En las últimas semanas la frontera norte fue noticia por las oleadas de argentinos que cruzaron desde Aguas Blancas a Bermejo para adquirir productos que cuestan dos o tres veces menos que en el país.
Mientras tanto, en esa línea fronteriza de Orán, ciudadanos de los Toldos siguen enfrentando dificultades para acceder a bienes y servicios esenciales, ya que por falta de caminos deben salir a Bolivia, transitar largas distancias por rutas del vecino país y reingresar al suelo salteño. El largo aislamiento de esa población del departamento Santa Victoria tiene para sus habitantes impactos humanitarios, económicos y logísticos que requieren atención inmediata.
Días atrás el senador Luis Altamirano analizó con la directora nacional de Vigilancia y Control de Fronteras, Virginia Cornejo, los engorrosos trámites migratorios y aduaneros que afectan a vecinos de Los Toldos.
En el paso habilitado de Aguas Blancas los toldeños deben realizar largas colas ante Aduanas, Migraciones y el Senasa. Al otro lado de la línea internacional, su tránsito como ciudadanos argentinos es tratado como turismo. Por tanto, si exceden el límite de 90 días anuales, afrontan pesadas multas.
Ambulancias que traen pacientes desde Bolivia enfrentan las mismas restricciones al reingresar al país. Por si fueran pocas las complicaciones, parajes de la región carecen de controles fronterizos, lo que hace que sus pobladores se vean forzados a transitar por caminos inhóspitos e inseguros que, además, son considerados pasos ilegales. La situación de aislamiento no solo genera riegos de criminalización, sino que toda la cadena de producción, comercialización y abastecimiento de bienes esenciales está impactada por las barreras administrativas y logísticas.
Los Toldos tiene una pista aérea que es imprescindible para esa población, pero que sigue sin ser habilitada por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). Su utilización, crucial para evacuaciones médicas, situaciones de emergencias y el transporte de caudales, requiere un encuadre a las regulaciones nacionales para despejar el temor a vuelos no autorizados (TAI).
Entre las soluciones propuestas se analizan la implementación de un Sistema Biométrico Online y la creación un Banco de Datos compartido entre ambos países para agilizar los trámites fronterizos.
Integrar tecnología biométrica permitiría identificar rápidamente a los pobladores de Los Toldos y enmarcar su tránsito obligado y cotidiano en un régimen diferenciado del turismo. Ese régimen especial debería incluir un trámite único que combine Aduana, Migraciones y Senasa. A la par, se considera necesario ampliar el plazo de tránsito permitido para los toldeños en Bolivia, eliminando multas y restricciones.
En lo sustancial, también debería acordarse un protocolo para ambulancias y vehículos de emergencia que garantice su libre circulación entre ambos países. A su vez, el transporte de productos locales necesita un registro ágil y eficiente. Al respecto, Virginia Cornejo consideró que imperativo abordar esta problemática desde un enfoque integral que contemple las necesidades de las comunidades fronterizas y fomente la cooperación bilateral con Bolivia. (tribuno)
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