La semana pasada, mientras se conocía un nuevo “dietazo” para diputados y jueces, Macri llamaba a “racionalizar del gasto público”. Es que en la Argentina de Cambiemos, hay gastos que se puede achicar y otros que no.
Si acaso los tarifazos y los ataques a la educación o la salud no ilustraban suficientemente este punto, la noticia sobre el recorte de pensiones por discapacidad vino a confirmarlo. Éste, como si fuera poco, se apoya en un decreto presidencial menemista.
Envuelta en escándalo la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, desmintió la baja masiva de pensiones y aseguró que van a “rever” los errores. Las cifras dicen otra cosa. Según lo indicado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en lo que va del año más de 83 mil Pensiones No Contributivas han sido suspendidas o dadas de baja.
Pero lo que Stanley pretendió ocultar, el senador Federico Pinedo lo expresó abiertamente: “Hay demasiada gente actuando en la ilegalidad, que le roba a los más necesitados para quedarse con beneficios”.
Frente al enorme rechazo que generó esta nueva política de ajuste del gobierno, miles de personas se congregaron en el día de ayer frente al Obelisco. La protesta fue convocada a través de las redes sociales bajo la consigna “Marcha Para Que No Quiten Las Pensiones”. Se hicieron presentes allí hombres y mujeres, escuelas de educación especial, organizaciones sociales y algunos gremios.
Mauricio Macri no parece sacado ninguna lección de las elecciones británicas. Allí, la líder del Partido Conservador, Theresa May, sufrió un duro golpe en las urnas luego de presentar una plataforma de ajuste. Entre las medidas, estaba incluido el llamado “impuesto a la demencia”, que obligaba a los ancianos a pagar por sus propios cuidados.
Lo cierto es que, además de ceguera política –especialmente en tiempos de campaña-, esta movida de Cambiemos es una definición ideológica: mientras los empresarios y la casta política siguen ensanchando sus bolsillos, los trabajadores y el pueblo pobre cargan con la tan mentada “austeridad”.
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Diario de la criminalización de la protesta social en Salta - Marco Diaz Muñoz
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