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Empleo y pobreza: Desde junio de 2013, se destruyeron casi medio millón de empleos

Un informe del IPyPP, Instituto que dirige el diputado nacional de la CTA por Unidad Popular (UP), Claudio Lozano, analizó el empleo y la pobreza en último trimestre de 2014. "La cubierta del Titanic es un mal lugar para que la dirigencia política se siente a esperar la llegada del próximo gobierno”, sentenció Lozano.

25 de noviembre de 2014| ACTA |

“Argentina registra desde junio del 2013, 485.000 empleos menos y el 84% de esa destrucción (407.000) se concentra en los nueve meses de este año. Hay medio millón de indigentes más y un millón y medio de pobres más. El deterioro en los ingresos promedia el 7,7%, cifra que asciende al 11% para los trabajadores no registrados”. Estas cifras están extraídas del informe Empleo y Pobreza al Tercer Trimestre de este año, elaborado por el diputado Claudio Lozano, presidente del bloque Unidad Popular, junto a Tomás Raffo, Ana Rameri y Agustina Haimovich, investigadores del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), en el que se registra el deterioro de las condiciones de vida que sufre hoy la población argentina.

El informe sostiene que el INDEC ha logrado que la destrucción sistemática de los puestos de trabajo de los últimos meses influya poco sobre la tasa de desocupación. “Si la cantidad de gente que busca trabajo se mantuviera en los niveles que tenía a mediados del 2013, los desocupados serían 700.000 personas más”, explica el estudio.

Sobre estos datos, Lozano ironizó: “es evidente que el militante de las estadísticas truchas Norberto Itzcovich, va reduciendo la tasa de actividad a medida que cae el empleo para que la Presidenta no se asuste con el aumento de los desocupados”.

Para el diputado, “el paro y la movilización de la CTA se inscriben en los efectos de quince meses consecutivos de destrucción de puestos de trabajo”.

En el informe, se destaca que “es imposible tapar el sol con las manos y negar la realidad del ajuste en curso en la sociedad argentina”. Según los números que de allí se desprenden, en el curso del 2014, como resultado de la caída en el empleo y el deterioro en los ingresos hay medio millón de indigentes más y un millón y medio de pobres más.

“Mientras el gobierno y los partidos tradicionales juegan a las alquimias electorales, el malestar social crece, ya produjo tres paros nacionales en los últimos dos años y hoy estamos frente a una nueva medida de fuerza. La cubierta del Titanic es un mal lugar para que la dirigencia política se siente a esperar la llegada del próximo gobierno”,sostuvo Lozano.

El deterioro de las condiciones de vida de la población al tercer trimestre del 2014: Síntesis y Conclusiones

La conflictividad social ha cobrado un protagonismo en la vida política actual que hace un tiempo atrás hubiese resultado impensado siendo que incluso en el horizonte se asoman perspectivas de mayor tensión. El efecto balsámico sobre el cuadro social que de la mano de la fase de crecimiento económico ininterrumpido tuvieron los primeros años de la pos convertibilidad ya no forma parte ni de la subjetividad ni de la realidad cotidiana de la sociedad argentina. Al agotamiento de las condiciones estructurales de crecimiento económico que comenzaron a expresarse ya hacia finales del año 2006 se sumaron un conjunto de decisiones en materia de política económica que en su derrotero aceleraron el proceso de estancamiento y deterioro social empujando a la sociedad argentina ha emprender un camino de ascenso en sus índices de empobrecimiento. A continuación presentamos las conclusiones principales que surgen del análisis del mercado laboral y de las condiciones de vida de la población al tercer trimestre del 2014:

* El año 2014 que inauguró con la devaluación más importante de todo el período de gobierno kirchnerista hizo saltar el piso de inflación casi diez puntos porcentuales por encima del año anterior acelerando el deterioro real de los acuerdos salariales de la mayor parte de los sectores. Al mes de Septiembre 2014 se acumuló un aumento del nivel general de precios del 30,7%, empatando así el grueso de los aumentos salariales pautados. La inflación, por consiguiente, como el principal dispositivo redistributivo puesto al servicio de los actores empresariales, ha permitido esterilizar por completo el aumento salarial pautado a principio de año y retrotraer el salario del segmento formal de los trabajadores al mes de Diciembre del 2013.

* Según la evolución del salario que surge de la EPH al primer semestre del 2014 los ocupados vieron incrementar sus ingresos en un 13,2% que frente al crecimiento del 22,6% en el nivel de precios significó una caída real del 7,7% para el conjunto de los trabajadores. El grupo más afectado fue el sector de los asalariados no registrados, los cuales sufrieron un retraso superior, del 10,9%. En promedio, el poder adquisitivo actual de los ingresos de los ocupados retrocede hasta ubicarse en el nivel que existía a fines del año 2008, período en el cual comienza a sentirse el impacto recesivo de la crisis internacional.

* En el plano laboral se observa que al tercer trimestre, la tasa de actividad del 44,7% es la más baja que se registra desde el inicio de la gestión kirchnerista y la tasa de empleo del 41,3% es la más baja desde el año 2006.

* Con respecto a lo ocurrido a fines de 2013 se observa una caída de la tasa de empleo en un 3,3%, lo cual implica una destrucción de 407 mil puestos de trabajo durante los primeros nueve meses del 2014 de los cuales, una parte significativa -176 mil personas- pasan a ser desocupados, aumentando así la tasa de desempleo en un 17,2%. El resto –cerca de 205,5 mil personas- se retira del mercado laboral, provocando una caída del 2% en la tasa de actividad. Por otra parte, la subocupación aumenta un 17,9%, sumando casi 225 mil subocupados más.

* Con el tercer trimestre 2014 se acumulan cinco trimestres consecutivos de destrucción sistemática de puestos de trabajo, esto es 485.267 empleos menos. El 84% de esa destrucción de puestos de trabajo se generó en lo que va del 2014, período en el cual se sumaron poco más de 176 mil personas a la fila de desocupados.

* Existen sospechas entre los especialistas, sobre una posible manipulación en la tasa de actividad frente a la sistemática caída verificada en los informes de prensa del INDEC desde el II trimestre 2013 que en términos estadísticos, en un contexto de destrucción de empleo, permite suavizar el ascenso de la tasa de desocupación. Realizando el ejercicio de mantener constante la tasa de actividad del 2do trimestre de 2013 se observa que la caída en la tasa de empleo se traduce en una tasa de desempleo más alta, que asciende al 11% para el 3er trimestre de 2014 en lugar del 7,5% difundido por el INDEC, y la cantidad de desocupados crece en casi 700 mil en el período analizado, en lugar de 20 mil, llegando a casi 2 millones de población desocupada.

* En cuanto a las condiciones de vida de la población que permite reflejar el análisis del nivel de pobreza por ingresos surgen los siguientes resultados al primer semestre del 2014:

- Según la metodología convencional del INDEC, la tasa de pobreza crece del 22,1% al 25,4% mientras la indigencia lo hace del 7,3% al 8,3% si se considera una estimación de mínima de la serie de inflación. Al considerar una serie de inflación máxima surge que los niveles de empobrecimiento pasan del 25,2% a finales de 2013 al 28,1% a mediados de 2014 y la indigencia aumenta del 11,3% al 12,8%.

- Según nuestra actualización metodológica, la tasa de pobreza aumenta del 32,7% a fines de 2013 al 36,2% a mediados de 2014 mientras la indigencia aumenta del 9,7% al 11,1% si se considera la estimación de precios mínima. Al considerar una serie de inflación máxima surge que los niveles de empobrecimiento pasan del 36,7% en el 2013 al 40% a mediados del 2014 y la indigencia crece del 15,1% al 16,7%.

* Cabe destacar que tanto la metodología tradicional como la alternativa, tanto el uso de la serie de precios que supone una estimación de mínima como la de máxima, coinciden en el hecho de reflejar que en tan sólo la primera parte de este año el ordenamiento económico vigente arrojó a la pobreza a 1,5 millones de personas más y a medio millón (500 mil) a pasar hambre.

El derrotero del delicado contexto social actual

La conflictividad social ha cobrado un protagonismo en la vida política actual que hace un tiempo atrás hubiese resultado impensado siendo que incluso en el horizonte se asoman perspectivas de mayor tensión. El efecto balsámico sobre el cuadro social que de la mano de la fase de crecimiento económico ininterrumpido tuvieron los primeros años de la postconvertibilidad ya no forma parte ni de la subjetividad ni de la realidad cotidiana de la sociedad argentina. Al agotamiento de las condiciones estructurales de crecimiento económico que comenzaron a expresarse ya hacia finales del año 2006 se sumaron un conjunto de decisiones en materia de política económica que en su derrotero aceleraron el proceso de estancamiento y deterioro social empujando a la sociedad argentina ha emprender un camino de ascenso en sus índices de empobrecimiento.

Es posible situar en el año 2012 un punto de inflexión en el cual se acelera y profundizan los rasgos de una etapa signada por el estancamiento en materia económica y recomposición social. Si bien, los años 2010 y 2011 demuestran repuntes respecto del período golpeado por la crisis internacional, el amesetamiento no tardó en llegar y lo hizo con mayor énfasis. Por ello es que en el año 2012 a las complicaciones que en el cuadro social implicaba el deterioro de los ingresos por la persistencia de elevadas tasas de inflación se adicionaron manifestaciones de crisis en el frente laboral en un número importante de sectores productivos, particularmente el de la construcción y la industria, que derivó en una destrucción de puestos de trabajo con epicentro en el segmento asalariado privado. En este período el sector público en su rol de empleador, particularmente a través de los gobiernos provinciales y municipales logró amortiguar la caída del segmento formal de los asalariados al tiempo que se expandió la informalidad laboral y el cuentapropismo. La novedad del año 2012 radicó, por lo tanto, en la desarticulación del eje productivo como generador de empleo dando lugar a partir de allí una mayor ponderación del sector servicios y en particular a la administración pública en la conformación del cuadro laboral.

Durante el año 2013 el mayor dinamismo de la economía –con un crecimiento del 3% - liderado básicamente por mejores resultados de la temporada agrícola 2012/2013 luego de la sequía del 2012, por la reactivación de obras de infraestructura y un mayor crecimiento del sector financiero, se instaló un panorama social de agudización del deterioro de las condiciones materiales de vida. La continuidad radica en una industria manufacturera con serias dificultades para levantarse de su fase recesiva por ello la cantidad de empleo del sector privado se mantiene estancado. Una industria que cabe decir, que si bien ha logrado recuperarse de los flacos niveles de la última parte de la Convertibilidad y de su salida, no pudo lograr en ningún año del período de la post-Convertibilidad recomponer los niveles de empleo anterior, concretamente al año 2013 la planta de obreros es un 15% inferior a la habida en el año 1991.

Durante este período se mantuvo, al igual que en el 2012, un importante aumento de la figura del empleo por cuenta propia lo cual indica, en este tipo de contextos laborales, alternativas laborales para una parte importante de la fuerza laboral que no logra insertarse en una relación salarial. Existe un rasgo que se dio durante el año 2013 que es preciso destacar por su fuerte impacto en las condiciones de vida de sector más vulnerable de la sociedad que es la novedad del inicio de un período de fuerte destrucción de puestos de trabajo informales del segmento asalariado sin su contrapartida en formalización. Este es un fenómeno que se inicia en el año 2013 y que continúa actualmente perjudicando fuertemente a los hogares de menores recursos en los que predomina este tipo de inserción entre sus integrantes.

De esta manera hacia el último semestre del año 2013 comenzó una fase de destrucción de empleo que hasta el momento continúa, con una caída de 78 mil puestos de trabajos. Por su parte la puja distributiva expresada en la histórica y tensa relación salario-ganancia ha comenzado a delinear un nuevo camino que va desde el estancamiento hacia el retraso salarial. Frente a una inflación acumulada que se situó en torno al 27% la mayor parte de los arreglos por paritaria del sector formalizado de los trabajadores durante el año 2013 tuvieron un techo del 25% .

Por esta razón es que se verifica que el Índice General de Salarios relevado por INDEC muestra una tendencia alcista del salario real que llega hasta el año 2011 a partir del cual comienza una paulatina y sistemática caída del salario real. Así, la nueva configuración de relaciones sociales que pone en escena un menor uso de fuerza laboral y un menor pago se termina por cristalizar en una expansión de la brecha de ingresos entre el decil de mayores ingresos (el decil 10) con respecto al más pobre (el decil uno). Mientras a fines del año 2013 el 10% más rico de la población se apropiaba de una magnitud de 5,8 veces más de la masa de ingresos, al año 2013 esta proporción creció a más de 6 así como también aumentó la cantidad de hogares sin ingresos del 0,4% al 0,6%.

De esta manera, durante el año 2013 y especialmente en la última parte del año fue testigo de protestas sociales, cortes, piquetes protagonizados por los movimientos de desocupados, trabajadores organizados y paros generales impulsados por las principales centrales de trabajadores. Según un informe del Observatorio de Derecho Social de la CTA “Durante el último trimestre de 2013 el crecimiento de la conflictividad laboral sostuvo la tendencia anual. Se registraron 366 conflictos, de los cuales 230 se llevaron adelante en el sector público, 112 en el privado, 24 en ambos sectores y 10 en el sector informal. En este periodo se observa el punto más alto de la serie 2011-2013” .

Así, el fin de año del 2013 culminó en su expresión más álgida con el acuartelamiento de la fuerza policial como medida de fuerza en reclamo de mayores salarios que desató paralelamente una ola de saqueos en diversos barrios del Conurbano Bonaerense poniendo en jaque la gobernabilidad que posteriormente se logró restablecer a costa de mayor presupuesto para gasto social pero con un descargo del Poder Ejecutivo Nacional en contra de los reclamos callejeros –como la apertura de las sesiones legislativas a principio de este año- e intentos de “regular” la protesta social a través de un dispositivo que articula control social con vigilancia y represión .

¿Qué viene pasando durante el 2014?

La economía durante el primer semestre del año 2014 demostró, según datos oficiales del PBI, un estancamiento. El PBI a precios del año 2004 pasa de $887.532,7 millones en el II trimestre del 2013 a $887.315,5 millones un año después, es decir que prácticamente ni se movió. Por su parte el Estimador mensual de actividad económica (EMAE) refleja una retracción de la actividad económica para una parte importante del período siendo que cinco de los primeros ocho meses del año muestran una variación interanual negativa con respecto al 2013.

Los Salarios

El 2014 inauguró con la devaluación más importante de todo el período de gobierno kirchnerista, que se efectuó a pesar de las promesas presidenciales de estabilidad cambiaria, a partir de un aumento del 23% del tipo de cambio oficial en un mes. El piso de inflación al iniciar el año superaba así cualquier expectativa y no tardaron en llegar los conflictos en los acuerdos salariales -muestra de ello es el paro docente que en la provincia Buenos Aires alcanzó un total de casi 20 días- que hizo desarmar la intención del gobierno nacional de imponer un tope en las paritarias del 20%. Los conflictos gremiales se agudizaron ya en los primeros meses del año 2014 ante la estrepitosa pérdida del salario lo que llevó a que ya en el mes de Febrero comiencen a firmarse los primeros acuerdos (Entidades Civiles) con una pauta salarial 10 puntos porcentuales por encima de la estipulada inicialmente. De esta manera, la menor pauta salarial no fue inferior al 25% y la más elevada no superó el 35% con adicionales de suma fija –generalmente no retributiva-.

De todos modos, pese al corrimiento del techo salarial la aceleración de la inflación hizo que más pronto que tarde el salario quedara retrasado. Según la última información disponible sobre la evolución del índice precios al consumidor (CABA) al mes de Septiembre 2014 se acumula un aumento del 30,7% de precios con respecto al último dato del año 2013, lo cual indica que la inflación, como el principal dispositivo redistributivo puesto al servicio de los actores empresariales, ha permitido esterilizar por completo el aumento salarial pautado a principio de año y retrotraer el salario al mes de Diciembre del 2013.

Lo anterior se observa también al examinar de cerca la evolución del salario y del resto de los conceptos de ingresos laborales de los ocupados: al primer semestre del año se observa que los ocupados (sin considerar los patrones) vieron incrementar sus ingresos en un 13,2% que frente al crecimiento del 22,6% en el nivel de precios significó una caída real del 7,7% para el conjunto de los trabajadores.

El grupo más afectado fue el sector de los asalariados no registrados, los cuales sufrieron un retraso superior, del 10,9%. De todos modos, el cuentapropismo también superó el rezago promedio con una caída del 9,2% y el segmento integrado a la formalidad cayó levemente por debajo, un 6,5%. Cabe mencionar que en promedio, el poder adquisitivo actual de los ingresos de los ocupados retrocede hasta ubicarse en los niveles que existían a fines del año 2008, período en el cual comienza a sentirse el impacto recesivo de la crisis internacional.

El empleo al tercer trimestre 2014

Según la última información publicada por el INDEC, la tasa de actividad es actualmente del 44,7%, abarcando a 17.228.060 personas que están trabajando o buscando un empleo. Es la tasa de actividad más baja que se observa desde el año 2003 inclusive, dando cuenta del fuerte desaliento que genera actualmente la situación del mercado laboral. La tasa de empleo, por su parte, alcanza al 41,3% de la población urbana, estando ocupadas 15.917.650 personas. En este caso, desde el año 2006 que no se observa una tasa de empleo tan baja.

La desocupación es del 7,5%, implicando en términos poblacionales un total de 1.292.105 desocupados. Por otro lado, un 9,2% de la PEA se encuentra subocupada, son 1.584.982 trabajadores que tienen una jornada laboral inferior a la que desearían. En conjunto, desocupados y subocupados suman 2.877.086 trabajadores que se encuentran subutilizados (un 16,7% de la población activa).

Si analizamos la evolución de las tasas con respecto a períodos anteriores, surgen las siguientes conclusiones:

Evolución trimestral: Al comparar con el trimestre anterior (Cuadro Nº 1), se observa una reducción del 0,2% en la tasa de actividad, que se compensa por el incremento poblacional llevando a que la PEA se mantenga estancada en términos absolutos. La disminución en la tasa se explica por una caída en el nivel de empleo: la tasa de empleo cae también un 0,2%, lo cual implica una destrucción de casi 3 mil puestos de trabajo. La tasa de desocupación se mantiene estancada, lo cual ante el estancamiento de la PEA lleva a que la cantidad de desocupados no varíe con respecto al trimestre anterior. Por otra parte, la subocupación cae pasando del 9,4% al 9,2% (-2,1%), explicando así la leve caída en la subutilización laboral que pasa del 16,9% al 16,7%.

Evolución anual: Si se replica el análisis en términos interanuales, de forma tal de anular los efectos estacionales, las conclusiones resultan aún más preocupantes. En efecto, la tasa de empleo se retrae un 3,8%, pasando del 42,91% al 41,4%,3. En términos poblacionales, ello implica una destrucción de nada menos que 456.622 puestos de trabajo . Semejante destrucción de puestos de trabajo no se observa en igual magnitud en el desempleo (los desocupados crecen en 92,8 mil) debido al desaliento traducido en una reducción notable de la tasa de actividad del 3%, que en términos absolutos implica que 345,5 mil personas dejan de trabajar y de buscar trabajo.

Evolución acumulada 2014: Cuando se observa la evolución con respecto a fines de 2013, a fin de analizar lo ocurrido en lo que va de este año, se agrava el panorama descripto. En concreto, el empleo disminuye un 3,3%, lo cual implica una destrucción de 407 mil puestos de trabajo durante los primeros nueve meses del 2014, de los cuales una parte significativa -176 mil personas- pasan a ser desocupados, aumentando la tasa de desempleo en un 17,2%. El resto –cerca de 205,5 mil personas- se retira del mercado laboral, provocando una caída del 2% en la tasa de actividad. Como puede verse, si aquellos que se retiraron momentáneamente del mercado laboral a causa de la pérdida de su empleo, decidieran buscar trabajo activamente, la tasa de desempleo sería considerablemente superior. Por otra parte, la subocupación aumenta un 17,9%, sumando casi 225 mil subocupados más.

A continuación se expone la variación trimestral en la cantidad de ocupados y desocupados desde fines de 2011 hasta la fecha. En primer lugar se observa que ya van cinco trimestres consecutivos de destrucción de puestos de trabajo, acumulando 485.267 empleos menos. El 84% de esa destrucción de puestos de trabajo se generó en lo que va del 2014, período en el cual se sumaron poco más de 176 mil personas a la fila de desocupados (110 mil en el primer trimestre y 66 mil en el segundo, con un estancamiento en el tercero). De este modo surge que el claro efecto desaliento observado en la caída de la tasa de actividad, no logró evitar el aumento del desempleo durante el último semestre, si bien lo amortiguó ficticiamente.

Cabe destacar que el llamativo estancamiento en la cantidad de desocupados durante el 3er trimestre de 2014, en un marco de destrucción sistemática de puestos de trabajo, se suma a una serie de sospechas en torno a las tasas del mercado laboral, particularmente la tasa de desempleo, que viene publicando el INDEC en los últimos informes y sobre la cual diferentes especialistas vienen alertando. En concreto, a pesar de que la tasa de empleo viene cayendo hace cinco trimestres consecutivos, la tasa de desempleo no aumentó en forma significativa (entre el 2do trimestre 2013 y el 3er trimestre 2014 pasó del 7,2% al 7,5%). De hecho, así como se destruyeron 485 mil empleos, la cantidad de desocupados en el mismo período sólo subió en 20 mil. Ello se explica porque desde mediados de 2013, a medida que comenzó a caer la tasa de empleo, cayó también la tasa de actividad.

Si bien es cierto que en períodos de extensa recesión el desaliento provocado por la falta de oportunidades laborales puede generar que luego de reiteradas búsquedas infructuosas las personas que perdieron su empleo se retiren del mercado laboral, pasando así a la categoría de “inactivos” y disminuyendo la PEA –situación que por cierto lejos estaría de ser alentadora-, el proceso que surge de observar las tasas del INDEC llama la atención al menos por dos motivos. En primer lugar, por la velocidad con la que responde la caída en la tasa de actividad a la caída en la tasa de empleo, como si todos (o la gran mayoría) de los que perdieran su empleo se desanimaran automáticamente retirándose del mercado laboral.

En segundo lugar, porque en contextos de pérdida del poder adquisitivo debido a un aumento acelerado de los precios como el experimentado con mayor crudeza en 2014 (considerando una inflación interanual del 40%), lo esperable sería incluso un incremento en la tasa de actividad en tanto más miembros del hogar deben salir a complementar los ingresos de los perceptores principales.

Es por ello que surgen dudas en torno a si la caída en la tasa de actividad, en el marco de la intervención del INDEC, en realidad no está encubriendo un aumento aún mayor en la tasa de desempleo. De hecho, si se realiza el ejercicio de mantener constante la tasa de actividad del 2do trimestre de 2013 -momento a partir del cual la misma empieza a caer-, la caída en la tasa de empleo se traduce en una tasa de desempleo que asciende al 11% para el 3er trimestre de 2014 (en lugar del 7,5% difundido por el INDEC) y la cantidad de desocupados crece en casi 700 mil en el período analizado (en lugar de 20 mil), llegando así a casi 2 millones de desocupados.

Los resultados en materia de Pobreza e Indigencia

La reciente publicación de la base de microdatos de la EPH correspondiente al segundo trimestre de 2014 permite realizar las mediciones de pobreza e indigencia, contrastando los ingresos de los hogares con el valor de las líneas de pobreza e indigencia de cada hogar.

A raíz del contexto socioeconómico anteriormente descripto, incluso considerando distintas metodologías de medición, los resultados en materia de pobreza e indigencia son alarmantes ya que en todos los casos se observa un aumento considerable de las tasas, como expondremos a continuación.

Series de Precios alternativas

A raíz de la intervención del INDEC y la subestimación de los precios realizada por el organismo desde el año 2007, decidimos considerar dos series de precios alternativas para dicho período:

SERIE 1:

- Para 2007 la estimación de la Comisión Técnica de ATE-INDEC;

- Para 2008 el Nivel General de Bevacqua, con una inferencia de Alimentos y Bebidas según la recaudación de IVA,

- Entre 2009 y 2013 sólo Graciela Bevacqua.

- A partir de 2014 utiliza IPC de la CABA.

SERIE 2:

- 2007: Comisión Técnica ATE-INDEC

- 2008 a 2011: Índice 4 Provincias con Chubut, Neuquén, San Luis y Santa Fe

- Utiliza IPC 4 Provincias hasta Abril 2012.

- Entre Mayo 2012 y Agosto 2013 utiliza Graciela Bevacqua.

- Desde Septiembre 2013 utiliza el IPC de la CABA.

Metodología convencional del INDEC con precios alternativos

Si utilizamos la metodología convencional del INDEC para medir pobreza e indigencia, aplicando ambas series de precios alternativos sobre los últimos valores de la CBA y la CBT publicados por el organismo antes de la intervención (Diciembre 2006), resulta que a Junio 2014 la CBA se encuentra en torno a los $2.752,3 y los $3.456,4. Por su parte, la CBT está entre los $5.194 y los $5.582,6.

A continuación se exponen los resultados en las tasas de pobreza e indigencia, considerando las canastas anteriormente presentadas. De allí surge que considerando la Serie 1, la pobreza creció del 25,2% a finales de 2013 al 28,1% a mediados de 2014, mientras la indigencia lo hizo del 11,3% al 12,8%.

Si se toma la Serie 2, la tasa de pobreza pasa del 22,1% al 25,4%, mientras la indigencia lo hace del 7,3% al 8,3%.

Actualización metodológica y precios alternativos

Si consideramos nuestra actualización metodológica en función de actualizar el obsoleto patrón de consumo de la metodología convencional y considerando los gastos no alimentarios de manera directa , los resultados son aún más alarmantes.

Mostramos el impacto de ambas series de precios alternativas en el valor de la CBA y la CBT elaboradas según la actualización metodológica, desagregadas por componente, para Junio de 2014. Allí surge que con la Serie 2, la CBA queda valuada en $3.272,8, es decir un 20% más baja que la Serie 1 ($4.110). Sin embargo, como el resto de los componentes resultan más caros que en la Serie 1 (con excepción de Salud), ello amortigua la diferencia de la CBT, que con la Serie 2 es un 8% más baja si consideramos a los propietarios, y un 2,5% inferior si consideramos a los inquilinos. Por otra parte, ambas series de precios utilizan el IPC de la CABA para 2014, con lo cual la variación porcentual en el valor de las canastas para el primer semestre del año coincide para ambas mediciones.

A continuación, exponemos los resultados en las tasas de pobreza e indigencia que surgen de considerar la actualización metodológica, para ambas series de precios:

1) la Serie 1, la de máxima, da cuenta de un aumento en los niveles de pobreza e indigencia siendo que la tasa de pobreza pasa del 36,7% al IV trimestre 2013 al 40% en el II trimestre 2014 arrojando debajo de la línea de pobreza a 1.563.052 personas. Por su parte la indigencia creció del 15,1% al 16,7% dando cuenta de la existencia de 750 mil personas más que pasan hambre.

2) la Serie 2, la estimación de mínima, indica que la pobreza crece del 32,7% a fines de 2013 al 36,2% a mediados de 2014 incrementando en 1.647.070 la cantidad de pobres mientras la indigencia aumenta del 9,7% al 11,1% llevando a la indigencia a 661 mil personas más.

Cabe destacar aquí la siguiente convergencia: tanto la metodología tradicional como la alternativa, tanto el uso de la serie de precios que supone una estimación de mínima como la de máxima, coinciden en el hecho de reflejar que en tan sólo la primera parte de este año el ordenamiento económico vigente arrojó a la pobreza a 1,5 millones de personas más y a medio millón (500 mil) a pasar hambre.

Anexo

Los cambios metodológicos en la EPH

Desde el 4to trimestre de 2013, el INDEC ha comenzado a implementar un proceso metodológico por el cual se actualiza la población de referencia de la Encuesta Permanente de Hogares. Este proceso debe realizarse cada vez que se hace un censo de población, ya que en base al mismo se realizan las proyecciones de población y se delimitan las áreas geográficas de las cuales se obtienen las muestras de viviendas particulares en las que se entrevistarán a los residentes. Según el organismo oficial, es a partir del cuarto trimestre de 2013 que comienzan a implementarse estos cambios en la EPH “dado que ya han sido finalizadas las tareas de revisión de las envolventes, están calculadas las proyecciones de población definitivas del CNPHV 2010, y está disponible la nueva muestra maestra MMUVRA” El mismo organismo establece lo siguiente:

“Con la finalidad de minimizar el impacto sobre las estimaciones, especialmente por tratarse en el caso de la EPH de una encuesta continua, las transiciones de áreas seleccionadas se realizan con reemplazos de un cuarto de muestra a la vez, hasta completar la migración.”

“(…) A fin de minimizar los efectos de las transiciones las estimaciones se realizan de la siguiente manera: los factores de expansión de las unidades de recolección provenientes de la MMUVRA se calculan en relación a la población de referencia proyectada a partir del CNPHV 2010; los factores de expansión de las unidades seleccionadas de la muestra maestra anterior se calculan según las proyecciones definitivas del CNPHV 2001. De esta manera la población de referencia obtenida para la EPH durante el proceso de transición responde a la definición de ponderación híbrida, es decir que resulta de la mixtura de dos fuentes de datos.”

Es a partir del 2do trimestre de 2014 que este proceso se finaliza, en tanto “todas las viviendas seleccionadas son extraídas de la MMUVRA y todas las estimaciones finales se ajustan de acuerdo a las proyecciones de población obtenidas a partir del CNPHyV 2010” . Si bien este mecanismo permitE que las nuevas tasas del mercado laboral surgidas de la EPH puedan continuar la serie publicada anteriormente, y de hecho así lo hace el INDEC cuando en el primer cuadro de su informe de prensa compara las últimas tasas con aquellas publicadas en el 3er trimestre de 2013, el mismo organismo publica al final de su informe un ejercicio que permitiría re-estimar la evolución de las tasas neutralizando los efectos de este cambio metodológico.

Los valores que surgen de dicho ejercicio, y que el mismo INDEC define como “no oficiales”, muestran que las nuevas proyecciones poblacionales implican una estructura etaria distinta, en tanto hay una menor proporción de personas entre 30 y 64 años, tramo etario en el cual se concentra la mayor parte de la población económicamente activa. De este modo, las tasas de actividad y de empleo publicadas por el organismo durante el 2013 serían en realidad más bajas. Es por ello que si se utilizan las tasas resultantes de ese ejercicio para estimar la evolución entre 2013 y 2014, si bien se sostiene la tendencia de caída en la actividad y en el empleo, la misma se aminora al comparar con una base menor. De este modo, la destrucción de puestos de trabajo en el año bajo análisis sería de casi 180 mil, en lugar de los 456 mil mencionados anteriormente. Por otra parte, se retirarían de la PEA más de 51 mil personas, en lugar de 345,5 mil. Sin embargo, tal y como el mismo INDEC lo aclara, este es un ejercicio de estimación “no oficial”, en tanto hasta el 3er trimestre de 2013 inclusive se usaron completamente las muestras surgidas del Censo 2001 y, por lo tanto, la única forma de saber a ciencia cierta cómo hubiera impactado en las tasas este cambio metodológico, sería volver el tiempo atrás al mejor estilo de la película “Volver al futuro” y volver a hacer la EPH implementando el cambio muestral.

Por otra parte, a casi 8 años de la intervención del INDEC y habiendo corrido mucha agua bajo el puente en términos de destrucción del sistema de estadísticas públicas, no sólo en lo que respecta al Índice de Precios sino también en lo referido a otros indicadores cruciales como la medición de la pobreza y la indigencia, las canastas básicas, la estimación del PBI, etc., los cambios metodológicos en la EPH mencionados anteriormente no se ven menos afectados por el oscurantismo y la pérdida de confiabilidad. Más aún si tenemos en cuenta que los mismos se han realizado utilizando el Censo 2010, cuya elaboración ha estado atravesada por los efectos más repudiables de la intervención del INDEC.

Según la Junta Interna de ATE-INDEC, “el desmantelamiento de los equipos de trabajo llevado adelante por los interventores, seguido de su política de `desarrollo secreto´ del Censo, con una inusual falta de solicitud de opiniones de expertos externos y con áreas de trabajo a cargo de equipos fantasma, impiden dar cuenta de cada uno de los aspectos de la tarea, que usualmente es abierta y multitudinaria, como corresponde a un operativo de magnitud incomparable con cualquier otro de los que encara el Instituto. (…) La calidad de los datos censales es tan dudosa como la del resto de la producción de la Intervención, cuestionada universalmente.”

Si se observan las tasas por región, el estancamiento de la desocupación con respecto al trimestre anterior es un promedio que invisibiliza el aumento de la desocupación en el GBA (explicada por el conurbano), en Cuyo y en la Región Pampeana, mientras en el resto de las regiones disminuye.

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