#CUADERNOGATE: Después de “arrepentirse”, Aldo Roggio renunció a la presidencia de dos de sus empresas

El miércoles, el dueño de Metrovías abandonó el juzgado de Bonadío convertido en el noveno arrepentido en la causa de los “cuadernos de la corrupción” reconociendo el pago de coimas para mantener la concesión del subte. Un día más tarde renunció a la presidencia de Clisa y Benito Roggio e Hijos S.A, dos de sus empresas.

Aldo Roggio visitó tres veces Comodoro Py hasta que este miércoles Claudio Bonadío le otorgó el beneficio de ser el noveno “arrepentido” de la causa de (las fotocopias de) los cuadernos. Para conseguir ese favor del juez, Roggio siguió el consejo que hasta el diario La Nación le había dado, sugiriendo que hablara “del transporte”.

En su declaración, el empresario aseguró que pagó durante años el valor correspondiente al 5 % del dinero recibido en concepto de subsidios por la empresa Metrovías, a través de Ricardo Jaime. Según sus palabras el esquema de pagos comenzó desde el año 2003, cuando comenzó la gestión de Jaime al frente de la secretaría de Transporte. “No tuvimos oportunidad de negarnos a esta exigencia” declaró el empresario, asegurando que soportaron la presión “hasta el límite de las posibilidades”. Colaborador de la dictadura genocida, Roggio aseguró que eran “rehenes” del kirchnerismo y que los pagos se realizaron “bajo amenaza”, cuestión que bastó para conformar al juez y que este decidiera dejarlo libre, bajo la figura de “imputado colaborador”.

Tan sólo un día después, Roggio renunció a la presidencia de dos de sus empresas: Compañía Latinoamericana de Infraestructura & Servicios (Clisa) y Benito Roggio e Hijos S.A.

La renuncia quedó asentada en dos cartas dirigidas a la Comisión Nacional de Valores, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Bolsas y Mercados Argentinos y Mercado Abierto Electrónico.

“El Sr. Aldo Roggio ha presentado su renuncia al cargo de Presidente y Director de la Sociedad, propiciando la actuación de la misma, ratificando el camino de progreso y fomentando su desarrollo. En virtud de ello, la presidencia de la Sociedad será ejercida por la Sra. Graciela Amalia Roggio” puede leerse en una de las cartas que oficializa a su hermana al frente de la compañía Benito Roggio e Hijos S.A. En tanto, Alberto Verra lo reemplazará en Clisa.

El nombre del dueño de Metrovías continúa sumando causas que investigan pago de coimas, lavado de dinero y corrupción en la obra pública. De hecho, actualmente se encuentra procesado, tiene prohibida la salida del país y un embargo por 574 millones de pesos por formar parte de la megacausa Odebrecht, el mayor escándalo de corrupción de los últimos años en toda la región. Nada nuevo bajo el sol para el dueño de uno de los grupos que forma parte de la famosa “patria contratista” y que tuvo un salto exponencial a partir de los negocios millonarios que supo hacer con el Estado desde 1976.

La renuncia de Roggio a dos de sus empresas es una nueva maniobra para salvar sus negocios. Mientras tanto, el empresario “arrepentido” mantiene contrataciones con el Estado como la construcción del viaducto elevado del Mitre, el contrato de USD 500 millones de la obra del río Salado (una de las obras más importantes de la gestión de Macri) y la concesión del servicio del Subte, que se encuentra en proceso de una nueva licitación y que, de darlo como ganador, le otorgaría el manejo hasta el 2031. (LID)