Los laicos deben comprometerse y dar el ejemplo para combatir la corrupción

El obispo Miguel Esteban Hesayne, fundador y director del Instituto Cristífero, explicó que “en forma sencilla podemos decir que corrupción social es una sociedad en mal estado”, pero lamentó que “no aparecen los responsables de tamaño descalabro social de dimensiones imprevisibles según ponderables analistas”.

El prelado estimó necesario “combatir la corrupción en la sociedad argentina, que no es feliz con la corrupción y no encuentra salida para liberarse de este dañino mal estado familiar-social-político-cultural”.

“La corrupción no tiene origen en las estructuras que en la sociedad se da. La corrupción como lo dice Jesús nace en el corazón de los seres humanos y se proyecta en las estructuras de la sociedad. Por eso hay que estar atento al propio corazón y procurar en la oración y en la educación corazones limpios, que no busquen tan sólo su propio interés sino el interés de los demás”, subrayó.

“Jesús en su Evangelio no dejó un manual para la organización de la sociedad humana, pero sí, dejó un cúmulo de valores para recrear los corazones que proyecten en las dimensiones y estructuras de la vida humana, desde cada corazón, la verdad, la justicia, la libertad y el amor. Por eso el Magisterio de la Iglesia tiene por misión formar un laicado en los valores evangélicos, para que a su vez los laicos y laicas cristianos, en su tarea primera y propia, lo pongan en práctica en el campo de su actividad sembrando los valores evangélicos en la convivencia ciudadana”,

Por último, monseñor Hesayne sostuvo que “en forma explícita y reiterada el Magisterio de la Iglesia insiste: corresponde a los fieles laicos mostrar concretamente en la vida personal y familiar, en la vida social, cultural y política, que la fe en Jesús y el Evangelio permite leer de modo nuevo y profundo la realidad y transformarla, libre de toda corrupción”.