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BANCOS A LA PESCA DE BUENOS NEGOCIOS

Jorge Brito, dueño del Macro, otro menemista reciclado a pingüino de la primera hora. Aunque el gobierno anunció a mediados de setiembre un plan para que las entidades financieras presten a inquilinos a adquirir viviendas. Pero como tantas otras veces, los bancos sólo piensan en sus ganancias. El Macro-Bansud es uno de éstos.

10 de octubre de 2006| copenoa |

Lo dijo Bertolt Brecht, que no sólo sabía de dramaturgia y teatro: “¿Qué es robar un banco en comparación con fundarlo?” Los argentinos conocen poco al gran intelectual alemán que popularizó aquello de “Primero se llevaron a los comunistas pero a mí no me importó porque no soy comunista...”. Pero la mayoría suscribe, por su amarga experiencia de 2001-2002, su sentencia sobre el carácter expropiatorio de las financieras, sobre todo cuando funcionan con la lógica capitalista voraz de las sucursales abiertas en las pocas manzanas de La City.
Esa condición se ha revalidado a raíz del plan gubernamental anunciado el 14 de setiembre último para que los bancos presten a tasa fija hasta 30 años a inquilinos que soliciten hasta 200.000 pesos para la compra de una vivienda.

Ese día diecisiete banqueros fueron a la Casa Rosada y se fotografiaron con Néstor Kirchner, Alberto Fernández y Julio de Vido, formulando declaraciones de adhesión a la iniciativa del Ejecutivo. Pero a más de veinte días del palabrerío, los créditos hipotecarios no aparecen o al menos no lo hacen en los términos esbozados.

Mario Vincens, presidente de ABA, la cámara que agrupa a los bancos extranjeros, manifestó que éstos no pueden prestar al 7,5 por ciento anual porque perderían plata. El hombre, sin embargo, estuvo sentado a un metro del presidente el día de los anuncios y había dado su consentimiento. El ex titular y actual director del Banco Hipotecario, Miguel Kiguel -socio del grupo Soros y representante del lobby israelita local- se atajó respecto a la concesión de esos préstamos. “Se debería poner en marcha una política de subsidios del Estado”, advirtió, poniendo una condición sine qua non.

Jorge Brito, que encabeza Adeba -el nucleamiento de los bancos privados nacionales- y es dueño del Macro-Bansud, siguió al Nación en su compromiso hipotecario. Eso sí: fijó una tasa fija del 9,5 por ciento anual para los primeros tres años y luego determinó que habrá “tasa libre”.

Otros banqueros dan al programa un apoyo meramente formal. Por debajo de esa mascarada, siguiendo la pauta de Kiguel, siguen reclamando del Estado subsidios e incentivos para afrontar posibles pérdidas ante aumentos de las tasas de interés durante el lapso del crédito y para el caso que haya devaluación de los precios inmobiliarios.
Es gente demasiado acostumbrada a ganar con esa clase de subsidios e incentivos, en la forma de redescuentos y adelantos del BCRA, etc.

Compensaciones millonarias

Desde el estallido de la crisis nacional de 2001 y hasta fines de 2004, el sistema financiero restringió sus préstamos argumentando los perjuicios sufridos por la situación política de entonces. Su clamor contra el daño de la devaluación y la pesificación asimétrica les permitió obtener, especialmente del gobierno de Eduardo Duhalde aunque también del actual, millonarias compensaciones. El Congreso obediente votó leyes para garantizar esos pagos a la “Patria Financiera”.

Según estimaciones de la Comisión Bicameral que controla las leyes de la Emergencia Económica, el Estado abonó a los banqueros “28.000 millones de dólares por la pesificación de un monto equivalente de depósitos en dólares y por la compensación patrimonial por diferencia cambiaria”.

Otra Comisión Investigadora, en Diputados, había revelado que a lo largo de 2001 esos bancos habían fugado al exterior 16.000 millones de dólares al contar con información precisa de que el país iba hacia el default. El organismo presidido por Elisa Carrió presentó las pruebas de esos delitos pese a lo cual no hay banqueros presos. El único que estaba en esa condición, Carlos Rohm, del vaciado Banco General de Negocios, recuperó la libertad en marzo de 2005 tras pagar una fianza de un millón de pesos.

Esa fuga fue prueba de que los dueños de bancos sabían perfectamente lo que se venía, que ellos mismos habían provocado prestando al Estado al 30 por ciento anual en dólares. La vicepresidente del FMI, Anne Krueger, manifestó hace dos años que “el problema de la Argentina se esperaba, y entonces dio tiempo a que los inversores se acomodaran, y así encontró a los bancos, especialmente, con poca exposición”.

Como si todos los beneficios entregados por el Estado fueran poco salvataje bancario, el Banco Central los premió con redescuentos por miles de millones de pesos. Como parte de ese paquete fue entregado en 2001, caso del obsequio al Banco Galicia, cabe la aclaración que en ese momento esa suma en pesos equivalía a dólares.

A diciembre de 2005, los socios de Adeba y ABA, más algunos afiliados de Abappra, debían 12.825 millones de pesos. Con muchas facilidades e incentivos de Martín Redrado, titular del BCRA, siguieron pagando en cómodas y salteadas cuotas. Aún así, a octubre de 2006, adeudan 5.445 millones. No son facilidades que goce el común de los mortales.
Los hombres de La City no tienen necesidades básicas insatisfechas: según el informe del BCRA del 15 de agosto de este año, en los primeros seis meses los bancos habían ganado más de 1.800 millones de pesos “un monto que ya supera los beneficios por 1.790 millones que habían obtenido durante todo 2005”.

En la campanita, primero

El esquema bancario “argentino” sigue caracterizándose por una alta concentración. Entre 2001 y 2005 perdió 17 bancos -quedan 90- y vio encogerse el 15 por ciento de la masa laboral. En ese proceso, mejoró notablemente la situación de los líderes. Los diez primeros en depósitos y créditos, detentan el 71 por ciento del mercado. En ese lote están el Nación, el Francés, el Río, el Provincia de Buenos Aires, el Galicia, el Ciudad, el Boston, el Citibank, el HSBC y el Credicoop.

Se dirá que actualmente las entidades nacionales han ganado franjas del mercado por medio del Nación y el Bapro, entre otros, en contraste con la marcada extranjerización de 1997, cuando el capital financiero internacional copó la plaza. De todos modos de una mirada al listado de las líderes se advierte el peso de los foráneos como el Francés y Río (españoles), Citi (estadounidense), Boston (ahora sudafricano) y el HSBC (británico). Por eso se le puso comillas a la denominación “argentino”.

Y los propios banqueros que tienen DNI, como Jorge Brito, tienen la mente puesta en Wall Street y negocios conjuntos con esos inversores. El que fuera financista al servicio de la campaña presidencial de Carlos Menem en 2003, se ha pasado completamente de bando y ahora presume de integrar la marcha de los pingüinos.

Su modesto banco Macro ganó primero las privatizaciones de la banca provincial de Misiones (utilizando los favores de Chrystian Colombo y Juan José Zanola, el vitalicio presidente de la Asociación Bancaria), Jujuy y Salta, por su estrecha relación con el clan Romero. Luego corrió con la rapidez de una liebre, adquiriendo el Bansud mexicano, una parte del canadiense Scotia Bank, a fines de 2004 el Banco Suquía y el Empresario de Tucumán, y en mayo de 2005 el Nuevo Banco Bisel, por el que ofreció 830 millones de pesos. De tal modo pasó de tener 2 sucursales a 280, en todo el país.

En seis meses del año en curso ganó 171 millones de pesos que se incrementarán a la hora del ejercicio completo. Es que el 24 de marzo de 2006, cuando se cumplían treinta años del golpe de Estado, el Macro comenzó a cotizar en la pizarra de Wall Street. Fue el primer banco argentino que volvía al recinto en cinco años, para vender acciones y recaudar 276 millones de dólares (la mitad fue para Brito y sus dos socios principales).

El presidente Kirchner llevó a Brito y Paolo Rocca (Techint) a su gira por Nueva York, incluyéndolos en la reunión del 20 de setiembre con los inversores de Wall Street. Ese día el patagónico tocó la campanilla de Wall Street. El dueño del Macro lo miró sobrador: él ya lo había hecho el 30 de marzo último.

1 Mensaje

  • BANCOS A LA PESCA DE BUENOS NEGOCIOS 25 de octubre de 2006 15:19, por ALEJANDRO H. CARRION

    Emilio marin; tengo una denuncia para hacer, como te ubico.
    Alejandro CARRION 0351-155324559
    SOY DE LA CIUDAD DE CORDOBA
    DIR. AHCARRION@GMAIL.COM
    POR FAVOR MANDAME UN COMPRENDIDO..Y DONDE TE PUEDO UBICAR / (DIR. WEB)

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