El 24 de marzo fue un día gris en la historia de la clase trabajadora argentina. No decimos pueblo porque es una vaga definición que puede accidentalmente englobar también a la burguesía nacional que sacó un enorme rédito de aplastar a una vanguardia que, con grandes experiencias acumuladas en la lucha que nos remonta a los 70 y antes también. A pesar de este corte histórico los trabajadores tuvieron y tienen grandes tendencias a la combatividad y a cuestionar el Estado en pos de sus derechos. (...)