Si bien el problema en Siria aparece como un problema de la ONU, transferir la cuestión central del conflicto a un ejercicio de fuerza entre potencias que compiten por zonas de influencia o supremacía a secas es confinar un tema mayor que está pendiente.
Es así que el problema subyacente principal reside en la Carta de Naciones Unidas, documento que ha permanecido como un documento sacrosanto. Se puede leer como un instrumento democrático hasta el resorte del capítulo VII donde las (…)