de los Pueblos y no una mercancía de los depredadores de la vida planetaria, e impedir que los gobiernos neoliberales continúen el saqueo de los recursos que nos pertenecen a todos y todas los habitantes de este país, y que propician la dominación, el empobrecimiento y la dependencia”. Por lo que es necesario refundar sociedades con nuevos paradigmas, en beneficio de las grandes mayorías y la humanidad y no de unos pocos, para preservar la vida de las generaciones futuras.

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