Calentamiento global. ¿Puede comenzar a colapsar el hielo marino de la Antártida?

El hielo marino juega un papel crucial para el ambiente. Refleja la luz solar que regresa al espacio (el “efecto albedo”), regula la temperatura del aire y de los océanos, hace circular el agua y colabora en mantener hábitats y biodiversidad. Desde 1979, gracias a la medición por satélite, sabemos cuánto de hielo marino flota alrededor de la Antártida.

El hielo marino antártico es el mar que se congela por las bajas temperaturas alrededor del continente, principalmente durante el invierno. En el verano, se descongela en gran parte. Su extensión se mide a través de satélites, que permiten contar los km2 de hielo diariamente.

— Dirección Nacional del Antártico (DNA-IAA) (@dna_iaa) August 1, 2023

El salto en la crisis climática y el calentamiento global ―provocado principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero producto del uso de combustibles fósiles, la deforestación y los cambios en el uso del suelo― que dieron lugar a los más calurosos verano para el hemisferio sur e invierno para el hemisferio norte, también pasaron factura en los hielos marinos del océano Antártico.

Así, para febrero de este año se había alcanzado un nuevo récord de disminución: 34 % por debajo de la media histórica que corresponde a ese mes, superando el récord anterior de febrero de 2022, completando así dos años consecutivos de mínimo histórico de hielo flotante en la Antártida. El anterior había sido en 2017. Por su parte, las concentraciones más bajas se registraron en el mar de Barents y la región de Svalbard.

Según el informe del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) de marzo de 2023: “Estas bajas condiciones del hielo marino pueden tener importantes implicaciones para la estabilidad de las plataformas de hielo antárticas y, en última instancia, para el aumento global del nivel del mar”. “Los casquetes polares ―continúa el informe― son un indicador sensible de la crisis climática y es importante seguir de cerca los cambios que se producen en ellos”.

Llegó el invierno y la situación sigue preocupando

Todos los años, a medida que las temperaturas van disminuyendo porque se va entrando en el invierno, el hielo marino debe volver a formarse. El crecimiento que se espera suele ser de 16,4 millones de kilómetros cuadrados. Sin embargo, para la última semana de julio solo se había podido congelar 14,1 millones de kilómetros cuadrados.

Distintos medios internacionales se hicieron eco de las declaraciones del científico australiano, Will Hobbs, especialista en hielo marino de la Universidad de Tasmania y su preocupación por la ausencia no prevista de más de dos millones de kilómetros cuadrados que no han logrado reconstruirse.

🧊 "Sans précédent est un terme qui est fréquemment utilisé, mais qui ne laisse pas entrevoir à quel point la situation est choquante", explique le scientifique Will Hobbs, qui craint un effondrement global de la glacehttps://t.co/fbq55z4UH6

— GEO (@GEOfr) July 31, 2023

Esta diferencia ―2,3 millones de kilómetros cuadrados― no es un desprendimiento como muchos medios informaron, ya que no se trata de parte del continente, sino de hielos marinos. Por eso la alarma está encendida.

Pérdida de hielo marino antártico observada casi alrededor de los 18 000 km de costa del continente. “Estoy realmente preocupado. Como científica, me preocupa no poder encontrar las respuestas o que nos hayamos perdido algo”. -Dr. Will Hobbs AAPP/ @UTAS_ @Guardian

No es la humanidad, es el capitalismo

La pregunta acerca de si se puede evitar la pérdida del hielo marino de la Antártida, y con ella un agravamiento del calentamiento global, ciertamente encuentra respuesta en que es imperioso imponer una desfosilización de la economía mundial y una reorganización de la sociedad que parta de terminar con el capitalismo y avance a establecer una relación armónica con la naturaleza. Es posible, están las fuerzas y aún hay tiempo para revertir esta situación, pero es necesario una poderosa lucha internacionalista, ecosocialista y anticapitalista de los trabajadores, jóvenes y pueblos originarios en el mundo. Lejos de todo fatalismo, la humanidad puede aspirar a otra relación con la naturaleza que no esté mediada por el lucro de los capitalistas. (LID) Por Lorena Rebella