Los 526 años de un etnocidio prolongado corren los velos para mostrar las continuidades, muchas veces maquilladas, de los mecanismos de coloniaje latentes en las prácticas de un estado que se empeña en oprimir a todas las identidades nacionales que lo perviven.
A fuerza de lucha y una resistencia tenaz, los pueblos originarios en Argentina lograron imponer al estado varias de sus demandas democráticas, logrando amplios reconocimientos jurídicos: la constitución reconoce la preexistencia étnica y (...)