Curiosa coincidencia. Y no tanto.
La lluvia, esa “bendición celestial” que era invocada por los intendentes y funcionarios hace poco más de un año, esta vez fue demasiada. Tanto así que en el camino se llevó vidas, sueños, y parte del mismísimo acueducto que inauguraron con moño, foto y solución en cómodas cuotas.
Mientras tanto en nuestras ciudades el agua lame los postes donde cuelgan los carteles proselitistas rumbo a 2015. Ellos son, en muchos casos, los mismos candidatos y las mismas puertas que (...)