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REFORMA LABORAL: Macri acordó con las patronales del campo más flexibilización laboral

¿Una tercera “Vaca Muerta”? Con acuerdo de la Uatre el Gobierno les hizo un nuevo regalo a los ruralistas que hoy lo reciben en La Rural. El análisis del especialista Juan Manuel Villulla.

30 de julio de 2017| Lucía Ruiz / Economista |

El gobierno quiere mostrarle al empresariado avances en la prometida reforma laboral, de cara a las PASO. Ayer, en un nuevo gesto, esta vez hacia las corporaciones agrarias, firmó un convenio para cuatro sectores rurales que fue presentado como un “convenio por productividad”.

El presidente Mauricio Macri encabezará hoy a las 11 el acto inaugural de la 131° Exposición Rural de Palermo. Los empresarios esperan más medidas que los beneficien relacionadas con cambios impositivos.

Consultado por La Izquierda Diario, el especialista en temas laborales agrarios y doctor de la UBA Juan Manuel Villulla, analizó que “en primer lugar, este tipo de convenios están mal por principio porque la referencia para los salarios de los trabajadores tiene que ser las necesidades de los trabajadores, no puede ser la productividad o las ganancias”.

“Lo mínimo que podemos demandar los trabajadores en el sistema capitalista es que se pague nuestra fuerza de trabajo por lo que vale, ni más ni menos que otra mercancía, y lo que vale es lo que necesita para reproducirse. Todo lo demás queda para los empresarios, de modo que deberían darse más que por satisfechos. Entonces hay un primer problema que tiene que ver con esta idea de atar los salarios a la productividad”, afirmó Villulla.

Los rubros involucrados en el acuerdo son la producción de arándanos, el manejo de silobolsas y los sectores avícola y porcino e incluyen una fijación de la escala de aumentos salariales que alcanza al 23 % y 25 % en distintos tramos.

En los medios más oficialistas el acuerdo fue asimilado al firmado con el gremio de petroleros en Vaca Muerta y también con el firmado con el entreguista Smata de Ricardo Pignanelli para trabajadores de automotrices.

Si bien aún no se conocen los detalles del acuerdo, la Casa Rosada deslizó los lineamientos que significan pasos regresivos en los derechos laborales de los trabajadores: la eliminación de la cantidad máxima a cosechar por trabajador en la producción de arándanos y la regularización del trabajo nocturno en los avícolas, entre otras.

Ni empresarios, ni dirigencia sindical, ni funcionarios faltaron a la cita. En la firma del acuerdo intervino el presidente Mauricio Macri, acompañado por los ministros de Trabajo, Empleo y Seguridad Social Jorge Triaca, de Agroindustria Ricardo Buryaile y de Hacienda Nicolás Dujovne. Por parte del sector empresario estuvieron presentes los titulares de la Sociedad Rural Argentina Luis Miguel Etchevehere, de Confederaciones Rurales Argentinas Dardo Chiesa y de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) Carlos Iannizzotto. También participó el secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) Ramón Ayala y la presidenta de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA) Silvia Squire.

Llueve sobre mojado

Si en forma general los convenios por productividad por sector son una forma edulcorada de incrementar la explotación laboral sin ir directamente a una reforma laboral en toda la línea que pase por el Congreso, en la producción agraria (que se destaca por ser uno de los sectores con peores condiciones laborales de la economía) el incremento de la flexibilización laboral roza lo inhumano. Es por ello que se disfraza como su contrario: acuerdos para “erradicar” la precarización laboral.

Al respecto, Villulla señala que “un segundo problema que tiene este tipo de convenios es que no se cumplieron. En general su objetivo es ilegalizar los reclamos salariales o los reclamos por los despidos, por el modo en que los capitalistas integran las tecnologías al proceso de trabajo. En la agricultura pampeana, durante el menemismo en los años 90 hubo acuerdos similares en el marco de la ley de convertibilidad. No se podían reclamar aumentos salariales si no aumentaba la productividad”.

“Sin embargo en la agricultura pampeana la productividad del trabajo aumentó quince veces y los salarios se mantuvieron congelados. Y en las instancias paritarias, si bien por un lado las patronales exaltaban los aumentos de producción de la agricultura, por el otro le negaban a la representación sindical los reclamos de aumentos salariales, ni más ni menos que en base al aumento de productividad que ellos mismos habían propuesto. Entonces, además de que están mal, no se cumplen”, enfatizó.

Un acuerdo perjudicial para los trabajadores del campo y de la ciudad

En el sector agrario ya existen en vigencia una serie de Convenios de Corresponsabilidad Gremial que suponen el objetivo de atacar la informalidad laboral, pero que en los hechos sólo han servido a las patronales. Éstos permiten una importante reducción de las contribuciones que pagan los empleadores a la AFIP y otros beneficios como el diferimento del pago de las obligaciones tributarias, sin ninguna ventaja adicional para los trabajadores más que acceder a un derecho que ya tienen: el derecho a estar “en blanco”. Pero ni siquiera eso, en los sectores con Convenio tampoco está demostrada una disminución de la informalidad.

Los acuerdos firmados ayer por la presidencia y las entidades agrarias, al parecer no están enmarcados en los Convenios de Corresponsabilidad. La escasa información oficial indica que para la actividad porcina “las partes se comprometieron a tratar a futuro las condiciones laborales a nivel nacional”, mientras que “se fijaron pautas no vinculantes para el manipuleo y almacenamiento de granos en silobolsa que serán sometidas a consideración de las partes, tales como la libertad de contratación siempre que no exista una bolsa de trabajo sindical y la prioridad de contratar personal permanente”.

El investigador Villulla agrega que “con este convenio lo que buscan el Gobierno y las patronales rurales es, en primer lugar, ilegalizar los conflictos que pueda haber por despidos en producciones no pampeanas, sino en otras producciones rurales en donde todavía hay un trecho por recorrer para la incorporación de tecnología que reemplace mano de obra”.

“Esto es, en vez de acortar la jornada para aumentar la ocupación, con un salario igual al de antes, lo que se hace es echar trabajadores para bajar los costos laborales con una jornada mayor. Por otro lado, es sumar otra figurita con un sindicato amigo como es la Uatre, a este tipo de convenios al estilo Vaca Muerta para transformarnos en una especie de referencia para el conjunto del movimiento obrero”.

“Por esto, en la medida en que son convenios por productividad, por principio no va. Encima no se cumplen, y en este contexto en que se trata de ilegalizar los conflictos que puede haber contra despidos o por aumentos salariales, me parece un tipo de acuerdo doblemente nefasto y perjudicial para los trabajadores del campo y fuera del campo”, sentenció Villulla. (LID)

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