PRONTUARIOS: Esteban José Bullrich Ocampo

Este “cunita de oro”, en las últimas semanas volvió a ser noticia con sus declaraciones en contra de la lucha de estudiantes, docentes y no docentes universitarios.

Bullrich, sobrino segundo de Patricia, la “rambita” Ministra de Seguridad, el ataque a la educación pública viene ya desde que el egresado en licenciatura en sistemas de la Universidad privada Caece ocupaba el mismo cargo en la Ciudad de Buenos Aires. En el 2014 a la crisis por falta de vacantes, gracias a que en su gestión no construyó una sola escuela y muchas, sobre todo de las zonas más pobres de la ciudad, estaban en mal estado, Bullrich le respondió con una licitación para comprar construcciones modulares, las tristemente famosas “aulas containers”.

El “niño bien” no tuvo ningún problema en pensar que la solución para centenares de niños era que cursen en grandes cajas metálicas. Todo un enemigo de la educación pública de calidad.

Pero de quién sí supo ser “amigo” es del genocida Luis Abelardo Patti, cuando en mayo del 2006 la cámara de diputados nacional discutía si aprobaba o no su pliego como diputado. En esa oportunidad argumentó su voto a favor con la teoría de los dos demonios, la misma que defiende el gobierno de Macri: “Yo he dicho ya en esta Cámara de Diputados que todos los argentinos que mataron argentinos tienen que ser condenados…”. Tuvieron que pasar 10 años más para que el ex jefe del Comando Radioeléctrico de la Policía Bonaerense fuera condenado a cadena perpetua por sus crímenes. No es de extrañar las afinidades del ahora ministro nacional, si recordamos que llegó a diputado por Recrear del derechista López Murphy.

Al heredero de un linaje de alta alcurnia lo pueden este tipo de personeros de la dictadura cívico – militar: cuando era parte del gobierno de la ciudad integraba su gabinete de educación Pedro Walter, un ex legislador tucumano de Fuerza Republicana, el partido del represor Antonio Bussi. Sin mencionar a ex funcionarios menemistas que pilotearon las privatizaciones de los 90 y delegados de la Iglesia Católica. Todo un estandarte para Bullrich Ocampo.

Pero no hay que ser injustos, el enemigo público de la educación pública supo tener sensibilidad social, aunque entendida a su modo: luego de vivir varios años en EEUU y antes de regresar al país, declaró que dedicó 2 meses de su vida a enseñar matemática a niños de un orfanato de Nicaragua, a través de la fundación Padre Fabretto. Cuando quisimos ver de dónde provenían los fondos de asistencia a esa fundación, nos encontramos con la Agencia Internacional de ayuda del Departamento de Estado (USAID), la misma agencia que el gobierno de Bolivia tuvo que expulsar de su territorio por actuar como pantalla de la CIA.

Este es el Ministro de Educación de la Nación, el macrista que ataca a quienes luchan por una educación pública, laica y gratuita.