Más fondos para educación. La prensa oficialista tituló: “Los superpoderes debutaron con más fondos para la universidad” (Página/12, el 17 de agosto). Así hacía propaganda con que el gobierno había anunciado un “incremento de 140 millones de pesos para el sistema universitario”.
En forma no tan subliminal, esa propaganda quería presentar la cara amable de los superpoderes, como si éstos fueran a ser utilizados en función de programas sociales. Pero resulta que el superávit fiscal primario ronda los 19.000 millones de pesos anuales y eso contrasta con la ínfima porción asignada esta vez como refuerzo presupuestario.
Por otro lado se sabe que de esos insignificantes 140 millones, sólo 90 irían a las Universidades pues el resto fueron a la órbita del ministerio conducido por Daniel Filmus. Y de aquella suma, nada para salarios docentes sino para gastos de funcionamientos y cierta inversión en ciencia y técnica.
Quiere decir que las demandas de los trabajadores de la educación superior se mantienen prácticamente en el mismo punto de no atención que motivaron todas las medidas de fuerza anteriores y las que vendrán por parte de la Conadu Histórica (la otra central mostró otra vez la hilacha).
Para tener una idea de lo que el gobierno gasta en subsidios a empresas privadas, por ejemplo del transporte de pasajeros, hay que decir que con ese destino van al menos 3.600 millones de pesos. Parte de esta suma fue redirigida por Alberto Fernández en uso de superpoderes. Es casi lo mismo que el presupuesto total de las 37 universidades estatales para el presente año, que con los últimos retoques sumaría 3.900 millones.
Dicho en otros términos, para los trenes y colectivos privados, propiedad de los Macri, Roggio, Techint, Aceitera General Deheza, hermanos Cirigliano (trenes TBA-grupo Plaza), se llevan la parte del león y dejan las migajas.
El gobierno de Néstor Kirchner suele incurrir de cuando en cuando en algunas discusiones públicas con estos monopolios. Pero en los hechos acepta la continuidad del esquema político y económico que protege sus privilegios, y de ese modo condena a la crisis al financiamiento educativo. Con ese esquema es muy dudoso que se cumpla la ley respectiva para aumentar 20 por ciento el presupuesto educacional cada año hasta llegar en 2010 al 6 por ciento del PBI para el sector.
Los docentes universitarios usamos la cabeza y no creemos en los superpoderes ni queremos los subsidios a grandes empresas. Por eso seguiremos luchando por el programa reivindicativo que todos sabemos de memoria: salario equivalente a la mitad del costo de la canasta familiar, aumento real del presupuesto y blanqueo de los salarios, entre otros puntos. Esta lucha, como decía Hebe Bonafini cuando no era kirchnerista, hay que seguirla porque “la única que se pierde es la que se abandona”.
Editorial publicada en el boletín Nº 149 de la Asociación de Docentes e investigadores de la Universidad nacional de Salta.
Diario de la criminalización de la protesta social en Salta - Marco Diaz Muñoz
Portada | General | Politica | Policial | D.D.H.H. | Cultura | País | América Latina | Mundo | Pueblos Originarios
Copyright 2001 - 2010 - Todos los derechos Reservados - copenoa.com.ar