Esquivando la muerte
N. tiene hoy apenas 16 años, a los 15 andaba robando, porque, decía, que quería ser como esos otros jóvenes que van a los boliches en autos caros, que se visten a la moda y muestran cadenas de oro colgando de sus cuellos. Pero N. no tendría la misma suerte. En una de sus salidas la policía que lo perseguía le metió una bala a centímetros del corazón. Salvó su vida por muy poco. La última vez le fue peor, el disparo del gendarme dio en su vientre y la bala quedó alojada muy cerca (...)