Casta recargada. Milei quiere ser un monarca: busca que el Congreso le delegue facultades legislativas hasta 2025

Después de imponer un DNU con más de 300 artículos donde deroga y/o modifica leyes y ataca derechos, parece que el presidente Javier Milei le agarró el gustito a concentrar en sus manos aún más poder del que las reglas de esta democracia le asigna por el voto popular. Pero fuera de todo egoísmo, Milei lo quiere para compartirlo... con las grandes patronales, nacionales e internacionales, y el capital más concentrado.

Éste miércoles el ministro del Interior Guillermo Francos, presentó en el Congreso de la Nación, un proyecto de ley que "contiene delegaciones legislativas al Poder Ejecutivo nacional" (artículo 1), en varias áreas: económica, financiera, fiscal, social, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria y social. Hasta el 31 de diciembre del 2025... aunque el propio presidente podrá extender sus poderes "extraordinarios" hasta dos años más.

Este proyecto representa un cierre virtual del Congreso, pues la pretensión del presidente (que asumió con la promesa de terminar con la casta) es concentrar en sus manos atribuciones que le corresponden a los diputados y senadores de la Nación. ¿Qué más casta que pretender tener los poderes de un rey?

¿Para qué un Congreso?

La Libertad Avanza -el partido de gobierno- cuenta con menos del 15% del total de bancas en la cámara de Diputados, y menos del 10% en el Senado. "¿Para qué un Congreso? Si tengo el bastón presidencial", parece que se dijo Javier Milei. Y empezó su gestión de gobierno usando toda herramienta autoritaria al alcance de su mano. La defensa republicana de la división de poderes (legislativo, ejecutivo, judicial), que tanto arengan quienes lo acompañan, es un estorbo para un presidente que busca correr del medio cualquier derecho que estorbe a la dictadura directa del gran capital.

Dentro de los casi 100 artículos que tiene el proyecto de ley, está la ratificación del DNU 70/23 que, entre otras cosas, ataca derechos laborales elementales y legitima el fraude laboral. Todo para los empresarios que podrían despedir, precarizar e imponer precios y condiciones con mayor impunidad de lo que ya lo hacen; y nada para los trabajadores y trabajadoras, a quienes les esperan sacrificios imposibles, si avazaran los planes de Javier Milei. Por eso, tanto el proyecto de ley, como el DNU, atacan también el derecho a la protesta y el derecho a huelga: la única herramienta que tiene el pueblo trabajador para defenderse de la prepotencia patronal, y para conquistar derechos.

Otra de las atribuciones que se arrogaría -si fuera posible aprobar este proyecto- es no pasar por el Congreso si quisiera la toma de deuda con organismos externos; tal es la propuesta en el artículo 107. Quizás para esto lo inspiró su ministro de Economía Luis Caputo que, ya en el gobierno de Mauricio Macri, fue uno de los responsables de la mayor toma de deuda de la historia con el Fondo Monetario Internacional.

Este proyecto, además, busca facultar al Poder Ejecutivo para impulsar privatizaciones, entre otras tantas medidas de entrega.

Como en la dictadura

Una de las partes más reaccionarias del proyecto de ley, es la relativa a atacar el derecho a manifestarse (Título IV). Para eso, se apoya en una ley de la dictadura de Onganía. Javier Milei quiere transformar el derecho a la protesta en un delito no excarcelable, y castigar a quien organice y convoque a las movilizaciones.

Dentro de esto, un detalle siniestro es la definición de "manifestación", similar a la que impone el estado de sitio, "la congregación intencional y temporal de tres (3) o más personas en un espacio público..."

Para penalizar la protesta, el proyecto de ley ómnibus la castiga considerando "reunión o manifestación a la congregación intencional y temporal de tres (3) o más personas". La considera igual que a una asociación ilícita. El que vota esto, vota dictadura.

— Myriam Bregman (@myriambregman) December 27, 2023

No se puede permitir que pase un solo artículo de este proyecto de ley. Como planteó Myriam Bregman, "el que vota esto, vota dictadura".

Entre el palacio y las calles

Quizás este proyecto de ley sea difícil que se apruebe en el Congreso. Pero aún pesará sobre las espaldas del pueblo trabajador y pobre, la devaluación de casi el 120%, la inflación mensual del 30% que promete crecer de a saltos mes a mes, los despidos arbitrarios a trabajadores y trabajadoras estatales, y los próximos aumentos de tarifas. Con el DNU, que en pocos días entrará en vigencia.

La única manera de derrotar el plan motosierra de Javier Milei y el ajuste brutal que pide el FMI, es con una respuesta contundente de los trabajadores y trabajadoras, de los jubilados y jubiladas, de los jóvenes, del movimiento de mujeres y diversidades, de los ambientalistas (y todo sector atacado).

Mientras dentro del palacio preparan el "shock", la única manera de aguantar el golpe y desviarlo, es ganar las calles en unidad e imponerle a las centrales sindicales el paro nacional con movilización, como parte de un plan de lucha.

Construir organizaciones democráticas para la resistencia, desde cada lugar de laburo, de estudio y desde cada barrio, y coordinarlas, es la primer tarea para imponer una salida a la crisis nacional que sea favorable a las grandes mayorías. No está todo dicho, este gobierno no tiene ni un mes de vida. (LID) Por Lisandro Libertad