La perversa y dañina decisión de quién detenta hoy la primera magistratura, la ha llevado a cometer el mayor de los perjuicios inimaginables en materia de Derechos Humanos, ya que, con la actitud de una sola voluntad se estaría atentando contra la vida y la dignidad de más de cinco millones de jubilados y pensionados. No cabe ninguna duda que nos hallamos frente a un verdadero genocidio.
El cotidiano argumento de que no hay dineros para los jubilados y la posibilidad de quiebre del Estado es (...)