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Alberto volvió a Tucumán: entre la “recuperación de derechos” y los “tiempos complejos”

A dos días de ganar las elecciones, Alberto Fernández volvió a Tucumán a festejar. Acompañando por Manzur, los gobernadores y la CGT prometió recuperar derechos, pero reconoció que vienen “tiempos complejos”. El faltazo de la UIA.

30 de octubre de 2019

La visita de Alberto Fernández a Tucumán no fue novedosa, es cierto. Ya había estado allí dos veces durante la campaña electoral, al lado de Juan Manzur. El tucumano, como encarnación del “peronismo de los gobernadores”, fue uno de los símbolos de su campaña.

Pero las fotos y discursos de este martes hay que empezar a leerlos en la nueva situación política, tras el triunfo del Frente de Todos. No porque marquen todavía definiciones concluyentes, pero sí empiezan a mostrar los contornos en que tendrá que manejarse el próximo gobierno.

La foto

Alberto volvió a Tucumán, en primer lugar, en busca de una foto. Si la foto del palco del bunker el domingo la había armado el kirchnerismo, acá la armó el peronismo de los gobernadores, intendentes y la cúpula de la CGT.

Por eso estuvieron Insfrán (Formosa), Zamora (Santiago del Estero), Uñac (San Juan), Rodríguez Saá (San Luis), Corpacci (Catamarca) y Casas (La Rioja). También varios intendentes y barones del Conurbano, entre ellos Fernando Espinoza (intendente electo de La Matanza), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Gustavo Menéndez (Merlo), el eterno Mario Ishii (José C. Paz) y el derechista Alberto Granados (Ezeiza), entre otros.

El sindicalismo peronista pidió 20 lugares y los ocupó. Los hermanos Daer, Acuña, Lingeri, Rodríguez, Sasia, Caló fueron acompañados por referentes de otros sectores de la CGT, como Viviani (MASA), Palazzo (Corriente Federal) y hasta Ramón Ayala, el dirigente de UATRE fanático de Cambiemos.

La frutilla del postre fueron Sergio Massa y Daniel Scioli.

El discurso

El segundo objetivo fue, con ese telón de fondo, volver a plantear los principales ejes del discurso albertista. El presidente electo tuvo que, inevitablemente, hablarle a los cientos de miles que votaron al Frente de Todos con expectativas de que se termine el ajuste y se empiece a “recuperar lo perdido”.

Por eso Alberto repitió que “no conozco ninguna sociedad que se haga fuerte restando derechos, que progrese si priva derechos a los que trabajan”. Volvió a hablar de la situación en que había quedado la educación y la salud. En una arenga motivacional que hizo acordar a su reciente rival, juró que “vamos a hacer la mayor epopeya, vamos a arremangarnos para que nadie más pase hambre”.

Sin embargo, para quienes lo aplaudían mirando el televisor, les dejó una advertencia. “Se vienen tiempos complejos. Tenemos que garantizar todos estos derechos y volver a poner en marcha la Argentina en un escenario de alto endeudamiento”.

El pacto

Los días precios algunos medios adelantaban que, como había sido la cuna de la Independencia, ahora Tucumán sería la cuna del Pacto Social. En su viaje anterior de hecho había puesto una primera piedra, con la reunión entre Alberto, la CGT y la Unión Industrial.

Alberto y Manzur volvieron a hablar de la necesidad de ese acuerdo, de una Argentina “de empresarios y trabajadores” en palabras del gobernador tucumano. Su vice, Osvaldo Jaldo, invitó a la oposición macrista a sumarse. “Oficialistas y a opositores tenemos que trabajar unidos para superar la crisis” (La Gaceta).

Sin embargo, el Pacto todavía tendrá que esperar. La cúpula de la Unión Industrial Argentina finalmente no viajó. Según avisó a sus anfitriones, tuvo que convocar de urgencia a su comité por las recientes medidas en el mercado cambiario y su impacto en el sector. Acevedo y Funes de Rioja le pidieron disculpas a Fernández y Manzur.

Parece que los “tiempos complejos” no van a hacer tan sencillos los pactos.

La realidad

Manzur arrancó su discurso enumerando datos sociales como si el “Jardín de la República” fuera un oasis en medio de la Argentina ajustada. Pero en un momento primó la cordura y reconoció que “el impacto de la severa crisis nacional a lo largo de este año, producto del modelo equivocado de crecimiento implementado por el gobierno nacional, detuvo muchos de estos avances e indicadores”.

La verdad es que hoy el 40% de los tucumanos son pobres, la desocupación se acerca al 11%, el trabajo no registrado orilla el 50% y para la juventud el 70%, hay colas de hasta 2 km cada vez que abre un supermercado grande pero las últimas noticias son de despidos. Hace pocas semanas fue el cierre definitivo de la cadena de supermercados de Emilio Luque, con el aval del Ministerio de Trabajo y el sindicato (SEOC). 1200 trabajadores y trabajadoras quedaron en la calle. Su dueño había sido uno de los que se sacó “la foto del Pacto Social” en la anterior visita de Alberto. Los empresarios del transporte también hicieron despidos masivos y los ingenios Santa Bárbara y San Juan están parados, con el temor de cientos de familias de quedar en la calle.

Símbolos

La visita de Fernández a Tucumán fue todo un símbolo.

De las contradicciones entre el discurso y la realidad, de las tensiones entre la foto del domingo y la de este martes, de los pactos prometidos y de los reales, de las expectativas de millones y los “tiempos complejos” que vienen y el futuro presidente se encarga de avisar.

Esas son las contradicciones y tensiones de la Argentina que se viene. (LID)

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