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¿Expropiación o reapropiación?

La obra que prestaremos nuestra atención en este artículo es el “Esbozo de crítica de la economía política” [1], publicada en los “Anales franco-alemanes” de 1844, cuyo co-editor era Karl Marx. Uno de los primeros escritos de Engels enfocados explícitamente en la economía política con un profundo interés en su crítica.

28 de agosto de 2017| Francisco Pesado |

El capital como trabajo acumulado

“Según el economista, el costo de producción de una mercancía está formado por tres elementos: (…) la tierra (…), el capital (…) y el trabajo (…)” [2]. Pero, si ponemos atención, podemos ver que el segundo y tercero corresponden al mismo factor, a saber, el concerniente al hombre.

La definición del capital como trabajo acumulado es admitida hasta por los propios economistas, argumenta Engels. Es más, también reconocen el capital, cuando está en el proceso productivo, como material de trabajo, aparentando unirlo con el factor trabajo en uno solo dentro de su concepción. Sin embargo, esto queda en meras definiciones. Si fueran realmente consecuentes dividirían en elementos naturales y humanos los costos de producción, es decir, el capital y trabajo no serían disociados, sino unificados como uno. Además, deberían agregar “(…) un tercer factor que el economista no piensa: el elemento intelectual que es la inventiva, el pensamiento, y que coexiste con el elemento físico del trabajo puro y simple. (…)” [3]

Pero esto es inaudito en una economía capitalista, donde los dueños de los medios de producción deben de justificar su carácter de propietarios. Para esto, los burgueses y sus fieles economistas, con el fin de sostener en la teoría su orden social (y sus ganancias), divorcian el factor humano en dos. Esta fragmentación, cada vez más profunda, es la misma materializada “(…) con la escisión de la humanidad en capitalistas y trabajadores (…)”. [4]

En el capitalismo, el capital no solo se separa del trabajo, sino que en si mismo se divide en originario y ganancia, este último representa el aumento que se produjo en el proceso productivo que, a su vez, también se fragmenta en dos: beneficio e interés. En el segundo se encuentra la mayor irracionalidad y usura posible dentro estas divisiones, ya que permite el cobrar sin trabajo.

Los economistas dejan al trabajo en una posición demasiado desvalorizada, Engels comenta al respecto: “El trabajo, el elemento fundamental de la producción, la fuente de la riqueza, la actividad humana libre, sale muy malparado con los economistas.” [5] En el capitalismo: “(…) el producto del trabajo se enfrenta a este como salario, se divorcia de él y es determinado (…) por la competencia (…) no existe una medida fija en cuanto a la participación del trabajo en la producción.” [6]
Competencia individualista

“(…) La contradicción de la competencia es exactamente la misma que la propiedad privada. Cada individuo se halla interesado en poseerlo todo, mientras que el interés de la colectividad es que cada cual posea la misma cantidad que los otros. El interés colectivo y el individual son, pues, radicalmente opuestos.” [7] Por eso, esa lógica irracional de cada vez querer atesorar más por el simple hecho de acumular que el sistema capitalista aboga, solo culmina con la supervivencia del beneficio particular por sobre el colectivo, a pesar de su contradicción. Este lucro que logran cada vez menos individuos, es solo a consecuencia, de la explotación y especulación de todo el resto mayoritario de la sociedad.

La competencia emula una batalla de todos contra todos en el que gana siempre el más apto. El capitalista con otros, el trabajador con otros, el terrateniente con otros y entre cada uno de estos. Siempre el que vive de su fuerza de trabajo es el primero en perder, quedándose solamente con lo mínimo para vivir. En cambio, “(…) el gran capital y la gran propiedad de la tierra (…) devoran a los pequeños: la concentración de la propiedad.” [8] Cuanto más concentrada está, más rápido lo hace (a costa de las demás) y de forma exorbitante si hay crisis.

¿Expropiación o reapropiación?

No obstante, volvamos al punto principal, esto es, el capital como trabajo acumulado. Los trabajadores, analizándolos como clase trabajadora, trabajan (los capitalistas solo poseen y/o controlan los medios para enriquecerse). Haciendo esto, acumulan trabajo (recalcando que es entendiéndolos como clase social), que les es arrebatado, en otras palabras, expropiado, por un burgués. Por lo cual, la clase trabajadora, ¿No debería reapropiar el capital? Es decir, le es totalmente ajeno e ilegítimo a un capitalista el trabajo acumulado (aunque sea legalmente suyo, porque justamente esa legalidad es decretada por su misma clase, desde el Estado), ya que esto es obra de otra clase, solo el acto y usura son los que les permiten apoderarse de esto, constituyéndose como capitalista, o, en otros términos, como acumulador de trabajo. Entonces, si verdaderamente le pertenece a los trabajadores el capital, porque el trabajo acumulado es propio de la clase trabajadora, estos deberán NO expropiar, sino REAPROPIAR, ya que equivaldría a apropiarse de los que les pertenece. Eliminando así todo capital en manos de la burguesía, destruyéndola, y recobrando el producto de su obra como clase, administrándolo de forma colectiva, transformando estos intereses en totalmente encadenados con los individuales y superando este orden social egoísta, elevándolo a uno que no existan ni capitalistas ni trabajadores, sino solo hombres, dicho de otra forma, una sociedad comunista sin clases.

Finalmente, unas palabras de Engels: “Al suprimir la propiedad privada, desaparecerán todas las divisiones antinaturales. Desaparecerá la diferencia entre interés y beneficio, ya que el capital no es nada sin trabajo, sin movimiento. La ganancia verá reducida su función al peso que el capital arroja a la balanza al determinar el costo de producción, y será, por lo tanto, algo inherente al capital, a la vez que este revertirá a su originaria unidad con el trabajo.” [9]

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