Entenderlo así, reivindicar el 11 de octubre de 1492 como el último día de libertad que tuvieron nuestros pueblos del Abya Yala -nombre que se le dio al continente antes que llegara Cristóbal Colón- sugiere, por sobre todas las cosas, una manera de ver el mundo.
Lejos de querer detener la historia en un gesto derrotista, lo que pretende este reconocimiento es el de remarcar la diferencia existente entre dos mundos encontrados, o más precisamente, entre dos maneras de ver el mundo. En ese (...)