La CGT ya define una serie de protestas con un paro general y tensa al máximo la relación con el Gobierno

La CGT ratificó el paro general de 24 horas para el 10 de abril y una movilización el miércoles 9 de abril. El Gobierno rechazó la medida y la califica de política porque «no hay nada que amerite un paro». La central también confirmó su participación en la marcha del 24 de marzo por Memoria, Verdad y Justicia contra el terrorismo de Estado de la última dictadura militar.

La Confederación General del Trabajo (CGT) realizó esta tarde una reunión de su Consejo Directivo para definir las medidas de fuerza anunciadas, que incluyen una movilización el 9 de abril y un paro general de 24 horas el día 10 de abril. Además, confirmaron su participación en la marcha del 24 de marzo. La cúpula sindical adelantó también que convocará a las centrales regionales para validar y ampliar la convocatoria.

El Triunvirato presidió la convocatoria con Héctor Daer (Sanidad), Octavio Argüello (Camioneros) y Carlos Acuña (Estacioneros). Estuvieron también presentes Andrés Rodríguez (UPCN), Sergio Palazzo y Claudia Ormachea (Bancarios), Rodolfo Daer (Alimentación), Sergio Romero (UDA), Alejandro Salcedo (UDOCBA), Jorge Sola (Seguros), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Omar Plaini (Canillitas), Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), Luis Cáceres (Ladrilleros), Maia Volcovinsky (Judiciales), Cristian Jerónimo (Vidrio), Laura Lorenzo (SMATA), Hugo Benítez (Textiles), entre otros.

Desde el Gobierno Nacional se apresuraron a rechazar el paro y lo calificaron como una medida con intereses particulares. Manuel Adorni, vocero presidencial, declaró en conferencia de prensa que “no hay nada que amerite un paro” y que la intención de la CGT es “dañar al Gobierno”. Estas declaraciones reflejan la tensión creciente entre la administración actual y los sectores sindicales.

El secretario general de la CGT, Héctor Daer, el pasado 17 de marzo, dijo en una entrevista con Gelatina que efectivamente, a diferencia de otros reclamos sectoriales por salarios o condiciones laborales, «un paro de la CGT es un paro político». Explicó que la economía está atravesando un proceso de ajuste que afecta tanto a trabajadores como a empresas y advirtió que, fuera del sector extractivo y de commodities, la situación económica “eclosiona”.

Asimismo, Daer afirmó entonces que “los tiempos se acaban” y que una gran parte de la sociedad comienza a percibir la profundidad del ajuste económico. Según su visión, “la luna de miel del Gobierno con la sociedad terminó con el discurso de Davos”, en referencia a la participación del presidente en el foro económico mundial.

El paro general de abril se perfila como una de las medidas sindicales más contundentes en la gestión actual, mientras el Gobierno insiste en deslegitimar la protesta. En las próximas semanas, la tensión podría aumentar a medida que se acerque la fecha de la huelga y se sumen adhesiones de distintos sectores de la sociedad.