Pensiones pobres, pobres pensionadas y pensionados

El gobierno de Cambiemos, desesperado por conseguir dólares para alimentar el crecimiento económico de alguna forma, introdujo su propuesta de ‘blanqueo de capitales’ en una reforma parcial del sistema de previsión social argentino. El objetivo: conseguir ampliar el abanico de socios para aprobar el reingreso de la ’plata del lavado’ al ciclo del capital local.

Si la propuesta de blanqueo es una inmoralidad e injusticia mayúscula, el cinismo de la propuesta provisional (llamada ‘programa de reparación histórica’) alcanza niveles extremos, aun para los miembros de los partidos del orden locales.

La propuesta crea una pensión universal con beneficios menores a la jubilación mínima, consolidando un piso más amplio de pobreza para los adultos mayores en el país. Ello multiplicará el número de beneficiarios cuyos ingresos se encontrarán bien por debajo de los mínimos valores indispensables para vivir con un mínimo de dignidad.

La propuesta oficial institucionaliza la política kirchnerista de pensiones insuficientes (que se apoyaba en moratorias periódicas) pero no reformula el sistema de financiamiento de pasividades ni pone en discusión el papel del llamado Fondos de Garantía de Sustentabilidad (FGS) cuyo rol es cualquier cosa menos el de garantizar la sostenibilidad del sistema.

La propuesta avanza y sigue cargando sobre las y los trabajadores el costo de un sistema de previsión social que los excluye, sin plantear ninguna fórmula de financiamiento del sistema de previsión social que aumente los impuestos sobre el gran capital para garantizar jubilaciones y pensiones dignas. Sólo crea las condiciones para profundizar la crisis de financiamiento del sistema, y abre la puerta a la propuesta de aumentar la edad jubilatoria en un futuro cercano. Con un mercado de trabajo ultra-precarizado y un sistema impositivo regresivo, el sistema de jubilaciones y pensiones de nuestro país profundizará su camino de deterioro.