Familias endeudadas: los créditos personales crecieron más del 50 % en julio

Se debe en parte a la pérdida del poder adquisitivo, la existencia de deudas previas actúa como condicionante para el acceso a la vivienda propia.

La semana pasada, el ministro de economía, Nicolás Dujovne dijo que este año “los salarios le ganan por goleada a la inflación”. Sin embargo, el relato del Gobierno no puede resistir la menor prueba.

Los dichos de Dujovne no solo son desmentidos por los propios datos oficiales elaborados por el INDEC, sino que además se ha conocido ayer un informe elaborado por la consultora First Capital Group, en el que se evidencia el importante incremento de los créditos personales.

Según el mismo "al cierre de julio, el volumen de créditos personales ascendió a $ 286.097 millones para el total acumulado, al representar un crecimiento interanual del 55,18%, contra los $184.368 millones del mismo mes del año anterior".

A su vez, según un estudio de la consultora DAlessio IROL, el 80 % del segmento identificado como “clase media” cuenta actualmente con algún tipo de deuda, ya sea personal o a través de las tarjetas de crédito. La existencia de fuertes deudas previas es uno de los principales condicionantes a la hora de evaluar acceder a nuevos créditos como las nuevas líneas de préstamos hipotecarios.

"Al momento de la contratación se han detectado varias limitaciones. La primera de ellas, que el 80 % de la clase media ya está endeudada con el pago en cuotas de sus tarjetas y con otros préstamos. De este 80 %, un 39 % corresponde a quienes están pagando tarjetas de crédito, un 13 % quienes cumplen con otros créditos y un 28 % representan a los que pagan tarjetas y otros préstamos” señala el informe.

“Es decir que, en lugar de tomar un hipotecario y acceder a la casa propia, está pagando las cuotas del consumo que tuvo el año pasado", remarcó Nora DAlessio, vicepresidenta de DAlessio IROL.

Lejos de cualquier tipo de “brote verde”, el incremento de los créditos personales y del endeudamiento en general es una muestra de cómo los trabajadores debido a la pérdida de poder adquisitivo deben endeudarse para poder mantener un (golpeado) consumo. (LID)